Transporte ferroviario

Competencia da vía libre a la liberalización del AVE

El regulador acepta que Renfe tenga un contrato marco de diez años, similar al de sus competidores, y solventa así el último obstáculo que restaba al proceso

Tren de alta velocidad de Renfe en una estación
Tren de alta velocidad de Renfe en una estaciónlarazon

La liberalización de la alta velocidad ferroviaria tiene ya vía libre. Restaba un obstáculo que salvar, que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) diera vía libre al contrato marco de Renfe, y hoy ha dado luz verde al acuerdo. Competencia ha aceptado finalmente que el contrato de la operadora pública supere la duración máxima de cinco años que permite la Ley Ferroviaria y alcance los diez que también tendrán los de sus competidores, Rielsfera (SNCF) e Ilsa-Trenitalia.

En un principio, el organismo rechazó la propuesta de Renfe porque, según aseguraba, no cumplía con los requisitos para contar también con un contrato marco de diez años de duración. Sin embargo, el regulador ha admitido ahora el recurso presentado por Renfe semanas atrás contra esta decisión. Una vez analizadas las alegaciones realizadas por la operadora pública, la CNMC estima que la compañía pública “ha acreditado de forma suficiente el cumplimiento de los criterios establecidos en la ley que posibilitan la extensión a diez años de la duración del acuerdo marco propuesto entre Renfe y Adif” para dichas líneas AVE. Los requisitos se refieren a inversiones, acuerdos comerciales y potenciales riesgos.

“La nueva documentación aportada por Renfe recoge detalladamente la flota y la inversión que realizará para prestar el servicio comprometido con Adif”, indica la resolución de la CNMC. “La información inicial se correspondía con su plan global de prestación de servicios AVE, no desglosaba ni especificaba la información de los corredores que se abren a la competencia”, añade la comisión.

Pasajeros

En lo que Competencia no ha cedido es en los argumentos presentados por Renfe respecto al descenso añadido de viajeros que le supondrá la crisis generada por el coronavirus. El regulador asegura “ser consciente” de la situación que genera y su impacto económico, y recuerda que, tal como dijo en su momento, se permitirá que los efectos de la pandemia se tengan en cuenta para posibilitar, de forma justificada, la modificación de los contratos sin penalizaciones.

Con la aprobación por parte de la CNMC del contrato marco de Renfe, el proceso de liberalización del sector tiene ya todas las autorizaciones necesarias para ponerse en marcha. El siguiente paso será la rúbrica con Adif de los acuerdos de la operadora pública y de sus dos competidores. Posteriormente, antes del 15 de junio, las compañías deberán presentar al gestor de las infraestructuras ferroviarias los horarios -surcos o “slots” en el argot ferroviario- que ofrecerán a los viajeros en función de lo establecido en sus contratos. En principio, está previsto que Renfe que, cuando se abra oficialmente la competencia el próximo 14 de diciembre, sólo tenga como competidor a Rielsfera en líneas de alta velocidad liberalizadas, el AVE a Barcelona, el AVE a Valencia y el que une Madrid y Sevilla. Ilsa ya advirtió de que no comenzará a prestar sus servicios hasta principios de 2022.

En los contratos o acuerdos marco de los operadores se concreta la capacidad o número de frecuencias o servicios que cada uno de ellos se adjudicó en estos tres AVE a través del concurso público que Adif realizó el pasado año. Renfe se hizo con el mayor paquete de servicios, el de 86 circulaciones diarias por corredor, Ilsa con el segundo (16 frecuencias al día) y la SNCF con el tercero (cinco circulaciones diarias).

Los contratos también recogen los planes de negocio y las inversiones con que las compañías cuentan para dar estos servicios. En el caso de Renfe, asegura que invertirá 1.645 millones, de los que 616 millones están asociados a los 23 trenes nuevos que utilizará y los otros 1.080 millones, a la amortización pendiente de los actuales. SNCF ha comprometido una inversión de 700 millones y operar con trenes propios, e Ilsa unos 200 millones y trenes que alquilará fabricados por Bombardier.