Retegui, el goleador argentino que ha fichado Italia

Mateo Retegui nunca ha jugado en Italia, no habla italiano y el himno lo tararea como puede cuando suena antes de los partidos. Pero nada de eso le impide ser la nueva figura de la selección italiana. Lo avalan sus goles y el pasaporte italiano heredado de su abuelo materno.

Ha marcado dos en sus dos primeros partidos con Italia, algo al alcance sólo de mitos como Chinaglia, compañero de Pelé en el Cosmos, o Enrico Chiesa, el padre del actual jugador de la Juventus. Marcó en su estreno contra Inglaterra, aunque no pudo evitar la derrota de su nuevo país, y repitió contra Malta. «Buscábamos un goleador y lo hemos encontrado», dice Roberto Mancini, el seleccionador italiano. «No quiero parecer exagerado, pero me recuerda un poco al Batistuta de sus primeros años en Italia», añade.

Pero la única experiencia de Retegui en Europa son los años que pasó en España y en Italia cuando su padre, Carlos, entrenaba a equipos de hockey sobre hierba. Ese fue el primer deporte que practicó, empujado por su tradición familiar. Su madre fue internacional y su hermana Micaela consiguió la plata con la selección argentina en los Juegos de Tokio 2020. Su padre, después de participar en tres Juegos Olímpicos como jugador consiguió la plata en 2012 como seleccionador masculino y el oro en 2016 con la selección femenina.

Pero Mateo se cansó del stick cuando todavía estaba en categoría cadete y se pasó al fútbol. Primero en River y después en Boca, que lo cedió primero a Estudiantes, luego a Talleres y después a Tigre, donde ha explotado como goleador. Esta temporada ha marcado seis goles en ocho partidos y la pasada consiguió 23 en 42.

«Es el clásico delantero centro goleador. Es fuerte de cabeza. Me gusta como juega en el área, por eso es un delantero de verdad», dice Marcelo Lippi, el seleccionador campeón del mundo con Italia en 2006. Aunque el primer italiano en fijarse en él fue Francesco Totti, que lo reclutó en 2020 para su agencia de representación.

«Habíamos hablado con varios agentes y de repente apareció esta llamada. Me llamó la atención el trato personal y el conocimiento que tenía de Mateo, en todos los aspectos. Le habló con mucho cariño, parecía una charla paternal», aseguraba el padre. «Él sabía todo de mi familia, hasta que mi hermana jugaba al hockey. Sabía cómo jugaba», decía Mateo.

Su camino para llegar al fútbol europeo ha sido el inverso al de otros jugadores argentinos. Él ha empezado «fichando» por la selección italiana y después lo más probable es que le llegue la oportunidad en un club. «No sólo es un chico educado, también es joven, inteligente. Y además es un buen delantero centro. Tenemos mucha fe en él, pero tenemos que darle un poco de tiempo», advierte Mancini.