Opinión
Propaganda del Gobierno frente a falta eficiencia
El Gobierno ha primado la propaganda y la venta mediática frente al rigor en el diseño de las medidas y la efectividad, eficacia y eficiencia a la hora de llevarlas a cabo
Las tan famosas ayudas de 7.000 millones que el Gobierno vendió, una y otra vez, para beneficiar a las pymes con ayudas directas va camino de convertirse en agua de borrajas a la vista de la dificultad de acceso a la misma, de la farragosa documentación a aportar y de los innumerables obstáculos burocráticos que se establecen. Se unen, así, a los 100.000 millones en créditos ICO que el Gobierno anunció desde el inicio de la pandemia y que tardó en articularse, sin llegar a tener el efecto movilizador de fondos que, en su día, anunció el presidente del Gobierno.
Una vez más, el Gobierno ha primado la propaganda y la venta mediática frente al rigor en el diseño de las medidas y la efectividad, eficacia y eficiencia a la hora de llevarlas a cabo, en línea con toda su estrategia de gestión: la idea sirve hasta que se lanza, se consigue su difusión en los medios de comunicación, se repite en numerosos argumentarios del Gobierno o del partido –o partidos– que sostienen al Gobierno y muere con posterioridad a eso. Poco importa si las ayudas llegan o no; si las empresas pueden acceder a ellas o no; si muchas sociedades se ven estranguladas económicamente o no, porque el objetivo del Ejecutivo ya está cumplido: vender la medida, aunque la medida, después, naufrague.
Eso es lo que está pasando una vez más. Como bien dicen los gestores administrativos, 175.000 negocios han cerrado desde el inicio de la pandemia y otros 110.000 pueden hacerlo si se retiran o no tienen efectividad las medidas de apoyo compensatorias a los cierres forzosos que se les impuso por ley. Esto dibuja en el horizonte una cascada de despedidos que no se sabe si podrán compensarse por las nuevas contrataciones. Adicionalmente, señalan que el intentar subir de nuevo el salario mínimo, el querer derogar la reforma laboral y el llevar a cabo una subida de impuestos sólo conseguirán empeorar las expectativas de los agentes económicos y asfixiar, de nuevo, a empresas, pequeños negocios y autónomos, que no pueden soportar ni un coste extra más.
El Gobierno ha de cambiar su manera de actuar. Debe dejar arrinconada la propaganda para centrarse en que todas las ayudas lleguen. Debe olvidarse de seguir incentivando la expulsión de muchas personas del mercado de trabajo con la subida del salario mínimo. Debe dejar de levantar barreras al empleo con la derogación de la reforma laboral que, erróneamente, pretende. Y debe dejar de asfixiar a los agentes económicos con más impuestos. O el Gobierno cambia o el rebote de la economía será sólo coyuntural y la economía se estancará en el medio y largo plazo
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