Impuestos

Todos los déficit del presidente

La recaudación de 6.100 millones por nuevos impuestos “verdes” y la paralización de la tasa al diésel se cae a 2.898 millones

Pleno en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe desde el hemiciclo en el Pleno del Congreso de los DiputadosLuis Díaz / PoolLuis Díaz / Pool

Como en la película «All the President’s Men», basada en el Watergate, el Gobierno acumula culpas en cuanto a incumplimientos de sus propias previsiones en las cuentas públicas. Así, los ingresos para 2021 por fiscalidad medioambiental se quedarán en 313 millones de euros de los 1.124 previstos. Del impuesto sobre plásticos de un solo uso, como nueva figura impositiva, se quedarían en 98 de los 123 previstos. Del impuesto sobre residuos, nueva figura «verde», quedaría en 215 sobre 431. De las medidas de imposición indirecta quedarían en 641 de 660. Del cambio de tipo del IVA en bebidas azucaradas por exclusión de los yogures líquidos se quedan en 189 de los 208. De la lucha contra el fraude se quedan en 217 de 491 previstos. La previsión de recaudación se ve disminuida por la paralización del impuesto al diésel después de haber demonizado a sus consumidores y la industria automovilística, esperando que el grupo de expertos penalice el gasóleo en un nuevo impuesto de los hidrocarburos. En total, de una recaudación prevista para 2021 en tales partidas de 6.100 millones, y luego en 4.002 millones, serán 2.898 millones.

Por otra parte, están los 27.000 millones de Bruselas consignados en el presupuesto como ingresos, que no llegarán hasta después del verano. Para terminar, la ministra de economía rebaja también las previsiones de crecimiento del 7,2% al 6,5% este año, aunque el consenso internacional lo cifra en el 5%. Y antes de proponer reducir gasto político nos extraña que ese comité de expertos, vaya a avalar subidas en el Impuesto de Sucesiones, llamado de la muerte. O restablecer en la práctica Patrimonio, que si existe en el semiparaíso de Luxemburgo ha sido ya eliminado de los países de la UE, como Holanda o Francia que lo mantenían. Contra los criterios de la propia OCDE, bajo el señuelo de acercar la presión fiscal española a la media comunitaria, como si fueran comparables nuestras rentas per cápita, y lo fuera una suma fiscal asumida por unos pocos ciudadanos contribuyentes pertenecientes a una población activa con una menor tasa de actividad y una tasa de paro del 18%. Somos el país de la UE con un mayor déficit y el cuarto de mayor deuda. El gasto público ha rebasado por primera vez el gasto privado, pasando del 42,1% de gasto público sobre PIB en 2019 al 52% en 2020. Y las previsiones lo mantienen en el 50,8% para 2021.

Javier Morillas es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad San Pablo CEU