Del consumidor al prosumidor energético

Dicen que todas las crisis traen oportunidades y el autoconsumo está siendo un claro ejemplo de ello. En solo un año se ha duplicado la potencia instalada en España y la CNMC prevé que vuelva a duplicarse en 2023. Y es que son muchas las ventajas que ofrece y que se han acentuado por el contexto en el que nos encontramos.

Si bien la apuesta por el autoconsumo, además de reducir la necesidad de transportar la energía a largas distancias contribuye a una mayor independencia de combustibles fósiles y con ello a alcanzar los objetivos climáticos, al conseguir una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y una mejora de la calidad del aire, ahora son otras las ventajas que están cogiendo protagonismo.

La crisis energética y el impacto geopolítico y geoeconómico en el precio de la energía, está provocando que sea necesario apostar por las renovables para gestionar dichos riesgos, garantizar una mayor independencia del mercado exterior, reducir la inflación y garantizar una mayor competitividad. Y es esta situación la que ha acelerado la penetración del autoconsumo, tanto en el sector industrial como el residencial.

Un escenario que permite ahorrar en las facturas energéticas, acortando el periodo de amortización de la inversión inicial. Periodo que incluso puede reducirse por la concesión de ayudas, la venta del excedente y en un futuro próximo también de las emisiones de CO2 evitadas, aunque todavía hay margen de mejora en estos últimos puntos que la administración ha de trabajar.

Junto a esto, el boca a boca entre los que tienen tejados y los recientes incentivos para la creación de comunidades energéticas entre los que no, han sido los otros catalizadores de este despegue.

Como uno de los países europeos con mayor potencial de energía solar, tenemos una gran oportunidad de generar empleo verde y ayudar a ese 14% de españoles, 2,6 millones de hogares, que según el Informe de Indicadores de Pobreza Energética 2021 no pueden permitirse encender la calefacción.

Tenemos herramientas como el programa RePowerEU de la Comisión Europea, los fondos Next Generation y los cambios normativos para, bien por estrategia, por compromiso ambiental, por beneficio económico, por beneficio social o por todas ellas, garantizar que la financiación fluya y aprovechemos todas las cubiertas y tejados existentes.

Porque ser más sostenibles pasa por ser prosumidores energéticos, como ciudadanos y como país.