Expansión global

Telefónica y el mapa de Mercator

Solo dos regiones ganan peso en el mundo real: Suramérica y África

Logo de Telefónica en Ciudad de México
Logo de Telefónica en Ciudad de MéxicoEdgard GarridoREUTERS

Durante medio siglo, las «telefónicas» eran el principal valor refugio del país, equivalentes por respaldo a la deuda del Tesoro o al oro. Su fiabilidad era tal que pasaban de padres a hijos durante generaciones. Su valor hereditario las convertía casi en un bien inmobiliario. Tras una larga travesía en el desierto desde sus máximos previos a la crisis financiera, hoy las «telefónicas» sacan la cabeza después de unos ajustes marcados por la reducción de deuda y la salida mercados sin recorrido (como El Salvador). Pero hay mucho por hacer.

La geopolítica no solo sirve para explicar comportamientos en el flujo y precios de las materias primas, sino también a las telecomunicaciones, donde las redes transitan por un mundo terrestre (lechos marinos incluidos) por muchos satélites que pongamos en órbita. Y es en este terreno en el que Telefónica tiene mucho que ganar. De hecho, y pese a su menor exposición en Hispanoamérica (excluida Brasil), es este el principal origen de sus beneficios y el lugar donde las inversiones han aumentado un 17,4 % y donde ingresó 5.444 millones por los servicios de móvil, un 7,4 % más. El total de accesos en la región se situó en 2021 en 110,4 millones, un 1,8 % más. Hay allí mercados en permanente desarrollo y crecimiento, pero Telefónica no debería obviar la enorme evolución que África tiene por delante y la privilegiada ubicación de España para el desembarco en ese continente.

A menudo nos olvidamos de que nuestra concepción del mundo está errada por las proyecciones elaboradas a finales del XVI por Gerard Kremer, conocido por su nombre latino: Gerardus Mercator. La realidad es que Rusia es un 20% de lo que imaginamos. Es aún el país más extenso, pero cuatro veces más pequeño de lo que los Atlas tradicionales dicen. No digamos ya Groenlandia, un enano diez veces más pequeño que la proyección de Mercator. Lo de Canadá es también sangrante: es tres veces más pequeño, en especial todas sus islas heladas del norte. China también está sobredimensionada, perdería una cuarta parte. Respecto a los países europeos, los escandinavos aparecen cuatro veces más grandes y Reino Unido se dibuja el doble de grueso que su auténtica talla. En este contexto, solo dos continentes ganan peso: África y Suramérica. Uno de ellos tiene una lengua franca, el español, y el otro está aquí mismo. A saber.