Energía

Endesa avisa a Competencia: 4.000 millones de inversión en las "saturadas" redes están en jaque

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, advierte de que le es imposible cumplir los planes con la actual propuesta de retribución de la CNMC. Augura una bajada en el precio de la electricidad "en cuanto crezca la demanda"

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha asegurado que, con la actual propuesta de tasa de retribución financiera y la metodología planteada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para la actividad de distribución de electricidad en sus redes, será imposible para el grupo cumplir con su plan inversor hasta 2027.

En su participación en un desayuno informativo organizado por Foro Nueva Economía, Bogas recordó que, en su plan estratégico actualizado el pasado mes de noviembre, la energética prevé elevar sus inversiones en la red eléctrica hasta los 4.000 millones de euros, un 45% más que en la 'hoja de ruta' anterior 2024-2026, aunque subrayó que, con el borrador de las metodologías presentadas por el regulador, la compañía "no va a ser capaz de replicar ese plan".

No obstante, el directivo mostró su confianza en que se podrá llegar "a algún punto de acuerdo razonable entre la CNMC y las empresas, que den la solución" para impulsar la red de transporte y de distribución eléctrica, "que es la gran olvidada en esta transición, o ha sido la gran olvidada en esta transición energética".

Así, el directivo estimó que la tasa de retribución financiera del 6,46% propuesta por la CNMC, frente al 5,58% actual, está muy alejada de la que se da en otros países de Europa —que se sitúa entre el 7,3% y el 8,5%—, lo que "hace difícil que se pueda invertir en España con la misma fuerza que en otros países".

Además, aseguró que la metodología desarrollada por el regulador sobre la red es "muy compleja" y hace que sea "muy difícil" invertir. "No solamente la tasa es baja, sino que no sabemos si vamos a ser remunerados o no, porque puede ser que hagamos una determinada instalación que tarde unos años en conectarse; puede ser que se haga una instalación, pero que por las baterías, por el autoconsumo o por distintas circunstancias, baje la potencia contratada, y entonces, en ese caso, no sería remunerada esta instalación", añadió.

Por otra parte, recordó que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno estimaba unas inversiones en redes entre 2021 y 2030 de 53.000 millones de euros, de los cuales, a finales de 2024, apenas se habían ejecutado 13.000 millones. Por lo tanto, restarían unos 40.000 millones de euros al final de la década, una cifra que, según él, "es imposible de alcanzar porque, físicamente, España no cuenta con los recursos necesarios, ni en personas ni en instalaciones".

Bogas subrayó que el "reto fundamental" del sector energético y de la economía española tiene "mucho que ver con la transición energética", para la cual el PNIEC del Gobierno "hasta hoy ha sido un éxito", permitiendo duplicar en los últimos cinco años la potencia renovable instalada, cerrar prácticamente todas las centrales de carbón, reducir la producción con energías fósiles y las emisiones de CO₂, y obtener un precio de la electricidad "mucho más competitivo".

No obstante, apuntó que existe un problema con el desarrollo de la energía solar, con un desequilibrio "tremendo" en su crecimiento, que ha llevado a precios muy próximos a cero o incluso negativos en el futuro, lo cual "se debe solucionar con el crecimiento de la demanda", oportunidad que, según él, representa la industrialización.

Colapso de las redes

De todas maneras, destacó que es necesario dar respuesta a la actual saturación de las redes para nuevas conexiones, cifrada por la patronal Aelec en más de un 83%.

"En Endesa, los nudos que tenemos saturados son el 88%. Hay provincias en España donde no hay capacidad para conectar más potencia. Uno de ellos, y es lamentable para nosotros, es la propia Málaga. En Málaga no tenemos capacidad de admisión. Y esto ha sido producto del éxito", explicó.

Por ello, ante este crecimiento de las peticiones de capacidad —que en 2020-2021 eran de unos 3.000-4.000 MW al año y en 2024 se dispararon hasta los 67.000 MW—, advirtió de que corren el riesgo de "morir de éxito" si no se gestiona adecuadamente.

