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El drama de las aerolíneas: pocos aviones que vuelan medio vacíos y no cubren costes

Las compañías han operado en verano apenas un 36% de la capacidad de 2019 y los aparatos ha registrado una ocupación media inferior al 60%

Ambiente en el Aeropuerto del Prat (Barcelona) durante una temporada marcada por la pandemia
Una pasajera acude a los mostradores de las aerolíneas del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, en BarcelonaMatias ChiofaloMatias Chiofalo

Pocos vuelos que van medio vacíos y que ni siquiera cubren los costes de operación. Ese es el dramático panorama al que se enfrenta el transporte aéreo en España debido al impacto de la pandemia del coronavirus. A pocos días del cierre de la campaña de estival, el sector ha hecho hoy balance de lo que ha calificado como un “verano catastrófico” en el que han volado muchos menos aviones que hace un año y con muchos menos pasajeros.

Según los datos facilitados hoy por la patronal de las aerolíneas que operan en España (ALA), entre junio y agosto apenas operaron un 36% de la capacidad que ofertaron en el mismo periodo de 2019. En agosto, por ejemplo, el tráfico internacional prácticamente desapareció, con apenas un6% de los vuelos en comparación en 2019. El doméstico se situó en el 60% mientras que el intraeuropeo vio truncada la incipiente recuperación que estaba experimentando en julio con la introducción de restricciones por parte de los países para volar.

Al hecho de que volaran menos aviones se sumó que los vuelos iban medio vacíos. El presidente de ALA, Javier Gándara, ha explicado que la demanda apenas ha representado un 20% de la del año pasado a pesar del fin del estado de alarma a finales del mes de junio y de que los precios han caído de forma importante. A ello se ha sumado que el factor de ocupación medio estuvo por debajo del 60%, un nivel muy inferior al necesario para que un vuelo sea rentable. “De esta manera, es imposible que ninguna aerolínea gane dinero, por lo que la mayoría se ha enfocado en perder lo menos posible”, ha asegurado.

Fuertes pérdidas

Y es que este va a ser un ejercicio de fuertes pérdidas para el sector. “Todas las compañías vamos a perder muchísimo dinero”, ha asegurado Gándara, que es también director general de easyJet en España. La IATA, la mayor organización mundial de compañías aéreas, estima que España perderá 113 millones de pasajeros, lo que conducirá a unas pérdidas de ingresos que rondarán los 15.000 millones de euros.

Si estos datos tan nefastos no han repercutido en el empleo de las compañías es porque, de momento, se han podido acoger a los ERTE por fuerza mayor impulsados por el Gobierno. Gándara ha explicado que un 80% de los 18.000 trabajadores que había en esta situación en abril, 14.000, siguen inmersos en algún tipo de expediente. Por eso, y porque las previsiones son poco halagüeñas -su cálculos apuntan a que la capacidad en septiembre-octubre será del 40% respecto a la de 2019 y la demanda no superará el 30%- ha solicitado que esta medida se extienda al menos hasta la Semana Santa que viene.

Recortes de empleo a la vista

Pese a que los ERTE han logrado que hasta ahora las compañías no hayan tenido que acometer fuertes reestructuraciones en sus plantillas, Gándara no ha ocultado que el complicado horizonte al que se enfrentan va a hacer casi inevitables estos ajustes. “Sigue haciendo falta flexibilidad, con lo que no es descartable que a diferentes compañías no les quede más remedio que adaptar sus recursos a los niveles de demanda", según ha advertido.

El de la extensión de los ERTE es una de las cuatro peticiones que ha hecho el presidente de ALA para tratar de salvar el presente y el futuro de un sector estratégico y del que depende el 80% del turismo nacional. Gándara también ha pedido facilitar liquidez a las compañías para afrontar la próxima devolución de los préstamos que ya han pedido para sobrevivir. Además, ha solicitado también un plan de bonificación de la tarifas a cuenta de las ayudas que recibirá España de la Unión Europea y que se adopten medidas ante la posibilidad de un Brexit duro en enero. Gándara ha explicado que, si no se toma ninguna decisión al respecto, a partir de enero los pasajeros con vuelos al Reino Unido podrían ver incrementada hasta en seis euros sus tarifas aeroportuarias, lo que supondría “la puntilla para un mercado tan importante para nosotros”, ha asegurado.