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Transporte aéreo

El sector aéreo entierra el optimismo del Gobierno y da por perdida la Semana Santa

Las aerolíneas retrasan al menos hasta junio el comienzo del despegue de su actividad, aunque con muchas reservas por la incertidumbre sobre la vacunación

Dos pasajeros en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas durante el temporal de nieve de comienzos de año
Dos pasajeros en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas durante el temporal de nieve de comienzos de añoJesús G. FeriaLa Razon

Desde hace casi un año, los aviones viven más alejados que nunca de su hábitat natural, el cielo. Nunca antes hubo tantas aeronaves aparcadas en los aeropuertos a la espera de tiempos mejores. Tiempos que no llegarán, en el mejor de los casos y siempre que el coronavirus y la vacuna para combatirlo lo permitan, hasta, como pronto, el próximo verano.

Al contrario que algunos miembros del Gobierno como la ministra de Industria, Reyes Maroto, que han sugerido que la Semana Santa podría ser un buen momento para el reinicio de los viajes nacionales, el sector aéreo ha perdido ya la esperanza de que su recuperación vaya a arrancar en tales fechas. Unas pocas semanas lo han cambiado todo. A finales del pasado año, Eurocontrol vaticinaba que para finales de este ejercicio se habrían recuperado aproximadamente el 51% de los vuelos que se operaban antes de la pandemia, en 2019. En España, el presidente de la patronal, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), calculaba que en Semana Santa empezarían a ver la luz. Pero la tercera ola y la incertidumbre sobre el ritmo de vacunación lo ha vuelto a cubrir todo de sombras.

Eurocontrol ya ha revisado esta misma semana su previsión para ajustarla a la nueva situación provocada por la primera ola. Y sus previsiones siguen reflejando una situación muy precaria para el sector. En febrero y marzo prevé un nivel de vuelos excepcionalmente bajo por las restricciones que han ido introduciendo los países, con vuelta de algunos a las cuarentenas, para frenar la tercera ola de la pandemia. La “low cost” británica easyJet, por ejemplo, anunció el jueves que sólo operará el 10% de sus vuelos en el primer trimestre debido a las restricciones para viajar. Incluso abril será, según la organización, un muy mal mes, con apenas un 25-30% de la actividad habitual. “Un completo desastre para la aviación europea, una industria que ya está de rodillas”, según asegura el organismo.

¿Mejora desde abril?

Para el segundo trimestre, Eurocontrol proyecta también un escenario muy complicado y sujeto a muchos condicionantes. El organismo considera que es “razonable” pensar que para entonces la situación epidemiológica habrá mejorado en muchos países europeos, lo que debería animar los vuelos no esenciales y situar la actividad en junio un 55% por debajo de la de 2019. Pero aunque esto fuera así, la organización teme que muchos estados no relajen las restricciones para viajar que ya han impuesto, lo que retrasaría hasta junio el comienzo de la recuperación que, en el escenario anterior, se notaría antes. En este segundo escenario, el desplome del tráfico aéreo en junio sería del 70% respecto al mismo mes de 2019.

Desde ALA, el diagnóstico es muy parecido al de Eurocontrol. “La recuperación es muy incierta y no la esperamos para antes del verano, sobre todo viendo cómo está evolucionando la pandemia, a la que está muy ligada”, explican desde la asociación. “Las recomendaciones de la Unión Europea de no viajar introducen, además, mayor incertidumbre”, lamenta la patronal de las aerolíneas españolas.

Las compañías, acostumbradas a hacer previsiones a largo plazo, ahora apenas pueden casi saber lo que va a ocurrir de un mes para otro. “Antes la planificación era semestral y se hacían los ajustes necesarios. Ahora, se hace a mucho más corto plazo”, aseguran desde Iberia. La compañía española tiene cierta certeza de lo que va a ocurrir hasta mediados de marzo. En cualquier caso, desde el inicio de la pandemia la aerolínea ha optado por “ofrecer programas conservadores que den estabilidad para tratar de cancelar lo menos posible”, explican.

A su por ahora competidora y futura filial, Air Europa, los planes le han saltado por los aires. La compañía tenía previsto celebrar el pasado día 27 de enero una reunión con los sindicatos de los tripulantes de cabina para abordar el futuro de sus condiciones laborales. Sin embargo, la compañía comunicó cinco días antes del encuentro a los representantes de los trabajadores que lo posponía hasta el próximo 9 de febrero. El motivo, según explicaron, era que ante el “drástico empeoramiento” de las previsiones provocado por las restricciones que estaban introduciendo los países, se veían en al obligación de “redimensionar su plan operacional”.