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Deuda Pública

Cada español deberá 2.400 euros más por el Covid

España saldará en 2030, en el mejor escenario, el mayor endeudamiento en un siglo por la gestión de la epidemia

España se enfrenta a otra década perdida para recuperarse del mes y medio de confinamiento y de la hibernación decretada por el Gobierno de Sánchez. Nadie se atreve a pronosticar exactamente cuánto tiempo se tardará en salir del agujero generado por la falta de previsión social, sanitaria y económica pese a la bola de cristal en la que el Ejecutivo podía haber previsto el futuro que le aguardaba a España solo con echar un vistazo a lo ocurrido en China, Corea del Sur e Italia. La devastación que dejará la gestión de la crisis del Covid-19 es solo comparable al Desastre del 98, con la pérdida de las últimas colonias. La inacción política en las semanas previas a la expansión de la enfermedad va a dejar las cuentas del Estado en una situación que sonaría a bancarrota si no existiera el paraguas europeo. El mayor hundimiento del PIB desde la Guerra Civil, con una caída del 8% prevista por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año, disparará el déficit hasta el 9,5%, unos 100.000 millones de euros, el mayor desde el rescate bancario de 2012. La necesidad imperiosa de emitir más deuda para tapar el agujero llevará a España a acumular su mayor endeudamiento público en un siglo, al elevarse la deuda del Estado a nada menos que el 113,4% del PIB este año y un 114,6% el siguiente.

En otras palabras, la nula previsión del Gobierno durante los meses de enero, febrero y el arranque de marzo incrementará en 18 puntos porcentuales el endeudamiento del país. Ese salto brutal implica que la deuda per cápita se disparará automáticamente, con lo que cada español deberá unos euros 2.400 euros más que los 25.300 que ya adeudaba por los desajustes de las cuentas públicas. Y eso cuando en 2008, a cada español apenas le correspondían 9.500 euros de los 439.771 millones de euros que por entonces debía España. Pero aunque los pronósticos a largo plazo son siempre difíciles de afinar, en este caso basta con echar la vista hacia el pasado más reciente para observar que España ha necesitado cinco años –los que transcurren entre 2014 y 2019– para rebajar cinco puntos porcentuales su endeudamiento, pasando del 100,7% del PIB al 95,5% del pasado año.

A tenor de este dato, y teniendo en cuenta la carga en gasto público que se acumulará no solo por la crisis del Covid-19 sino por los mayores gastos en pensiones en plena ola de jubilaciones del «baby boom», España necesitará cuando menos toda la década, en un escenario favorable, para recuperar el nivel de endeudamiento del pasado año salvo que se reorienten todos los esfuerzos del Estado a la reducción de deuda pública.

Hay que tener en cuenta que las previsiones del FMI son, además, bastante menos optimistas que las que se pregonan desde el Gobierno. La institución dirigida por Kristalina Georgieva vaticinó el pasado martes un fuerte repunte del desempleo, hasta alcanzar el 20,8% de la población, mientras que solo estimó una recuperación parcial el próximo año, con un rebote del PIB del 4,3%. La deseada recuperación en «V», rápida y total, no será tal.

Este escenario de endeudamiento solo visto a principios del pasado siglo como resultado de la pérdida de las últimas colonias es consecuencia del agujero que el FMI prevé en las cuentas españolas como consecuencia, entre otras cosas, de la fuerte dependencia de la economía española del sector turístico, que está llamado a ser uno de los últimos en encarar la recuperación. En su informe «Monitor Fiscal», el FMI calcula que la crisis económica provocada por la pandemia, así como las medidas desplegadas por el Gobierno, elevarán el déficit presupuestario del país hasta el 9,5% del PIB desde el 2,6% registrado en 2019, el saldo negativo más alto desde 2012, cuando el rescate bancario elevó el déficit español al 10,7%. Bajo el escenario central del Fondo, que contempla la contención de la pandemia y una recuperación gradual de la economía en la segunda mitad del año, el déficit de España bajaría en 2021 al 6,7% del PIB, el más elevado desde 2013. Según los pronósticos, España será el país europeo desarrollado con mayor déficit en 2020 y 2021, superando ampliamente la media del 7,5% y del 3,6% del PIB prevista para la zona euro para este año y el siguiente, respectivamente.