Crisis energética

España pasará la Navidad con la calefacción racionada

El 79% la usará menos y el 71% tiene miedo de no poder pagar la luz. El posible fin de la bonificación a las gasolinas anuncia un Himalaya en enero

Una caldera de carbón en Madrid
Una caldera de carbón en MadridJ. Fdez.- LargoLa Razón

La escalada de precios y la amenaza de una nueva recesión, cuando la economía aún no se ha recuperado de la pandemia, están condicionando el día a día de todas las familias. Cada gasto debe medirse al milímetro para evitar acabar el mes en números rojos. De todos lo desembolsos, la energía y la alimentación son dos de las partidas más básicas y que a la vez más tensionan la economía familiar española. Según el estudio ‘Diseccionando la inflación en España’ de AXA Partners, el 71% de los españoles ha expresado que le preocupa no poder afrontar la factura de la luz, con lo que un 79% ha determinado que usará menos la calefacción. En cuanto a la cesta de la compra, hay que tener en cuenta que aunque la inflación general se moderó en octubre al 7,3%, la subida de precio de los alimentos se disparó al récord del 15,4%. La electricidad y el gas, otros de los principales gastos del hogar, han experimentado un relativo abaratamiento, pero los precios siguen muy por encima de los registrados hace un año, y la mayoría de los consumidores esperan que sus facturas se disparen con la llegada de los meses más fríos. Si a esto le sumamos el coste de los carburantes, que podría volver a subir en enero con el fin de la bonificación de 20 céntimos, a los españoles les harán falta más agujeros en el cinturón para poder ajustar su presupuesto mensual.

El análisis de AXA también muestra que la preocupación por el encarecimiento de la vida se manifiesta en todos los niveles de renta, aunque es mayor en los hogares más humildes. En las rentas más altas, que perciben más 2.450 euros al mes, el miedo se percibe en un 60% y escala al 76% en las más bajas, las que perciben menos de 1.312 euros al mes.

Un 71% de los españoles considera que el precio de la luz (y un 70% que la guerra de Ucrania) son los factores que más han influido en la escalada de la inflación. Una opinión que comparten los expertos, que han añadido causas estructurales como las dos décadas de tipos de interés en mínimos históricos, la falta de planificación en la transición energética; y causas coyunturales como la expansión de la demanda tras la pandemia y los fallos en las cadenas de suministros.

“El encarecimiento de materias primas y productos energéticos anterior a la guerra de Ucrania tuvo su origen en un fuerte empuje de la demanda mundial, que se disparó tras el confinamiento impulsada por esos incentivos y estímulos fiscales y monetarios. A partir de ahí el encarecimiento de costes comenzó a transmitirse a lo largo de la cadena de producción hacia los precios finales al consumo”, explica María Jesús Fernández Sánchez, economista sénior en Funcas, en cuanto a las causas que han desencadenado esta espiral inflacionista.

El 94% de los españoles tiene menos dinero a final de mes

En los últimos seis meses el 94% de los españoles afirma tener menos dinero a fin de mes. Desgranando este dato, un 14,5% ha visto sus ingresos reducidos un 50%, un 44,5% han notado una depreciación del 25% y el restante 35% ha perdido un 10%; frente al otro 6% que no ha percibido recortes. En este mismo periodo, el 99% ha notado cambios en los precios de su vida diaria y más de un 50% de personas de todas las rentas y edades comenzó a notar el incremento de los precios durante el primer trimestre de 2022.

En consecuencia, los españoles están cambiando sus hábitos de consumo. El 82% de los españoles ha cambiado su forma de comprar en el supermercado, independientemente de su renta: un 51% asegura que dedica ahora más tiempo a buscar ofertas, un 48% a elegir marcas blancas y un 33% prioriza en packs de ahorro. Además, en los últimos seis meses, el 76% ha cambiado su forma de comprar ropa y zapatos, por lo que un 51% compra menos cantidad, y el 37% solo lo hace en ofertas y rebajas.

Para hacer frente a los precios de los combustibles, un 50,5% ha reducido el uso de su vehículo particular, un 14% usa más el transporte público y un 8% opta por la bicicleta o caminar. Sólo el 1% de los encuestados posee un vehículo eléctrico.

El ocio también se resiente, en concreto, sobre todo el ligado a la hostelería. El 67% de los españoles asegura haber cambiado sus hábitos de ocio a causa del aumento de los precios, lo que muestra que los restaurantes han sido los principales damnificados del segmento ocio ya que el 79% visita restaurantes menos a menudo. Además, el 57% de los españoles ha reducido la frecuencia de sus viajes y el 55% sale menos de noche.

Un 80% de los españoles ha notado diferencias en su capacidad de ahorro, un hábito que el 60% de la población afirma practicar cuando tiene ingresos. En función de renta, el 76% de las rentas más altas (que perciben más de 2.450 euros al mes) consiguen ahorrar, frente al 51% que corresponde a las más bajas (que perciben menos de 1.312 euros al mes). Además, este hábito se pierde con la edad, del 74% de jóvenes entre 18 y 24 años al 51% de las personas mayores de 55.

Un 10% de los españoles se plantea usar crédito para pagos cotidianos

El informe ha concluido que los españoles por el momento no necesitan hacer uso del crédito para sus pagos habituales, que además se encarecen por las tasas de interés más altas. Sin embargo, también apunta que un 10% de los encuestados se plantea hacer uso de este método para sus pagos cotidianos en el corto-medio plazo, y un 4% ya ha tenido que pedirlo. Añadido a esto, un 25% más de la población ha incrementado el uso de la tarjeta de crédito para compras o pagos.

Aida Caldera Sánchez, jefa de división del Departamento de Economía de la OCDE, pone de manifiesto que “se necesita apoyo fiscal para ayudar a amortiguar el impacto de los altos costos de la energía en los hogares y las empresas y que este debe ser temporal y concentrado en los más vulnerables”.

En el ámbito empresarial, el informe concluye que el aumento de los costes de producción y la contracción del consumo exponen al mercado laboral a una reducción de la inversión, el aumento de concursos y un periodo de tensiones y transformaciones. Además, Celia Ferrero Romero, vicepresidenta ejecutiva de Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), ha advertido de que el aumento de tipos de interés afecta especialmente a pymes y autónomos, porque entre un 30 y un 40% se acogieron a los créditos ICO para mantener la actividad en la pandemia. Y, dado que la moratoria de los ICO terminó el 30 de junio, ahora tienen que pagar más caro de lo que se esperaban y esto se está viendo en el número de preconcursos y concursos declarados.