Fútbol

El Sevilla, ante la segunda era Del Nido

Acaba el glorioso interregno de Pepe Castro en el club hispalense con su sucesión por José María del Nido Carrasco, al que su padre niega la legitimidad

José María del Nido Carrasco y Pepe Castro
José María del Nido Carrasco y Pepe CastroEuropa Press

La letra del pacto de accionistas mediante el que se gobierna el Sevilla desde 2019 preveía un cambio en la presidencia a finales de 2023 y hasta el último día, para evitar goles en el propia puerta en el partido que se dilucidad en los juzgados, esperaron Pepe Castro y José María del Nido Carrasco para permutar sus cargos. Al mediodía del 31 de diciembre, el Sevilla anunciaba mediante escueto comunicado el nombramiento del segundo, hasta ahora vicepresidente, como presidente del club... para enfado de su propio padre, que pretende recuperar el poder que ostentó entre 2002 y 2013.

«El consejo de administración ilegítimo me impide el derecho al voto –en realidad, se lo niegan reiteradamente diversos jueces de lo Civil y lo Mercantil– para seguir cobrando sueldo de sultanes», tronó en las redes sociales Del Nido Benavente como saludo a su primogénito. Pero por más que rabie, y según la mayoría de juristas que conocen el caso, el máximo accionista del Sevilla deberá aguardar un cuatrienio más para poder remover a los actuales mandatarios en una junta general.

Así, la segunda era de Del Nido en la presidencia del Sevilla –la de Del Nido Carrasco o simplemente «Júnior»– comienza como terminó el mandato de Pepe Castro, entre el estruendo de una guerra accionarial que, si bien incomoda, no ha impedido que el presidente saliente presuma del mejor palmarés de la historia más que centenaria de la entidad: diez clasificaciones europeas en otras tantas campañas, siete de ellas a la Liga de Campeones, cinco títulos continentales conquistados y otras nueve finales de diversos torneos alcanzadas. Todo eso, sin abandonar su perfil de señor tórpido y gris; si hubiese sido listo y carismático...

El brillo de los logros deportivos, sin embargo, no debe esconder la otra realidad del Sevilla: la de un club en declive deportivo, pues por segunda Liga consecutiva recurre a tres entrenadores para intentar alejar los fantasmas del descenso, y con una economía delicada. Los sevillistas acumulan pérdidas de más de ochenta millones de euros en las tres últimas temporadas y ni siquiera tienen aprobadas las cuentas de los dos últimos ejercicios. Con una estructura paquidérmica de más quinientos empleados y una masa salarial deportiva inasumible, la primera herramienta que debe usar Del Nido Carrasco será la célebre motosierra de Javier Milei... con el coste en popularidad que ello le supondrá.

Para taponar la sangría deportiva, que en realidad es lo que más le interesa al aficionado, su primer fichaje se llamará Lucien Agoumé. Se trata de un pivote defensivo llamado a suplir el hueco que deja el gran Fernando Reges, que dos días después de la Navidad rescindió su contrato impelido por un problema familiar que le aconseja regresar a Brasil. El «Pulpo» será homenajeado el jueves, en los prolegómenos del encuentro contra el Athletic, para el que debería estar ya disponible Agoumé, francés de 21 años e internacional en categorías inferiores que llega cedido por el Inter de Milán. No será el único movimiento de un mercado invernal que se antoja frenético. No hay más remedio.