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Elche-Real Madrid (1-2): Vinicius lo hace todo

El delantero brasileño marcó los dos tantos del conjunto blanco. En un encuentro sin Benzema fue, una vez más, decisivo

Vinicius ha marcado los dos goles del Real Madrid en el Martínez Valero
Vinicius ha marcado los dos goles del Real Madrid en el Martínez ValeroManuel LorenzoEFE

Cuando a Ancelotti le preguntan si Vinicius va a descansar en algún momento, contesta que es muy joven y que tiene piernas para seguir sumando minutos. Pero lo que de verdad quiere decir el entrenador italiano es que no puede darle descansos importantes ahora, que sería una insensatez, que cómo puede alguien pensar que Vinicius no va ser titular en el Real Madrid. Sólo le va a dar descanso cuando, como contra el Elche, Vini pueda irse al banquillo los últimos diez minutos después de haber dejado todo resuelto y bien atado. O casi bien atado, porque el equipo local aprovechó un error para acercarse al final. Seguro que cuando el entrenador del Real Madrid vio ese tanto tonto del Elche tuvo ganas de volver a sacar a su delantero brasileño al campo, al que había quitado por Hazard (por si por las palabras del entrenador no había quedado claro ya el papel de cada uno). Si algo bueno puede pasar en el conjunto blanco, tiene que ser por las piernas de Vinicius.

Contra Osasuna, sobre todo en la primera mitad, el ataque del Madrid consistió en dársela a Vini como si no hubiese otra manera de jugar al fútbol y frente al Elche, sin Benzema, había pocas dudas de que el plan iba a ser similar. Da tantas cosas, tiene tanta capacidad de desborde y muestra tanta voluntad cada vez que recibe el balón, que no pasárselo parece una pérdida de tiempo. El desborde lo ha tenido siempre, pero el gol le ha llegado esta temporada y de una manera determinante. Ya no es el futbolista que remata y luego espera un rebote o parece que tira con los ojos cerrados. Ahora apunta... y mata. Hizo los dos goles al Elche, dos tantos distintos: uno de un remate cruzado y fuerte y otro de un toque sutil para deshacerse del portero. Ha sumado más virtudes a las que ya tenía, así que se está convirtiendo en un futbolista imparable.

El Elche, ordenado atrás y valiente casi todo el partido, sabía que el peligro pasaba por Vini, pero como ocurre con los grandes jugadores, no pudieron hacer nada para detenerlo. Los de Escribá pusieron, voluntad y ocasiones en la segunda parte, para empatar cuando sólo perdían de un tanto. Al final, marcaron, pero la orilla les quedaba ya demasiado lejos.

En Vinicius empieza y acaba el el Real Madrid que, de manera inesperada, no echó de menos a Benzema. Ancelotti le dio descanso porque espera batallas más duras que las del Martínez Valero y el equipo aprendió a desenvolverse sin él. Jugó Mariano, que no entraba en ninguna de las apuestas y menos aún que hiciese el encuentro que hizo. Fue tan peleón como siempre, yendo a todos los remates como quien no teme miedo a la muerte, pero es que encima, jugó e hizo jugar. Su taconazo en el primer gol de Vini fue extraordinario. Ningún defensa de el Elche esperaba ese recurso. Casmiro convirtió en una jugada de gol un corte de balón y después, Mariano imaginó lo que nadie esperaba que podía imaginar. Al final del partido, tras un salto, cayó mal y acabó ensangrentada porque es lo que le pide el cuerpo: jugar como si cada balón fuese una guerra. Es mejor cuando lo hace de otra manera.

El Real Madrid aprovechó ese error del Elche para ponerse por delante y a partir de ahí hizo el partido que más le gusta: esperar al rival, invitarle a acercarse para después, ganarle la espalda. Se defendió bien y eso que no estaba Mendy en la banda izquierda porque Ancelotti también le dio descanso o más bien era que quería darle titularidad y minutos a Marcelo. Cada vez que llega al área y pone un balón como sólo él sabe ponerlos, una ola de nostalgia invade al madridismo. Es un jugador inolvidable.

Cuando fue sustituido, Marcelo fue recibido en el banquillo como un héroe. Pese a que a veces juega con fuego, porque de darle el balón al rival, al final aparecen oportunidades, el Madrid está muy a gusto con espacios a la contra. Es verdad que Modric y Kroos organizan menos el juego de ataque, pero también es cierto que cuando tienen la pelota, encuentran más espacios para salir rápido.

Espacios, y a Vinicius. Un jugador así casi obliga a jugar de esa manera para aprovechar sus habilidades: el segundo gol, al desmarque, la carrera para ganar al defensa y su remate, mostraron todas. Es un tesoro.