Coronavirus

Coronavirus: ¿Qué pasa si trabajo en una Pyme?

La obligatoriedad del trabajo presencial, la poca digitalización operativa y la falta de cultura en trabajo remoto lo impiden en la mayoría de las pequeñas empresas

Las pymes españolas adoptan el 'cloud' de forma desigual: Castilla-La Mancha, Cantabria, Ceuta y Melilla se quedan atrás
Las pymes españolas no están preparadas para teletrabajarlarazonARSYS

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer que el Gobierno prepara un plan de choque para afrontar la crisis provocada por el coronavirus. Aunque no han trascendido las medidas principales que se pondrán en marcha, algunas ya han sido adelantadas a lo largo de los últimos días tanto por el presidente como por varios de sus ministros. A las estrictamente sanitarias y de orden público -entre las que pueden incluirse el cierre de centro educativos, restricción de los desplazamientos o confinamientos domiciliarios- se unirán otras de carácter económico, que serán similares a las aprobadas en Italia -suspensión del pago de las facturas de luz, gas, agua y basuras para empresarios en apuros; congelación durante un año del pago de los préstamos concedidos a los negocios afectados; subsidios especiales para los trabajadores autónomos que hayan tenido que suspender su actividad; rebajas y congelaciones fiscales para empresas con pérdidas de actividad y caída de sus beneficios, incentivos fiscales y compensaciones directas a las empresas-.

Pero, por encima de todas, y con el objetivo de minimizar en lo posible la paralización de la actividad económica y empresarial del país -y por tanto, la pérdida de productividad-, desde el Ejecutivo se pedirá a las empresas que ordenen a sus empleados teletrabajar desde sus domicilios, algo muy complicado de cumplir en el caso de pymes y micropymes, sobre todo en el sector manufacturero y en el ámbito comercial, lo que hará prácticamente imposible que los objetivos del Gobierno se cumplan.

En España, las pequeñas empresas tienen en general actividades presenciales y una disponibilidad tecnológica limitada para poder teletrabajar. Durante los últimos años han hecho un esfuerzo por adaptarse, pero la inversión realizada no permite en la mayoría de los casos el teletrabajo. La digitalización es mínima y pocas de ellas disponen de un soporte informático propio, la mayoría subcontrata estos servicios y se recurre a ellos en casos extremos porque le supone unos costes que, muchas veces, no pueden asumir.

Otro de los aspectos que complica la situación de las pymes es la financiación. El Gobierno apelará en su plan de choque a la implementación de medidas financieras para estas pymes, pero la realidad es que la situación en la que pueden quedar muchas de ellas si su actividad se ve paralizada no puede ser compensada con líneas de crédito, ya que estarían abocadas al cierre y a medidas de regulación de empleo por falta de actividad. En cuanto a las ayudas fiscales que pueden llegar desde la Administración, tampoco supondría una salvaguarda total del empleo, ya que muchas pymes no podrían demorar en el tiempo un parón de la actividad y una caída total de ingresos, y estarían abocados a despedir a sus trabajadores y echar el cierre.

En la actualidad apenas un 7% de las pequeñas empresas españolas dispone de empleados que trabajan de manera remota, cifra que aumenta al 25% si estas sociedades tienen más de 20 empleados. El teletrabajo está fuertemente implantado en las profesiones y actividades liberales, que pueden desarrollar su actividad con tecnologías digitales. Es el caso de empresas relacionadas con la sociedad de la información, empresas tecnológicas, servicios de consultoría, banca y seguros, despachos de abogados, grandes empresas e incluso en las administraciones públicas.

La patronal Cepyme presentará hoy un decálogo de actuación de cara a la crisis del coronavirus para las pequeñas y medianas empresas.