Augura bajadas de la luz

Por otra parte, Bogas se mostró convencido de que el precio de la electricidad bajará "en cuanto crezca la demanda" y que en 2027-2028 también se producirá una bajada en el recibo, ya que desaparecerán los cargos por el déficit que se han venido pagando en los últimos años.

"Estamos hablando de un poquito menos de 3.000 millones al año que caerán de la tarifa, o sea, que va a dar pulmón. Y con el crecimiento de la demanda, estoy absolutamente convencido de que se va a reducir el precio de la energía tanto para los clientes como para los industriales", estimó.

Sin suficiente generación síncrona

Sobre el apagón eléctrico del pasado 28 de abril, cargó contra el operador del sistema, Red Eléctrica de España (REE), ya que, en su opinión, el desencadenante del incidente fue "una escasa planificación de los medios de generación síncronos" (nucleares, ciclos combinados e hidráulica).

En este sentido, reiteró que Red Eléctrica es el "responsable absoluto" de la continuidad del suministro y de la estabilidad de las tensiones en la red, para lo cual la legislación le otorga la capacidad de modificar el ‘mix’ energético que existe en cada momento.

Por ello, descartó la tesis del operador del sistema de que la causa del cero eléctrico fue una serie de incumplimientos por parte de las empresas generadoras en la absorción de reactiva y en las tomas de los transformadores. Consideró que el hecho de que "una determinada instalación tenga un problema puntual no justifica que se caiga todo el sistema".

Puso el foco en que el motivo del cero eléctrico en el sistema peninsular fue la "insuficiente generación síncrona que había programado Red Eléctrica" para ese día. Según explicó, en el momento del evento, en la zona suroeste de España había 16.000 MW renovables —13.000 MW fotovoltaicos y 3.000 MW eólicos— y solo 800 MW síncronos acoplados, "cuando todavía quedaban por acoplar, y se podrían haber acoplado, 4.000 MW".

"Es muy importante saber que el control de la tensión requiere instalaciones capaces de hacerlo cerca de donde se genera esa electricidad. Y este fue un caso claro en el que no se cumplía esa condición", dijo, subrayando que, además, "hubo muchos avisos de lo que podía ocurrir durante este año y en el propio mes de abril, antes del apagón".

Cierre de Almaraz: un sinsentido

Ha criticado que el protocolo firmado en 2019 entre las empresas propietarias y Enresa para el cierre del parque nuclear entre 2027 y 2035 no contara con la participación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), y que se haya establecido la clausura de los dos grupos de la planta extremeña de Almaraz en años distintos: en 2027 el primero y en 2028 el segundo.

"No tiene sentido práctico. Hay que cerrar los dos en 2027 o los dos en 2028. Cuando se firma esto, estamos pensando que los ATI (Almacenes Temporales Individualizados) y los contenedores van a estar disponibles. Pero no están los ATI, no están los contenedores y quizás haya un retraso de dos o tres años. Si no coordinamos una cosa con otra, lo que va a ocurrir es que Almaraz se va a cerrar y vamos a quedarnos de brazos cruzados hasta que llegue aquello", advirtió.

Igualmente, consideró que en 2019 la fiscalidad de las centrales nucleares ya era "muy elevada, poniendo en riesgo su rentabilidad", pero desde entonces se ha incrementado un 70%, lo que hace que ahora sea "bastante más complicado mantenerlas en funcionamiento a futuro".

Bogas agradeció al Gobierno su disposición a dialogar, con unas "líneas rojas" que dijo entender "perfectamente", pero afirmó que no se trata de querer "alargar la vida de la nuclear o no", sino de ver, con la política energética vigente, cómo se cierra "de la forma más ordenada posible".

En este contexto, explicó que el diálogo entre las empresas propietarias y el Gobierno para replantearse el calendario de cierre del parque nuclear español acordado en 2019 está "abierto", y se mostró optimista al respecto.

Consideró, además, que —a pesar de no ser partidario del cierre— en 2019 había una política energética determinada, pero que "las circunstancias hoy son absolutamente distintas".