Las sanciones a Rusia tocan techo con el embargo al crudo

Horas después de haber aprobado un embargo parcial al petróleo ruso, el club comunitario vuelve a asomarse al abismo del que sería un triple salto mortal: hacer lo mismo con el gas. Sin que la Comisión Europea haya puesto aún sobre la mesa esta posibilidad en un nuevo paquete de sanciones, el club comunitario se divide entre los que piden hacer un descanso y los que ni siquiera quieren abrir el debate ante el peligro de precipitar acontecimientos y abrir heridas antes de tiempo. Entre estos últimos se encuentra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, o el presidente francés, Emmanuel Macron, para quien las «ambigüedad calculada» puede ser útil según evolucione la situación. Lo cierto es que las importaciones de gas ruso europeas suponen de media un 40%, una dentellada mucho más dolorosa que el petróleo, que no llega al 30%.

Para muchos, las sanciones han tocado techo. Al menos en el capítulo energético. Según el canciller austriaco, Karl Nehammer, el gas no será parte de la próxima batería de castigos. Para el primer ministro belga es hora de «hacer una pausa» después del «gran salto adelante» del embargo al crudo.

Tras casi un mes de negociaciones, los Veintisiete llegaron en la madrugada del lunes al martes a un acuerdo político que supone un embargo de casi el 90% del petróleo ruso pero que exime al crudo del oleoducto Druzhba, como modo de no asestar un golpe mortal a las economías de Hungría, República Checa y Eslovaquia, países que no tienen una salida al mar. Según reza el acuerdo, se trata de una «excepción temporal» que será revertida «tan pronto como sea posible» con el objetivo de construir infraestructuras alternativas de suministro.

La cumbre también sirvió para que Sánchez pidiese que las interconexiones eléctricas de la Península Ibérica con el resto de la UE para transportar el gas sean sufragadas con dinero europeo. «Los contribuyentes españoles han pagado con su esfuerzo durante décadas las instalaciones de regasificación y de almacenamiento de gas licuado, ahora le toca a la Unión Europea pagas las interconexiones en el continente», aseguró. El texto de conclusiones de la cita europea recoge la necesidad de mejorar este aspecto, aunque no se refiere de manera específica a de dónde debe salir el dinero.

Por otra parte, el gigante ruso Gazprom cortará este miércoles el gas a las compañías Ørsted, principal grupo energético de Dinamarca, y a Shell Energy Europe, que suministra gas a Alemania, por negarse a pagar en rublos.