Pymes
¿Están las empresas preparadas para un teletrabajo masivo?
Las pymes se encuentran con más barreras. Sólo el 14% de las pequeñas y medianas empresas tienen un plan de digitalización
El coronavirus no sólo ha provocado que la gente adquiera una mayor conciencia sobre la importancia del lavado de manos, sino que además se está convirtiendo en un laboratorio de experimentos en cuanto al trabajo en remoto o teletrabajo se refiere. La decisión de la Comunidad de Madrid, Vitoria, o La Rioja de suspender las clases en colegios y universidades ha vuelto a abrir el debate sobre la importancia de fomentar el teletrabajo, una modalidad que en España no tiene todavía una masiva aceptación. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo el 27% de las empresas permite a sus equipos teletrabajar y, según datos de Adecco, la cifra de españoles que teletrabaja solo alcanza el 7,9% de ocupados, mientras que la media europea es de un 10% y en países como Suecia un 28%, según Eurostat. «Estamos viviendo un experimento muy interesante y si trabajar desde casa funciona, el empresario no se planteará volver al modelo de trabajo tradicional. Pero las empresas aún no están preparadas para un impacto de este tipo», señala Jordi Damià, CEO de Setesca y profesor de EADA Business School.
Uno de los hándicaps que ralentizan la implantación de esta modalidad de trabajo son los jefes rígidos. “Las empresas con ‘jefes’ como capataces, que son tóxicos y practican la microgestión por desconfiados (al menos el 40% de los directivos en España, que es el país número 43 en Calidad Directiva), no permiten realmente teletrabajar, porque están obsesionadas con el presencialismo. Son culturas jerárquico-funcionales, que no tienen al cliente en su centro. En cambio, las culturas de proceso (orientación al cliente), de proyecto (innovaciones) y de red (ecosistema) sí que aprovechan el e-working, tecnoempleo o trabajo en remoto. Pero sólo uno de cada seis directivos en España son líderes-coaches, que se ocupan de la carrera profesional de los intergrantes de sus equipos. Y esa es la clave de bóveda”, apunta Juan Carlos Cubeiro, portavoz de ManpowerGroup.
Para los que aún ponen en duda esta modalidad de trabajo ya existen estudios que avalan el teletrabajo y el trabajo deslocalizado por sus beneficios principales. Éstos son reducir costes, aumentar la flexibilidad de la plantilla y la productividad, conciliación laboral, reducir el estrés, etc. Algunas cifras muestran que el teletrabajo reduce en un 60% las bajas por ausentismo, se ahorra un 56% en desplazamientos y, por consiguiente, la contaminación es menor, la producción crece un 56%, mientras que la rotación de empleados se reduce en un 20%. Son cifras recogidas en la última guía práctica de la compañía global Opinno con las claves para trabajar en remoto sin perder productividad. «Esta situación la previmos hace mucho tiempo y podemos proyectar que en 20 años dejarán de existir las sedes físicas de las compañías. Pero para esto resulta clave que los objetivos estén correctamente marcados, los roles bien definidos, las tareas bien distribuidas y que utilicemos las herramientas adecuadas que faciliten el proceso», apunta Medina. Empresas como Microsoft, Chevron e Hitachi han sido pioneras en la adopción de esta forma de trabajo para abordar este nuevo escenario. A nivel nacional, algunas empresas ya están adoptando estas iniciativas. Es el caso de empresas como Prosegur e Indra que han decidido, ante esta situación, instaurar el trabajo en remoto de forma indefinida como principal respuesta.
Barreras
A pesar de la buena voluntad mostrada por las empresas estos últimos días para facilitar a sus empleados el teletrabajo, todavía quedan muchas barreras por derribar. Una de las principales para no alcanzar la posición que deberíamos ocupar es la cultura empresarial. «Nos quedan muchos retos por delante para superar el presentismo y un mayor desempeño por objetivos, o menores tasas de penalización del teletrabajo. Además es necesario reforzar los elementos de compromiso y responsabilidad personal entre los equipos», apunta Ricardo Trujillo, responsable del Clúster de Impacto Social de Forética. Un plan de teletrabajo no se improvisa. Depende del sector, de las tareas que se deben desempeñar, etc. que se pueda llevar o no a buen puerto, advierte Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. «Se debe garantizar que el teletrabajo sea productivo, y para conseguirlo hay que establecer ciertas métricas, porque si no se establecen mediciones, generará desconfianza», apunta Blasco.
José Ramón Padrón, “country manager” en España de SiteGround no cree que el teletrabajo sea algo que se pueda asumir de la noche a la mañana. «Va a tocar improvisar y aprender a base de la experiencia. No se puede teletrabajar desde cualquier sitio, hace falta un entorno agradable y eso tarda en hacerse. Las empresas tienen que entender que lo importante es trabajar por objetivos».
Pymes
Las que de momento se encuentran con más barreras para subirse a esta ola del teletrabajo son las pymes –que constituyen el 95% del tejido empresarial español– a pesar de su buena voluntad. Solo el 14% de las pequeñas y medianas empresas tiene un plan de digitalización, pero la mayoría no lo ha culminado, según el Índice de Economía y Sociedad Digital que elabora la Comisión Europea. Fuentes de la patronal Cepyme señalan que, en términos generales, la mayoría no tiene medios tecnológicos para que los empleados teletrabajen porque muchas empresas han invertido en equipos de mesa. «Para poner en práctica el teletrabajo se precisa de servicios informáticos y las empresa de reducido tamaño no suele tener un departamento específico. Además, el 60% de las empresas atacadas por un ciberataque cesa su actividad en los seis meses siguientes. Aspectos como el reducido tamaño medio de la empresa, el bajo peso del sector industrial, el alto peso de otros muy presenciales, son uno de los principales obstáculos para el teletrabajo».
✕
Accede a tu cuenta para comentar