Consumo
La segunda mano ya no es solo para los bolsillos necesitados
La compra de productos usados crece con fuerza tras sacudirse el estigma de estar reservada a los que tienen pocos recursos ayudada por la creciente preocupación medioambiental de los consumidores
La segunda mano era hasta hace no tanto sinónimo exclusivo deestrecheces económicas en España. Tanto del comprador, al que se percibía como alguien con pocos recursos que buscaba un artículo usado más barato; como del vendedor, al que se le presuponían también apuros económicos y al que la reventa de algún producto le reportaba unos ingresos adicionales para su angustiado bolsillo. Sin embargo, el sector ha logrado sacudirse los complejos y la etiqueta de refugio de bolsillos necesitados, crece con fuerza y sus perspectivas son más que alentadoras. La Confederación Española de Comercio (CEC) tiene registrada una facturación del comercio de segunda mano online de 110 millones de euros en 2020 sin contar al sector automovilístico, casi un 25% más que en 2019. La moda y el equipamiento del hogar son los productos más vendidos. Y un estudio de la consultora Boston Consulting Group asegura que este mercado crecerá entre un 15% y un 20% anual en el mundo hasta 2026.
¿Qué ha cambiado para este “boom” por lo usado? Varios son los motivos que explican el cambio de percepción hacia este mercado que, junto al aspecto económico -básico todavía en artículos de mayor coste como coches u electrodomésticos-, han propiciado su despegue. Para empezar, desde hace unos años, y gracias a la creciente preocupación de la población por el medio ambiente, “la compra de productos de segunda mano ha dejado de verse como una opción para personas sin recursos económicos. La percepción ha cambiado debido a una mayor conciencia social -especialmente entre los más jóvenes- a la hora de consumir de forma más responsable”, explica Óscar Fuente, fundador de IEBS Business School.
Según el informe La Red del Cambio de la plataforma de segunda mano Wallapop, el 68% de los españoles considera la sostenibilidad como un factor clave en su decisión de compra. Este cambio de mentalidad se nota sobre todo, añade Fuente, en la compra de ropa usada, ya que la industria textil se ha convertido en la segunda más contaminante del planeta por detrás de la petrolera. Thredup, una plataforma de reventa de ropa, pronostica que en 2029 el armario de los consumidores estará compuesto en un 19% por ropa de segunda mano, frente al 3% actual.
Calidad
Junto a la concienciación ambiental, en España ha sido decisivo también para el despegue de este sector que se haya sacudido el estigma negativo que tenía la compra de productos de segunda mano. Su adquisición, explica Fuente, “se asociaba con productos sucios, viejos o de mala calidad”. Al no haber una cultura y una consciencia de reutilización y de consumo consciente como la que hay desde hace mucho en Holanda, Alemania o Dinamarca, “a las personas en general les ha dado vergüenza reconocer que adquirían productos de segunda mano”, coinciden desde Cash Converters, que aterrizó en España en 1995.
Pero esto está cambiando. Tanto que, como aseguran desde esta compañía, la adquisición de productos usados se empieza a percibir incluso como algo “cool”. Una oportunidad de adquirir productos de calidad a buen precio. “Tienes el mismo producto con la misma funcionalidad a un precio mucho más bajo, de forma segura y a la vez, reduces las emisiones de CO2 que se producen en la producción de nuevos artículos”, resumen desde Cash Converters.
Esta cada vez mayor inclinación de los consumidores por productos de segunda mano de calidad está incluso empujando a grandes firmas a adentrarse en el “recommerce”, algo que hasta hace poco parecía impensable. Desde la agencia de marketing online Ebolution han detectado cómo grandes marcas como Stella McCartney o Gucci se han sumado ya a este modelo de negocio circular. Esto, según Ebolution, “les permite gestionar ellas mismas estos productos y mantener a sus clientes dentro de su “marketplace”, evitando que se vayan a otras tiendas online, y pudiendo ganar nuevos clientes de distinto poder adquisitivo”.
Una encuesta de BCG realizada con Altagamma1 en 2020 reveló que el 62% de los consumidores de lujo consideraría la posibilidad de comprar un artículo de lujo de segunda mano y el 25% indicó que había realizado una compra de este tipo en el último año (el 18% de los cuales adquirió relojes y joyas). Por eso recomienda que las compañías exploren las alternativas ya abiertas por Gucci o Stella McCarthey.
Las aplicaciones móviles han contribuido también de forma decisiva al crecimiento de este mercado en los últimos años en gran parte porque los mayores usuarios de tecnología, los jóvenes, son los más concienciados con el consumo responsable y los que están tirando de forma decisiva del mercado de segunda mano. “Las fuertes campañas publicitarias de plataformas de productos de segunda mano como Wallapop, eBay o Milanuncios también han ayudado a impulsar este cambio de hábitos ya que han ganado mucha popularidad en los últimos años.
Sin ir más lejos, Wallapop levantó en febrero 157 millones de euros en su nueva ronda de financiación aumentando su valoración a 690 millones de euros”, asegura Óscar Fuente. La compañía cerró 2020 con 15 millones de usuarios en España y un crecimiento de más del 50 % en sus ingresos. “Las generaciones más jóvenes (más comprometidas con la sostenibilidad), el uso masivo de smartphones y la aparición de plataformas como Wallapop han contribuido al auge del mercado”, resumen sobre este aspecto desde esta plataforma. Cash Converters, que cuenta con una tupida red de más de 75 tiendas de segunda mano en España, también ha notado “un incremento del interés, del tráfico y de la conversión en nuestra tienda online, en la que, además, los tickets medios son claramente superiores a los tickets medios de la tienda física”.
A los factores más estructurales como el aumento de la conciencia medioambiental o el desarrollo de plataformas online se ha sumado otro de tipo coyuntural que también ha contribuido a dar un decisivo empujón a la segunda mano: la pandemia del coronavirus. “La pandemia ha beneficiado especialmente a la industria debido a que se une la necesidad de poder adquirir productos de segunda mano a un mejor precio a la posibilidad de obtener ingresos extra si eres el anunciante”, explica Óscar Fuente. Pero, según añade, mientras que en la crisis de 2007 el auge de la segunda mano se debió mayormente a la necesidad de recortar económicamente, esta tiene otros alicientes como la conciencia ecológica.
Y este último motor es el que lleva a pensar al sector que ahora sí se está dando un salto cualitativo y cuantitativo que le consolidará en el tiempo más allá de vaivenes económicos. Según Wallapop, uno de cada cinco consumidores prevé gastar más en productos de segunda mano que en artículos nuevos en los próximos cinco años, mientras que su estudio La Red del Cambio refleja que al 57% de los encuestados dar una segunda vida a sus objetos les proporciona bienestar. “Se trata de un hábito cada vez más normalizado en la sociedad española actual, lo que nos permite ser optimistas y prever que esta forma de consumo seguirá consolidándose, no sólo por las oportunidades económicas que ofrece, sino como una forma de consumir más consciente, humana y respetuosa con el planeta”, concluyen desde Wallapop.
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