Seguridad Social

Contra el rejonazo a los autónomos

Muchos autónomos no adscritos a ninguna asociación ven con rechazo este monumental recorte a sus libertades del ministro Escrivá

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis EscriváIsmael HerreroAgencia EFE

La decisión del Ministerio de Seguridad Social de castigar a los autónomos con la mayor subida de cotizaciones sociales en toda la historia de este colectivo ha desatado el enfado de amplios sectores de la sociedad civil. Aunque el Gobierno prefiere esconderse detrás de las amansadas asociaciones de autónomos (de representatividad más que dudosa y entre las que ni siquiera recibe el apoyo de ATA), lo cierto es que muchos autónomos no adscritos a ninguna de ellas ven con rechazo este monumental recorte a sus libertades.

Por eso, este pasado domingo, varios millares de ciudadanos (más de 10.000, de acuerdo con la Policía Nacional) coparon las calles del centro de Madrid para protestar contra esta rapiña bajo el lema “Ningún impuesto sin control”. Los organizadores, Junta Democrática de España, reclaman en términos generales un cambio orgánico en las estructuras políticas de nuestro país para transitar desde la oligarquía de partidos actual a una genuina democracia donde, al estilo anglosajón, exista representación, separación de poderes y, por tanto, control y fiscalización de los ciudadanos sobre sus representantes.

De este modo, señalan, ni se aprobarían nuevos tributos que no contaran con el consentimiento delegado de los ciudadanos ni se dilapidaría la recaudación de los mismos en partidas arbitrariamente seleccionadas por la casta política. Ambas premisas pueden ser aplicadas como argumentos contra la reforma Escrivá.

Por un lado, esta reforma está siendo negociada con “agentes sociales” que, como señalábamos antes, a nadie representan salvo a ellos mismos: mera coartada propagandística para que los políticos hagan y deshagan a su antojo y en contra de los ciudadanos.

Por otro, la recaudación prevista por este sablazo (que en ningún caso superaría los 5.000 millones de euros y que más bien se ubicaría en el entorno de los 2.000 millones de euros) se destinara a seguir cebando un sistema de pensiones intergeneracionalmente desequilibrado y cuyo gasto parece que sea intocable (incluso en términos reales), cuando como poco habría que afrontar el déficit futuro desde ambos lados (ingresos y gastos). Personalmente, creo que la reforma es indefendible aun cuando haya representación y control: es un ataque inaceptable contra la libertad financiera de los trabajadores autónomos. Pero si recortan nuestras libertades, al menos que guarden las formas para poderlos censurar desde los correspondientes canales políticos.