Fútbol
Real Madrid - Granada: La victoria como rutina
El Real Madrid, con un gran Brahim y otro gol de Rodrygo derrotó sin esforzarse a un triste Granada
Lo más clásicos del fútbol, antes de la tecnificación, los estudios y el control, el bloque bajo, la presión tras pérdida y todo eso de ahora, resumían lo que había que hacer en un campo en tres palabras: toca y vete. Toca, desmárcate y espera que el balón te llegue de nuevo. Exactamente lo que hizo Brahim en la primera parte del Real Madrid contra el Granada, en un partido al que le estaban faltando ritmo y ocasiones. Brahim, con diferencia el futbolista que más está aprovechando las oportunidades que le están dando las bajas, tocó largo para Kroos en una esquina del área y se fue hacia el área. Lo que pasó entre medias fue uno de esos pequeños hallazgos que definen a un futbolista: el centrocampista alemán le puso un balón con el ritmo perfecto, en el sitio exacto después de un toque. Sólo uno. Brahim hizo el tanto. Porque lo que no contaba el toca y vete es que tienes que cuando tocas, se las das a alguien y no es lo mismo cualquier futbolista del mundo que Toni Kroos.
No necesitó el Real Madrid forzar la máquina contra el Granada por dos razones. La primera porque está en ese momento en el que todas las piezas encajan, aunque cambien los nombres y también porque el Granada no dio ni una guerra. Pese al cambio de entrenador y la fama que traía. En Uruguay, antes de un partido, el Cacique Medina dio un decálogo a sus futbolistas de cómo actuar: había que dar la primera patada, tenían que ser mayoría en los tumultos y había que empezar y acabar como soldados. No hubo nada de eso en el Granada del Santiago Bernabéu. Lo fio todo a aguantar con una defensa de cinco, concentración y renuncia al ataque, a ver si Bryan Zaragoa inventaba algo. No lo inventó, no hizo nada destacable el Granada, ni siquiera aguantar el resultado en la primera parte. Todo se fue al traste con un toca y vete. Un toca y vete de muchísima calidad, la verdad.
Pese a las bajas, no repitió Ancelotti el equipo que ganó al Nápoles. Dio descanso a Ceballos y puso en el campo un equipo más ofensivo, con Kroos y Valverde sujetando a Brahim, Bellingham, Joselu y Rodrygo. Han sido las bajas de tantas centrocampistas lo que ha confirmado a Ancelotti que la pareja Valverde y Kroos funciona fenomenalmente la acompañe de otros jugadores o no. El uruguayo se da unas palizas memorables, sin acusar al cansancio y Kroos, en cada partido va venciendo al tiempo y volviendo a plantear si a final de este año debe retirarse o si el Madrid necesita su talento para dar luz a la zona más importante del equipo. La transición consiste en que los nuevos aprendan de los mejores.
Le faltó ritmo y emoción al encuentro porque el Granada no hizo nada en ataque y Lunin jugó su último encuentro sin poder coleccionar alguna parada con la que hace dudar a Ancelotti de que puede defender mejor la portería que Kepa. El próximo partido, contra el Betis, de Isco, volverá el guardameta vasco, pero por primera vez desde que está en el club blanco, Lunin ha dejado, en esta racha de partidos consecutivos, que está listo para cosas importantantes, bien enel Real Madrid o bien donde sea.
No pasó nada, aunque sí pasó lo de siempre, lo de siempre en los últimos partidos: el gol de Rodrygo. No estuvo especialmente brillante el brasileño, porque naturalmente no se puede ser excelso siempre, pero está en racha y hasta en días así, no se olvida de marcar. Su transformación contra la portería contraria es asombrosa. Le llegó un rebote y lo metió, en la segunda parte, sin ninguna duda. Es imprescindible ahora mismo para Ancelotti.
El rebote le llegó de un remate de Bellingham. El inglés, que había tenido otra oportunidad clara en la primera parte, tampoco pudo marcar en esa clara de la segunda mitad. Su tiro lo rechazó el portero rival y la pelota llegó a Rodrygo para que fusilara. Jude Bellingham no pudo reprimir un primer gesto de fastidio, quizá el primero desde que llegó al Bernabéu. Había tenido dos ocasiones claras y las había fallado, lo nunca visto. De repente, en el estadio madridista se dieron cuenta de que era humano. Porque hasta ahora, parecía un futbolista sobrenatural.
Y lo es, sólo que a veces, también fallará. No le hizo falta al Madrid el mejor Bellingham ni tener su mejor día. Gana como rutina. Fue un partido tal que lo que más llamó la atención del público fue el árbitro.
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