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Cambios climáticos

Sector privado contra el cambio climático

Cómo encontrar un disco duro en un basural... La RazónEFE

El sector privado se ha activado para tomar partido definitivamente en la batalla frente al cambio climático, tal y como hemos podido ver en la Cumbre del Clima de Madrid (COP25). El impacto de la actividad corporativa en el medio ambiente, especialmente en sectores como el industrial, ha generado y genera una huella en la atmósfera que es clave reducir y mitigar. En este sentido, iniciativas como Science Based Target (SBT) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) –de la que forman parte empresas españolas como Acciona, Inditex, Cellnex Telecom, Red Eléctrica o Ferrovial, entre otras– son clave para lograr reducir el calentamiento global por debajo de los 2ºC.

SBT –una apuesta conjunta de Carbon Disclosure Project (CDP), el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, elInstituto de Recursos Mundiales yWorld Wildlife Fund (WWF)–, ya cuenta con el respaldo de 700 organizaciones en todo el mundo. El objetivo de la iniciativa es aumentar el compromiso de las empresas con la gestión sostenible, así como la búsqueda de soluciones más ambiciosas frente al cambio climático. En la COP25, un total de 177 de las empresas que forman parte de la iniciativa SBT se han adherido a «Business Ambition 1.5ºC», que busca precisamente limitar el calentamiento global hasta ese límite. El número de compañías de todos los sectores que se han alineado con un futuro más verde no para de crecer, ya que el «efecto llamada» de la Cumbre de Madrid ha motivado una línea de acción ambiental y social que se nutre del compromiso corporativo. Así, y en la misma línea que SBT, asociaciones corporativas como B Corp también ha anunciado en la Cumbre de Madrid el compromiso de sus asociados con la reducción, y, en la práctica, la eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030. Esto supone adelantarse 20 años a lo previsto en el Acuerdo de París (2050), que podría quedarse obsoleto ante la implicación que están demostrando las empresas. La principal conclusión de la Cumbre de Madrid, a nivel corporativo, es que no es necesario ser una empresa benéfica o una ONG para cambiar el mundo en el que vivimos.

En términos de cultura empresarial, basta con lograr un equilibrio adecuado entre el propósito y los objetivos empresariales. La acción climática, de hecho, ya destaca entre las claves que delimitan la gestión corporativa y que impactan en las decisiones de los grandes inversores de todo el mundo. La sociedad pide un cambio, y las compañías deben ser capaces de motivarlo.

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