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La desazón de los «beneficiados» por la reapertura: “Han pasado dos días y seguimos sin saber cuál es el plan”

Profesionales del mundo del turismo y comerciantes reconocen estar desconcertados ante el plan del Gobierno y la mayoría siente que se han olvidado de ellos

José Barreiro, hotelero.
José Barreiro, hotelero.Ramon de la RochaLa Razón

José Barreiro / Hotelero

«No tiene sentido abrir un hotel al 30% de su capacidad»

El turismo es un sector fundamental en la economía española y en el empleo. Aporta casi el 13% del PIB nacional y está al borde del desastre. Algo que José Barreiro, propietario de la cadena Coral Hoteles, cree que ha olvidado el Gobierno a tenor de la situación en la que van a quedar miles de hoteles en España tras el esbozo del plan de desescalada. «No sabemos mucho más de lo que dijo el presidente. Estamos a la espera de que nos informen». Es precisamente esta situación la que ha puesto sobre aviso a todo el sector, que solo sabe que la apertura será dentro de doce días con el 30% del aforo. «No tiene sentido abrir un hotel en esa situación, máxime cuando siguen las fronteras cerradas y las visitas nacionales todavía no son posible». En su caso particular, sus establecimientos se encuentran en Canarias, una región que depende en gran medida del turismo. «Ahora mismo sólo trabaja el 23% de la población laboral activa de las islas. El resto está en ERTE. Ese es el alcance de lo que se avecina si no se traza un plan coherente». No entiende Barreiro que se hayan prohibido, por ejemplo, los desplazamientos entre las islas si hay seguridad. «Si no llega el turismo internacional y tampoco el nacional, ¿a dónde vamos?», se lamenta. Exige también que se articule un «protocolo común sanitario para todos los países. Si no es así, el sector, desde el punto de vista internacional, está muerto».

M. Rodríguez, hostelero.
M. Rodríguez, hostelero.La RazónLa Razón

M. Á. Domínguez / Hostelero

«Han pasado dos días y seguimos sin saber cuál es el plan»

Desconcierto. Desastre. Desinformación. Confusión. Caos. Y más sustantivos sería capaz de añadir Miguel Ángel Domínguez para explicar la situación de desconcierto que vive el sector de la hostelería y la restauración desde que el presidente del Gobierno saliera el martes a explicar las fases de desescalada. «Han pasado dos días y seguimos sin saber cuál es el plan. Solo nos han dicho que tenemos que abrir, pero no si nuestros empleados podrán seguir en el ERTE o si tendremos que despedirlos, porque si solo nos permiten abrir el 30% del aforo no vamos a poder mantener a toda la plantilla». Esta es solo una de las quejas del dueño del madrileño Atrium Café, que con 10 empleados no sabe si podrá seguir con todos ellos. «Antes de iniciar la desescalada se deberían tener claros cuáles son los pasos e instrumentos de los que se dispone. Ya se debería saber si se flexibilizan los ERTE y cuáles son los protocolos sanitarios a seguir». Se refiere Domínguez a que ni tan siquiere sabe cómo debe proceder con el baño público de su local. «No conocemos si hay que desinfectar cada vez que se usa, si hay que tenerlo cerrado o si hay que tener guantes o gel desinfectante». También clama contra las supuestas ayudas del Ejecutivo. «Mis empleados aún no han cobrado del ERTE, me han concedido la línea ICO pero falta el aval del Estado y las moratorias del alquiler son una farsa».

E. González, comerciante.
E. González, comerciante.La RazónLa Razón

E. González / Comerciante

«El Gobierno nos ha olvidado. Nos ha dejado huérfanos»

«El Gobierno se ha olvidado de nosotros. Nos ha dejado huérfanos». Alto y claro. Sin dobles sentidos. Así se sienten Esperanza González del Dedo y decenas de miles de comerciantes, que se verán obligados a abrir sus puertas el próximo día 11 sin «que sepamos a qué atenernos, cómo debemos abrir, qué medidas estamos obligados a tomar, sin que haya una legislación clara y concisa sobre lo que hay que hacer con el género. Es un desastre», clama esta comerciante, dueña de una tienda de ropa y una zapatería en la localidad abulense de Arévalo. Carga contra la continua desinformación de las autoridades. Tampoco sabe si podrá mantener en su puesto a los dos empleados que tiene porque «no sabemos si podrán seguir en el ERTE o tendremos que rescatarlos. Nadie sabe nada. Nosotros vamos a abrir, pero si no tenemos negocio ni ingresos nos veremos obligados a prescindir de nuestros trabajadores con todo el dolor del corazón, porque estamos con el agua al cuello y las cuentas casi a cero», se queja Esperanza amargamente. «Si el Gobierno se cree que con una ayuda de seiscientos y pico euros puede vivir la familia de un autónomo es que no sabe lo que es la vida real». De momento, tiene pensado llevar a cabo la reapertura, pero tiene muy claro que el futuro de su negocio está en el aire. «Lo veo muy negro porque nada va a ser igual a partir de ahora».