"Caso Alves"

La víctima reacciona al "Ella tenía ganas..." de Dani Alves y lanza una petición desesperada

La abogada de la joven acusa al brasileño de construir un relato falso en base a las pruebas en su contra

La jueza del caso aún no ha tomado una decisión sobre la puesta en libertad de Dani Alves tras su última declaración voluntaria. Pero mientras, la magistrada estudia las grabaciones y argumentos de la defensa del futbolista, la víctima ha lanzado una petición desesperada.

En su última versión, la cuarta, El futbolista aseguró haber propuesto a la víctima intimar en el baño y obtener un sí por respuesta. El brasileño llegó a decir que, mientras mantenían relaciones, la víctima consintió dos veces: "Le pregunté dos veces si le estaba gustando y me dijo que sí". La versión de la víctima, y de la mayoría de testigos, difiere de la del futbolista.

En el reservado, según su declaración, Alves empezó a bailar con una de las jóvenes con quien sentía "atracción sexual". "Noté su buena disposición por la manera como bailaba, como se acercaba a mí, como intercambiábamos posiciones", añadió el futbolista. Alves dijo que temía que les vieran intimando ya que estaban "expuestos".

"Le dije de trasladar todo eso al baño. Me dijo que sí, que no había problema. Le dije que yo iba primero y que la esperaría dentro", declaró en su cuarta versión. En su primera declaración empezó diciendo que no conocía a la víctima; explicó que la joven se había abalanzado sobre él por sorpresa mientras hacía sus necesidades, y acabó aceptando que practicaron sexo.

La versión de Alves sobre lo que sucede dentro del baño es lo opuesto a lo que ha mantenido desde el primer momento la víctima, un relato (el de ella) avalado además por los indicios recogidos por la policía científica. La joven asegura que Alves la encerró en el baño y la penetró tras tirarla al suelo y obligarla con violencia a practicarle una felación. Según el futbolista, fue todo lo contrario: dentro del baño se pusieron frente a frente y se besaron. Después, tuvieron relaciones sexuales. Alves aseguró que, mientras ella le practicaba sexo oral, le preguntó dos veces si le gustaba y ella asintió. Tras la relación, él salió del baño y le dijo que ella debía esperar para que no les vieran juntos. Algo, que según el futbolista, pudo hacer enfadar a la víctima.

Al salir del baño, la joven dijo a sus amigas que debían irse y rompió a llorar. Las cámaras grabaron al futbolista pasando a su lado sin mediar palabra. Según Alves, no la vio. "Si la hubiese visto en la salida, la hubiese parado para preguntarle qué le había pasado porque hasta entonces todo estaba bien, dentro de lo que queríamos. Yo fui simplemente un cómplice de las ganas que ella tenía o de las que tenía yo", aseguró Alves a la instructora.

Una petición desesperada

Ante esta nueva declaración, la víctima ha estallado tras meses de silencio para hacer una petición desesperada a la juez del caso. Según la víctima, sin embargo, estas palabras contradicen las pruebas biológicas encontradas tanto dentro de su vagina como en el aseo en el que habrían tenido lugar los hechos y, además, están llenas de incongruencias. La abogada insiste que Alves se vio obligado a admitir estos hechos por las pruebas que había contra él, como el semen hallado en el interior del cuerpo de la víctima y le acusa de haber construido un relato en falso basado en las pruebas que lo señalan.

Por ello, la abogada de la supuesta joven, Ester García, ha presentado ahora un informe ante la encargada del caso, en el que se opone a la petición de la defensa del futbolista para que salga en libertad, ni siquiera con medidas cautelares.

La letrada asegura que, de haber sido de mutuo acuerdo, lo más lógico es que se hubieran encerrado en la suite del reservado, situada a escasos metros, y no en el aseo. Además, insiste en que el riesgo de fuga del futbolista persiste. Más, después de que su todavía mujer, Joana Sanz, anunciara su divorcio.

El día a día de la víctima

A pesar de que la joven considera que las investigaciones apuntalan su versión, su día a día no está siendo fácil. La joven de 23 años, está bajo tratamiento psiquiátrico desde el episodio y evita seguir las noticias. “Está recibiendo apoyo psicológico a través de una entidad pública especializada en el tratamiento de víctimas de violencia”. El hospital le recetó todo un tratamiento encaminado a evitar cualquier tipo de enfermedad infecciosa, porque el futbolista no usó preservativo. Además, tiene un tratamiento farmacológico con ansiolíticos para poder dormir, pero me dijo que no ha podido desde que prestó declaración” ha desvelado la letrada, Ester García López .

La joven, según su abogada, está aterrada y sus dos grandes temores son que se descubra su identidad y que se intente menoscabar su credibilidad. “La víctima está aterrada de miedo, no se creía que Dani Alves terminaría en prisión y cuando esto sucedió le dijo: ‘Me han creído”. “Tiene pánico a que la identifiquen los medios de comunicación aunque el auto de prisión la tranquilizó por el momento”, asegura su abogada.