Inflación

La cesta de la compra, 830 euros más cara

Los alimentos siguen su escalada en septiembre: pasta, harinas, leche, aceites, mantequilla... se disparan entre un 15% y un 60% en un año. El IPC general avanza un 8,9%; la comida, un 14,4%

La inflación da un respiro. ¿Seguro? Eso indica en frío el dato general de septiembre, en el que los precios han crecido un 8,9%, una moderación respecto al repunte de agosto, en el que el IPC fue del 10,5%, que a su vez ya había supuesto un punto de inflexión respecto al tope de julio, en el que los precios despuntaron un 10,8% en tasa interanual. ¿Significa eso que podemos respirar aliviados? Ni mucho menos. La situación sería equivalente a la de un enfermo que sale del coma.

La realidad es que los precios siguen subiendo. De hecho, el de algunos alimentos básicos como la leche, las legumbres y las verduras no tienen freno, y siguen al alza también respecto a agosto. Las legumbres y hortalizas, tanto frescas como refrigeradas, lo hacen un 4% sobre alzas récord en agosto. También el arroz, con una subida del 2,4% en solo un mes. La leche, el pan, la pasta, el azúcar... también son más caros que en agosto.

IPC
IPCTeresa Gallardo

En general, todo sube en la cesta de la compra con contadas excepciones respecto a los precios de hace un mes. Se trata, eso sí, de bajadas insignificantes en las frutas, los cereales del desayuno, el pescado, el té o el café. ¿Pero qué ocurre si comparamos los precios con los de septiembre de hace un año? El resultado muestra que los precios o solo siguen subiendo, sino que lo hacen a un ritmo imparable para el bolsillo medio.

La palma se la llevan los aceites comestibles (oliva al margen). La crisis alimenticia derivada de la invasión de Ucrania, que ha disparado el aceite de girasol, cereales y piensos está detrás de una subida del 66%. Seguimos sumando. En solo un año, las harinas y otros cereales casi han duplicado su valor. Tras el dato de septiembre, donde siguen subiendo, son casi un 40% más caras que hace un año. La mantequilla es un 33% más cara, mientras que las pastas suben casi un 30%, como las salsas y otros condimentos.

Continuamos de compra, ahora a por leche, cuyo precio ha subido más de un 25% en lo que va de año. En la cesta básica no pueden faltar los huevos, un 23,6% más caros que en septiembre de 2021. ¿Y el pan? Hoy nos cuesta casi un 15% más. Todavía más se ha encarecido el pollo (un 18%) y las patatas (16,4%), mientras que la carne de vacuno o el arroz valen entre un 14,7% y un 13% más que hace un año, respectivamente. Algo menos han subido las aguas minerales, un 11,4%, así como los zumos de frutas (11%) y el pescado fresco o refrigerado (10,5%). El congelado sube aún más (11,7%).

Decidimos darnos un capricho y comprar algo de cerveza (un 9% más caras, redondeando a la baja) y una botella de vino (un 8% más cara). Para rematar, unas magdalenas, cuyo precio se ha encarecido casi un 26%, en consonancia media con los productos para el desayuno, en el que la leche, las mantequillas, huevos y café, forman parte del menú del español medio. En definitiva, que la cesta de la compra, cuyo peso en la determinación del IPC es el mayor de todos (22,6% del total), se ha encarecido de media un 14,4%, cinco puntos y medio más que el índice general de inflación (8,9%) en solo un año.

La otra cara de la moneda la presenta el transporte. Lo que más se ha abaratado desde septiembre de 2021 son el transporte combinado de pasajeros (-38,7%); el transporte de pasajeros en metro (-18,2%); el transporte de pasajeros en autobús (-12,3%); los equipos de telefonía móvil (-8,2%), y el transporte de pasajeros en tren (-6,6%). Estos datos reflejan los efectos de los bonos gratuitos al transporte aprobados por el Gobierno para aliviar el bolsillo de los ciudadanos y que algunas comunidades autónomas han complementado con rebajas adicionales.

En el último año, la calefacción, el alumbrado y el agua se han encarecido un 24,8%; los aceites y grasas se han elevado un 23,8%; los huevos son un 23,6% más caros; la leche cuesta un 25,1% más, y los cereales, un 22,3% más.

Con estos mimbres, las familias afrontarán un sobrecoste anual de 830 euros en alimentación como resultado de la inflación, según la OCU, que advierte de que «en el corto plazo nada hace pensar que la situación vaya a cambiar y es probable que todavía suban aún más los precios de algunos productos en los próximos meses».

Está por ver el alcance de la moderación en los precios, aunque todo dependerá de la evolución de los mercados energéticos. Si nos guiamos por el mercado holandés TTF, de referencia en Centroeuropa, el rango del gas natural se mantendrá por encima de los 160 euros el megavatio hora hasta el próximo mes de marzo, lo que seguirá tensionando también los precios de la electricidad y la inflación en conjunto.

En este sentido, María Jesús Montero aconsejó ayer a los ciudadanos cómo hacer para ahorrar en calefacción este invierno y se puso a sí misma como ejemplo: «Como casi llego justamente para dormir no utilizo ni la refrigeración, ni la calefacción para descansar por la noche. [...] Abro la ventana o me pongo un edredón más fuerte», dijo la ministra de Hacienda, que vive en un piso oficial por el que no paga ni alquiler ni el coste de los suministros.

En el cuadro macroeconómico de julio pasado el Gobierno estimaba la inflación en el 7,8% para este año, aunque la revalorización de las pensiones está prevista en el 8,5%. La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) pronosticó ayer que la tasa media esperada de inflación para 2022 será del 9%.