Energía
El barril del petróleo puede alcanzar los 150 dólares en el peor escenario del conflicto en Oriente Próximo
El barril de crudo, tanto en su variedad Brent como West Texas, repunta este viernes hasta niveles máximos desde septiembre. Si Irán bloquea el Estrecho de Ormuz, por el que se mueve un tercio del crudo del mundo, se desataría una nueva crisis petrolera
El conflicto entre el grupo islamista Hamás e Israelrepresenta uno de los riesgos geopolíticos "más importantes para el mercado del crudo desde la guerra de Ucrania", advierte el director general de Tempos Energía, Antonio Aceituno. Aunque Israel es un pequeño productor de petróleo y el cese de su actividad apenas afectaría al mercado, los problemas llegan por la implicación de Irán en el conflicto, ya que financia y respalda a Hamás y tiene en sus manos la llave para impedir a petroleros y metaneros el paso por el estratégico Estrecho de Ormuz, por cuyas aguas se mueve un tercio del crudo mundial.
La situación de incertidumbre en Oriente Próximo ha elevado este viernes el precio del barril de crudo hasta niveles máximos desde finales de septiembre, tanto en su variedad Brent como West Texas Intermediate. En concreto, el barril de petróleo Brent, de referencia para Europa, llegaba a encarecerse hasta los 93,47 dólares, frente a los 92,38 dólares del cierre de ayer. De su lado, el crudo West Texas Intermediate, de referencia para Estados Unidos, subía hasta los 90,78 dólares por barril desde los 89,37 dólares del jueves. De este modo, el precio del barril del Brent alcanza niveles ligeramente superiores a los registrados hace un año, mientras que en el caso del WTI el coste es alrededor de un 5% superior al de las mismas fechas de 2022.
En cuanto a su evolución para lo que queda de año, Tempos Energía estima que el barril de Brent oscilará entre 85 y 95 dólares hasta final de año, pero con alta "volatilidad", pudiendo "perforar la cota de los 120 a 150 dólares" si se interrumpe el suministro en el estrecho de Ormuz, un punto de paso estratégico. "Los picos de precio entre 120 y 150 dólares el barril también estarían condicionados por los futuros movimientos que puedan tomar la OPEP+ y Arabia Saudí en reacción a este suceso y los continuos reajustes en la economía de Estados Unidos", según han apuntado los expertos de la consultora energética.
Sanciones de Estados Unidos
Por el momento, Antonio Aceituno señala que la reacción de los mercados ha sido "modesta", situándose el nuevo precio del crudo por debajo del reciente máximo de 97,69 dólares el barril. "Una subida que encuentra también una de sus causas en la medida de Estados Unidos de imponer las primeras sanciones a los propietarios de los petroleros que transportan petróleo ruso con un coste superior al precio máximo de 60 dólares fijado por el propio G7", ha señalado Aceituno.
Asimismo, el director general de Tempos Energía ha añadido, como otro de los motivos de la tímida subida del Brent, que el consumo de gasolina en el país norteamericano sigue rondando mínimos de 2008, lo que hace que los futuros se establezcan en el nivel más bajo desde diciembre de 2022, provocando así un claro contrapeso a la subida de precios.
Recuperando el foco sobre Irán, este país se han convertido en la segunda mayor fuente de suministro adicional al mercado marítimo mundial este año, mientras que sus exportaciones aumentaron de 1,35 millares de barriles diarios en abril a un máximo de 1,79 millones en agosto, la mayor cantidad alcanzada desde noviembre de 2019. "Por ello, unas sanciones más estrictas de Estados Unidos a Teherán amenazarían los suministros de crudo y provocarían una subida de los precios de la energía tanto a nivel mundial como nacional, algo que posiblemente el presidente Joe Biden esté dispuesto a evitar antes de las elecciones de 2024", ha indicado Aceituno. Con todo lo anterior, desde la consultora energética nacional han querido ser prudentes, debido a que, en lo respectivo al principal 'player' de la ecuación, Irán, "no hay pruebas, ni evidencias contundentes, de su participación en el ataque de Hamás contra Israel, lo que temporalmente alivia las preocupaciones de que Estados Unidos endurezca las sanciones contra el país".
Además, han expuesto que los mercados están mejor equipados que con respecto a otras crisis anteriores. "Por ejemplo, Arabia Saudí y sus aliados de la OPEP+ cuentan, teniendo en cuenta los recortes que están implementando, con una capacidad excedente de cuatro millares de barriles diarios, alrededor del 4% del suministro mundial", han indicado. En esta línea, Aceituno ha apuntado a que lo más probable es que las hostilidades queden confinadas en gran medida a Gaza e Israel, las cuales podrían extenderse a Líbano y Siria, lo cual va a provocar volatilidades en los precios y, en el peor de los casos, se contemplaría una interrupción en el Estrecho de Ormuz, una acción que perjudicaría seriamente a los aliados de Irán.
El peor de los casos: cierre del Estrecho de Ormuz
"Si lo anterior se llegara a producir, el Brent tendría herramientas suficientes para perforar la cota de los 120 o incluso 150 dólares por barril, aunque rápidamente comenzaría a dañarse la economía global", ha apuntado Aceituno, quien ha advertido que provocaría una inflación más elevada, empujando así a la Reserva Federal hacia un ajuste monetario más estricto y a un consecuente descenso del Brent por debajo de la cota de los 95 dólares por barril.
Situado entre Irán, Omán y Emiratos, el Estrecho de Ormuz separa el Golfo Pérsico del Golfo de Omán. Su importancia radica en que es uno de los cuellos de botella comerciales y geoestratégicos más importantes del planeta. La salida natural del Golfo Pérsico es Ormuz. Transitan por él cada día alrededor de un 30% de los barriles de petróleo que se transportan por mar y casi un 20% de los que se consumen. O sea, mueve a diario 14,6 millones de barriles de crudo, 1,4 de petróleo refinado y casi 60 millones de toneladas de gas natural licuado", ha explicado anteriormente José Antonio Vera en LA RAZÓN.
En el entorno de Ormuz conviven varios de los principales productores de crudo del mundo, entre ellos Irán, Kuwait, Arabia Saudí, Irak y Emiratos. También Turquía, que le disputa a Teherán y Riad la hegemonía regional. Por lo tanto, si se interrumpe ese circuito de salida de los hidrocarburos, la crisis energética estará asegurada, a un nivel parecido a la del 73, coincidiendo con la guerra del Yom Kippur, o la del 79, con motivo de la denominada revolución de los ayatolás y la guerra irano-iraquí.
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