Fiscalidad

Fracaso de las tasas “Tobin” y “Google”

Hasta octubre, el Estado apenas había ingresado 454 millones de los 1.818 que tenía previstos recaudar con ambos impuestos

La ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, en un pleno del Congreso
La ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, en un pleno del CongresoEduardo ParraEuropa Press

Dos de las tasas introducidas por el Gobierno para engordar la recaudación, el Impuesto sobre las Transacciones Financieras, más conocido como “tasa Tobin”; y el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, la “tasa Google”; no van a cumplir las expectativas que en ellos había depositados para este año. Hasta noviembre, España ha ingresado 454 millones de euros con ambas tasas, lo que supone una cuarta parte de los 1.818 millones de euros previstos por el Gobierno para el conjunto del año, según se desprende del informe mensual de recaudación tributaria correspondiente al mes de noviembre, publicado por la Agencia Tributaria.

En concreto, Hacienda ha recaudado 288 millones de euros por el impuesto sobre transacciones financieras, la conocida como “tasa Tobin”, lo que supone el 33,8% de los 850 millones de recaudación previstos por el Gobierno para el conjunto del año, según informa Ep. El Impuesto sobre las Transacciones Financieras, en vigor desde el 16 de enero de 2021, grava la adquisición de acciones de sociedades españolas, con independencia de la residencia de las personas o entidades que intervengan en la operación, siempre que tales sociedades tengan acciones admitidas a negociación en un mercado regulado y un valor de capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros.

La primera autoliquidación del Impuesto sobre las Transacciones Financieras que se debe presentar de forma obligatoria por vía electrónica a través de Internet en la sede electrónica de la Agencia Tributaria con carácter mensual, se realizó entre los días 10 y 20 de junio de este año.

Actividades digitales

La liquidación del Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, la conocida como “tasa Google”, ha aportado a las arcas públicas 166 millones de euros de los 968 millones previstos para este año (17%). La “tasa Google” grava a aquellas empresas con ingresos anuales totales de, al menos, 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los 3 millones de euros, dirigiéndose a servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos. Aunque Hacienda tenía prevista una recaudación inicial de unos 1.200 millones de euros (antes de la pandemia), posteriormente la rebajó a 968 millones.

La implantación de esta tasa generó una fuerte oposición del sector y de EE UU, país de origen de la mayoría de gigantes como Google a los que afecta. No obstante, los gobiernos de España, Francia, Italia, Austria y Reino Unido han llegado recientemente a un acuerdo con Estados Unidos sobre sus respectivos impuestos digitales que evitará la entrada en vigor de los aranceles sobre importaciones de productos de dichos países europeos que había aprobado Washington en junio. El acuerdo contempla que España y el resto de países mantengan sus respectos impuestos digitales nacionales hasta que entre en vigor el primer pilar del acuerdo sobre fiscalidad de empresas al que llegó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a petición del G20. Este pilar entrará en vigor el 31 de diciembre de 2023 como fecha límite. A partir de 2024, se evaluará si los impuestos abonados por las multinacionales estadounidenses afectadas por los impuestos digitales nacionales son superiores a los que hubieran tenido que pagar al amparo del pilar 1. En caso de que fuera así, España y el resto de países europeos tendrán que abonar a dichas empresas un crédito fiscal por la diferencia entre ambas cantidades.

Aunque en un primer momento era renuente a admitirlo, el exceso de optimismo en los cálculos sobre el impacto recaudatorio de ambas tasas ya ha sido reconocido por el propio Gobierno. El director general de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), Jesús Gascón, ya ha admitido “errores” en el cálculo para este año de ambos impuestos. En el caso de la “tasa Tobin”, las estimaciones “fueron excesivas”, aunque prevé que irá ganando capacidad recaudatoria. También ha admitido que en cuanto al Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales hubo errores en la método de cálculo inicial, así como en los multiplicadores aplicados sobre la previsión de la Comisión Europea.

Déficit

Las tasas “Tobin” y “Gloogle” forman parte de la batería de nuevos impuestos con los que el Ejecutivo pretende reponer las maltrechas arcas públicas. A pesar de la recuperación económica general y la buena evolución de la recaudación impositiva, así como al superávit de las comunidades autónomas, el déficit público entre enero y octubre se situó en el 3,93% del PIB, según ha informado el Ministerio de Hacienda. Un dato, en cualquier caso, mucho mejor que el registrado en el mismo periodo de 2020, cuando alcanzó el 7,23% del PIB afectado por el parón económico que sufrió España como consecuencia de la irrupción de la pandemia del coronavirus. Sin contar con las corporaciones locales, las administraciones públicas cerraron octubre con un déficit de 47.536 millones de euros, el 41,4 % menos que un año antes.

Por administraciones, el déficit de la central alcanzó los 54.053 millones de euros, el 8,4% menos que un año antes; mientras que las comunidades autónomas registraron un superávit de 12.379 millones, frente a los 328 que tenían en octubre de 2020. Un incremento, no obstante, con truco dado que en octubre, el Estado transfirió a las autonomías 4.040 millones con los que se completa la partida recogida en los presupuestos de 2021 (13.486 millones) destinada a dotarlas de mayor financiación para la cobertura de los servicios públicos fundamentales.