Seguridad Social

La última ‘paguilla’ a los pensionistas será de 200 euros: ¿por qué se elimina definitivamente?

Es una cantidad que se abona a año vencido en el caso de que se produzca una desviación entre la previsión del Índice de Precios de Consumo (IPC) y la revalorización de las pensiones

Una persona saca dinero de un cajero de una entidad bancaria
Una persona saca dinero de un cajero de una entidad bancariaEmilio NaranjoEFE

2022 será el año del fin de la ‘paguilla’ a los pensionistas. La conocida como ‘paguilla’ compensatoria es una cantidad que se abona a los pensionistas a año vencido en el caso de que se produzca una desviación entre la previsión del Índice de Precios de Consumo (IPC) y la revalorización de las pensiones, dando lugar a que a final de año la inflación sea mayor que la subida. Su utilidad compensatoria desaparece con la aprobación de la primera fase de la reforma de las pensiones del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. A partir de 2022, cuando entra en vigor la reforma,la revalorización de las pensiones se vinculará a la variación interanual media del IPC de los 12 meses anteriores a diciembre del año anterior. Es decir, que a inicio de año las pensiones se revalorizarán en función de la inflación media del año anterior. Esta medida acaba con la ‘paguilla’, ya que hasta el momento las pensiones se actualizaban en función del IPC previsto para ese año, y en caso de que hubiera una desviación esta cuantía servía para compensarlo.

¿Cuánto se cobrará en la última ‘paguilla’ de la historia?

Su desaparición ligada a este cambio se engloba dentro de la reforma de las pensiones aprobada por el Gobierno y los agentes sociales el pasado mes de julio. De esta manera, la de 2022 será la última ‘paguilla’ de la historia. Previsiblemente se abonará en febrero de 2022 (como viene siendo costumbre, tomando como referencia el IPC de noviembre del año anterior) y su cuantía rondará los 200 euros.

A principio de 2021 las pensiones contributivas se elevaron un 0,9%, en línea con el IPC estimado, y un 1,8% en el caso de las no contributivas. Pero esta subida se ha quedado corta por el incremento del precio de la electricidad y los carburantes. En concreto, este pasado mes de agosto el IPC situó su tasa interanual en el 3,3%, cuatro décimas por encima de la de julio y la tasa más alta desde octubre de 2012 a causa de la imparable subida de la luz. Con la vista puesta en la inflación media con la que cerrará este 2021, Funcas sostiene que se situará en el entorno del 2,5%, mientras que Bankinter y CC OO la rebajan al 2,4%. Esto ocasiona un gasto extra que el Gobierno deberá abonar, ya que si se cumple ese repunte, las pensiones tendrían que elevarse un 1,3% adicional para paliar la desviación.

Los pensionistas recibirán unos 188 euros de media para así mantenerles el poder adquisitivo. Esta cuantía se incrementa hasta los 216 euros extra en el caso de los jubilados, que tienen en la actualidad una pensión media de 1.192 euros al mes. Las viudas, por su parte, recibirán un ingreso extra que rondará los 134 euros.

Las pensiones crecerán pese a la desaparición de la ‘paguilla’

Con la aplicación de la indexación al IPC se da la paradoja de que los pensionistas no solo mantendrán su capacidad adquisitiva, sino que la ganarán. El Gobierno no ha establecido mecanismos de corrección en caso de que el IPC sea negativo por lo que la fórmula es asimétrica al vincular la actualización de las pensiones a la inflación si esta sube mientras que si los precios caen, como ocurrió en 2014 y 2020, estas se mantienen iguales. Esto podría suponer un incremento no justificado del gasto entre 2,3 y 5 puntos porcentuales del Producto Interior Bruto (PIB). El propio ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, defendió que con este mecanismo los pensionistas nunca se verán perjudicadas, ya que sus pensiones se incrementarán o en el peor de los casos se mantendrán sin cambios.