innovación
De un bol en la nevera a millones de ositos con alcohol
Ositos con Alcohol, es la innovadora foodtech vasca que está arrasando con sus cocktails comestibles
Bilbao, universidad, fiestas estudiantiles y una idea simple: meter gominolas en alcohol y ver qué pasa. De ese experimento casero surgió lo que hoy es una de las startups más curiosas del panorama emprendedor español. «Empezamos empapando ositos en vodka en un bol y dejándolos en la nevera», cuenta Ander Méndez, CEO de Ositos con Alcohol. Lo que entonces era una mezcla pegajosa y de sabor fuerte, hoy mueve entre 3 y 4 millones de unidades al año. La idea parecía sencilla, pero convertirla en un producto real fue otra historia. «Ninguno de nosotros sabía hacer una gominola desde cero», recuerda Méndez. Él estudiaba ingeniería y su socia, Tamar, biología y derecho.
Pese a la falta de experiencia, contaron con el apoyo de la Escuela de Cocina del País Vasco y de la universidad, que les cedió un espacio de trabajo. Tras año y medio de pruebas (y muchos fracasos), dieron con la fórmula final. ¿El secreto? «Una Thermomix y mucha paciencia», ríe.
El siguiente reto fue legal: necesitaban una fábrica y licencias para manipular alcohol. «No podíamos seguir produciendo en casa», admite. Hoy, su fábrica está ubicada en Castilla y León, cerca de Burgos, y fue en 2020 cuando lanzaron su primera tirada comercial.
La pandemia y una disputa legal con Haribo por la forma de los ositos no les frenaron. Ositos con Alcohol no busca estar en todas las cocinas. Su público no es el que compra pan y leche, sino el que busca algo especial para una cena con amigos o una fiesta. «Queremos estar presentes en momentos de celebración, no en la rutina diaria», explica Méndez. Su target principal se sitúa entre los 30 y los 55 años, y el producto funciona como un regalo alternativo a la clásica botella de vino.
En supermercados de España
Además de su ecommerce (ositos.world), han logrado entrar en cadenas como Hiperdino (especialmente fuerte en Canarias), Eroski y algunas campañas de Carrefour. «En Canarias lo están disfrutando mucho… ¡y a nosotros nos encantan los canarios!», dice Ander, entre bromas. Aun así, reconoce que están lejos de la gran distribución: «Hay 26.000 supermercados en España. Nosotros estamos en unos 200. Todavía queda camino».
El marketing ha sido tan casero como su origen. Sin grandes fondos ni campañas, apostaron por la autenticidad. «No teníamos presupuesto. Solo una idea clara: el producto debía hablar por sí mismo», afirma. El nombre, Ositos con Alcohol, cumple con esa premisa: directo, gracioso y memorable.
En solo año y medio en lineales, las ventas son estables y muchos clientes repiten. «No hemos puesto promotoras ni invertido en publicidad masiva. La clave ha sido que la gente lo pruebe y quiera compartirlo».
La empresa, actualmente formada por tres personas —Ander, Tamar y Alejandra— no se queda quieta. Entre los próximos planes están sabores nuevos (como calimocho) y colaboraciones con grandes marcas como Baileys o Absolut. «Nos encantaría ver una gominola con su propia marca de vodka», dice Méndez.
Mientras tanto, siguen gestionando todo desde Bilbao. «Esto es 24/7. Cuando emprendes, no hay horarios», reconoce. La pasión no se disuelve, como el alcohol en las gominolas: se concentra. Entre sus cocktails comestibles están el destornillador (vodka naranja), Margarita (limón), Gin Tonic, Piña Colada, Ron Cola, Sex in the Beach, Daiquiri y el de sabor mojito.
Ositos ha participado en los programas de incubación y aceleración de Madrid Food Innovation Hub, vivero de empresas para el apoyo al emprendimiento y la innovación en el sector alimentario.