Postpandemia
El Banco de España avisa de que la recuperación no se consolidará si no se aprovecha ahora los PIB vigorosos para reformas estructurales
El gobernador del Banco de España considera “inevitable” para la banca despedir a trabajadores
La economía española da síntomas de brotes verdes. Así lo constata el Banco de España en su último informe. Pero no todo está asentado para conseguir salir del túnel sin fin en el que la pandemia del coronavirus sumergió a España. Por eso, este viernes el máximo responsable del banco emisor, Pablo Hernández de Cos, recomendó no dejarse impresionar por los crecimientos “vigorosos” del PIB que se registrarán en los próximos trimestres, lo que, en su opinión, sería “un error”, y aprovechar la coyuntura para acometer las reformas estructurales que necesita la economía española, así como el plan de consolidación fiscal, con el objetivo en mente de que esos crecimientos económicos “vigoroso” no sean flor de un día y se conviertan en duraderos. Se trata, a su juicio, no de conseguir situar el PIB a niveles previos a la prepandemia, sino de lograr el crecimiento de nuestra economía que se hubiera producido de no aparecer en escena el coronavirus. Así lo alerto durante la clausura este viernes el seminario de la APIE dentro de los cursos de verano de la UIMP en Santander.
En este contexto, volvió a explicar la receta que defiende desde hace meses. Así, reiteró la necesidad de corregir las deficiencias estructurales en el mercado de trabajo para acabar con la dualidad, fomentar políticas activas de empleo y de empleabilidad, así como mejorar la dinámica de la productividad, con el (incremento del capital humano y tecnológico y favoreciendo el crecimiento empresarial. Hernández de Cos volvió a advertir del problema que supone el el envejecimiento de la población y, por tanto, de la urgencia en reformar el sistema público de pensiones para garantizar sus sostenibilidad futura.
Despedir, inevitable para la banca
Hernández de Cos destacó la sobre capacidad del sistema financiero, unida a su escasa rentabilidad. A su juicio, la rentabilidad de los bancos es importantísima para garantizar la estabilidad del sistema financiero. De ahí que defendiera para conseguirla la reducción de costes, incluidos los de plantilla. Acto seguido, consideró una decisión “muy acertada” la recomendación de no reparto de dividendos y de limitar la remuneración variable de los directivos de la banca. La primera limitación, la de no reparto de dividendos, se podría levantar en septiembre próximo, aunque la decisión no esta adoptada, y la de los salarios de los ejecutivos del sistema financiero está vigente hasta diciembre próximo.
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