Energía

Las 186 enmiendas de un eurodiputado afín a Ribera tensan la reforma eléctrica

La patronal europea, los expertos y hasta los verdes creen que pueden acabar con el mercado único y las inversiones renovables

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera interviene durante la sesión de control al gobierno celebrada este miércoles en el Congreso
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera interviene durante la sesión de control al gobierno celebrada este miércoles en el CongresoAlberto R RoldánLa Razón

Las 186 enmiendas presentadas por el europarlamentario socialista español Nicolás González Casares a la propuesta de reforma del mercado eléctrico de la Comisión Europea están levantando ampollas en el sector.

Y es que estas enmiendas sirven de base para el debate en el seno del comité de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo del que saldrá la posición de la Eurocámara cuando se vote el informe final en el Pleno, algo previsto para el segundo semestre del año.

Comenzarán entonces las deliberaciones entre las directrices contenidas en esa posición y el Consejo de la UE, en representación de los gobiernos, del que saldrá la reforma definitiva que debería estar operativa en 2024.

Por eso resulta tan relevante la posición del europarlamentario del gallego del PSOE, quien es además el ponente oficial de esta propuesta legislativa que surgirá del Parlamento Europeo, tras negociar con los distintos grupos de la Eurocámara, sobre la compleja reforma del mercado eléctrico en la que el Gobierno de Pedro Sánchez quiere llevar la voz cantante aprovechando la Presidencia europea.

Pero, qué contienen esas 186 enmiendas que ponen los pelos de punta a las eléctricas y que han llevado a que varios expertos hablen ya del fin del mercado único si se aprueban.

Para empezar, González Casares ha contado con el pleno respaldo del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que dirige Teresa Ribera para apuntalar en la Eurocámara la propuesta del Gobierno español. De hecho, sus enmiendas contienen la postura de Ribera sobre la reforma del sector, que ya fue duramente criticada por las grandes patronales y por Alemania, Países Bajos y otros cinco países de la UE, que pidieron en una carta conjunta a la Comisión Europea que la reforma se haga sin precios intervenidos y bajo el libre comercio, y tiraron por tierra las pretensiones de enterrar el mercado mayorista, el llamado «pool» eléctrico.

En esa carta se rechazaba el cambio del mercado libre a uno regulado por la imposición de precios para la nuclear y la hidráulica, los contratos a plazo por diferencias (CFDs) para las renovables, con los que se garantizaría una remuneración a la eólica cuando la solar tumba los precios, y los contratos por capacidad para el gas. Y esas son, precisamente, las pretensiones de las enmiendas de González Casares, con 20 años de profesión como enfermero.

Entre las propuestas más controvertidas figura establecer para siempre un tope a los ingresos de las eléctricas cuando los precios superen los 180 euros el megavatio hora en el mercado mayorista. En España, las eléctricas devuelven lo que ingresan por encima de 67 euros el MWh.

Además, propone una mayor intervención del mercado cuando los precios mayoristas sean dos veces el promedio de los cinco años anteriores y que se mantenga durante tres meses en esos niveles. La Comisión Europea fijó la situación de crisis cuando se produzca un aumento de 2,5 veces y en un periodo de seis meses.

También busca que los mecanismos de capacidad (pagos para garantizar el suministro) sean permanentes para los combustibles fósiles (gas natural) y la nuclear.

Duras críticas

Mientras la patronal europea Eurelectric considera que no se deben limitar o prohibir los contratos a largo plazo con la nuclear o los requisitos de cobertura obligatorios ni institucionalizar el tope de precios para las inframarginales (renovables y nuclear), que ha provocado distorsiones del mercado, la patronal solar y hasta los verdes recelan.

De hecho, el ponente alternativo de los verdes alemanes, Michael Bloss, considera que las 186 enmiendas favorecen a «los asesinos del clima».

Las advertencias llegan también de los expertos, como los congregados ayer en la Universidad de Salamanca, que alertaron de que este «giro radical» puede acabar con el mercado único, la transición verde y el sueño de independencia energética europea.