Empleo

El 42% de las empresas no puede contratar por la morosidad y los impagos

Y 8 de cada 10 empresas españolas ven los retrasos y las largas condiciones de pago problemáticos para su negocio

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InfografíaTeresa Gallardo

La recuperación económica mantiene el pulso pese a los altibajos y las sombras que se ciernen sobre el horizonte, como la morosidad o las dificultades para la contratación, que en este caso van de la mano, ya que el 42% de las empresas españolas confirma que los impagos le impiden contratar nuevos empleados. Por tanto, el retraso en el pago de facturas por parte de clientes está obstaculizando claramente la creación de empleo, según el Informe Europeo de Pagos de Intrum recogido por Europa Press. A pesar de ello, su impacto ha descendido respecto a hace un año. El efecto de la morosidad en la creación de empleo ha caído desde 2020 en 10 puntos, cuando el 52% de las compañías no podían incrementar su plantilla por este motivo.

Mientras que la economía nacional se va recuperando poco a poco, los impagos siguen causando dificultades económicas y operativas para una gran parte del entramado empresarial, como es la imposibilidad de contratar nuevos empleados. Además, el abono tardío de facturas sigue considerándose una amenaza real; para 8 de cada 10 empresas españolas tanto los retrasos como las largas condiciones de pago son problemáticos para su negocio. Ambos aspectos resultan “problemáticos” para el correcto desarrollo de los negocios, con una afectación del 81% y 83%, respectivamente.

Resulta llamativo el incremento de 14 puntos porcentuales de las largas condiciones de pago como una de las principales problemáticas a la hora de contratar nuevos empleados. Estas cifras van en línea con las principales estadísticas del último Observatorio de Morosidad de Cepyme, publicado a principio de febrero, que recoge que el 70,5% de las facturas emitidas se abonan con retraso y que el periodo medio de pago ha crecido hasta los 82,5 días, por encima de los 60 establecidos por ley. Estos datos evidencian que la reapertura de la actividad no se ha traducido en un impulso del pago de la deuda atrasada, sino que continúa afectando a pilares imprescindibles de las organizaciones como la ampliación de plantilla.

La caída del número de empresas afectadas por los impagos es un fenómeno común en otras grandes economías de Europa. Así, en Reino Unido se ha producido un decrecimiento similar de 10 puntos, Alemania ha pasado del 59% al 42% y Francia ha bajado del 57% al 45%. Por el contrario, en Italia se ha producido un incremento de 7 puntos porcentuales, en contra de la tendencia en otros países.

Este contexto deja patente la necesidad de poner mayor hincapié en medidas para protegerse contra la morosidad, como puede ser el pago por adelantado, las valoraciones de crédito, el seguro crediticio, la petición de garantías bancarias, el ‘factoring’ o contar con el asesoramiento de una empresa especializada en prevención y gestión de impagados.