Los expertos prevén un fuerte crecimiento del sector en los próximos años

La IA, la apuesta española y de la UE para acelerar la recuperación

El Gobierno ha puesto en marcha la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, y Bruselas ya prepara una ambiciosa legislación en esta materia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su periplo por Estados Unidos ha tratado de exhibir el potencial de modernización que tiene la economía española. La digitalización es, junto a la sostenibilidad, el pilar sobre el que asienta el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Por este motivo, atraer inversiones tecnológicas se ha convertido en una prioridad.

En este sentido, la IA es una verdadera palanca de desarrollo del nuevo modelo económico. España ya ha puesto en marcha su Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), que pretende que el país gane relevancia en el desarrollo de esta tecnología para fomentar la proyección cultural e industrial en diversos ámbitos. La estrategia de España se centra en fomentar la investigación, la innovación y el desarrollo de multitud de soluciones gracias a la creación de centros de innovación digital y un fondo de capital riesgo, bautizado como Next Tech, para ayudar a las empresas a la hora de adaptar soluciones de IA, y que movilizará en torno a 4.000 millones de euros.

Esta estrategia está en línea con la de la UE, que aspira a convertirse en un líder global en esta tecnología, apostando por una IA ética en la que las personas sean el centro, con un impacto social y económico que acelere la recuperación económica.

En previsión del gran auge que va experimentar en los próximos años, Bruselas ya está abonando el camino jurídico. Y es que si bien la IA va a contribuir a mejorar la toma de decisiones de las empresas y a procesar mejor y mucho más rápido los datos, también puede llevar a situaciones que vulneren los derechos y libertades fundamentales.

Así, la Comisión Europea ha propuesto una ambiciosa legislación para que los ciudadanos tengan confianza en la misma, con una regulación enfocada sobre todo al control de los riesgos que plantea la IA. España ya se ha ofrecido a la Comisión Europea para ser el país donde se hagan las pruebas del futuro Reglamento sobre el marco jurídico aplicable a los sistemas de Inteligencia Artificial, convirtiéndose así en un verdadero banco de pruebas de la nueva ley.

«España es consciente de las innumerables ventajas que proporciona la IA. De ahí que desde el Gobierno se apueste por su implementación y que sea el país que se haya ofrecido como banco de pruebas europeo. Todos sabemos que el uso de la IA incrementa la eficiencia de las empresas, su competitividad, y maximiza la capacidad a la hora de extraer el valor de los datos», asegura Bren Worth, CTO de Substrate AI, compañía especializada en este tipo de tecnología.

La IA ha crecido de manera exponencial durante el último lustro y se prevé que lo continúe haciendo durante los próximos años. En 2015, solo una de cada diez empresas la utilizaba. Hoy en día, esta presencia se ha multiplicado por más de tres, y lo hará mucho más en el futuro. «PWC estima que el PIB global aumentará un 14% en 2030 como resultado del desarrollo de esta tecnología, que, además, es fundamental en la apuesta por un mundo más «verde». Gracias a su adopción, las emisiones de gases de efecto invernadero se pueden reducir en un 5% o más en Estados Unidos y Europa», apunta Worth.

Sectores de aplicación

Aunque la IA irrumpirá con fuerza en todos los sectores de actividad, desde Substrate AI, consideran que lo hará más intensamente en algunos concretos, como el sanitario, que ha sido uno de los pioneros en su aplicación a través de la cirugía asistida por robot o de los diagnósticos preliminares y por imágenes.

La industria del motor también la ha implantado como un elemento clave en materia de seguridad, conducción autónoma o movilidad, así como las compañías de energías renovables, que la utilizan para mejorar la eficacia y la producción, lo que les permite mitigar componentes imprevisibles, como las condiciones climatológicas.

Por su parte, las fintech la aplican para la creación y gestión de carteras, el asesoramiento personalizado o la detección del fraude. Los recursos humanos, la formación e, incluso, la agricultura se benefician de ella. Por ejemplo, en Substrate aplican actualmente la IA para la producción de leche con una gestión integral de las plantas de producción.

Inversión

Desde el punto de vista de la inversión, la IA también supone una verdadera oportunidad. Y es que las perspectivas para la IA se han visto impulsadas por la apuesta decidida de los gigantes tecnológicos y otras «tech» para hacer más accesibles estos procesos dentro de sus modelos de negocio. Zonavalue, marketplace especialista en asesoramiento, formación y productos financieros, hace hincapié en las buenas perspectivas para las compañías que han apostado por esta tecnología, y que se han traducido en un fuerte empuje bursátil. De hecho, su índice de referencia, el Stoxx AI Global Artificial Intelligence, cotiza en zona de máximos históricos gracias a un avance superior al 42% en los últimos doce meses e irá a más durante los próximos años, de acuerdo a las previsiones del consenso de mercado. De acuerdo con las estimaciones de Grand View Research, recogidas por Zonavalue, la Inteligencia Artificial crecerá a un ritmo anual compuesto (CAGR) del 40,2% en bolsa en el periodo 2021-2028. Asimismo, destaca su descorrelación respecto a las empresas tecnológicas, lo que es un atractivo añadido desde el punto de vista de la inversión.