PGE
El “engaño” del Gobierno con los Presupuestos: el gasto real sube 20 veces más de lo que dice Moncloa
Pese a la ralentización económica, Montero sigue las instrucciones de Sánchez y sigue adelante con sus planes para sacar unas cuentas muy expansivas
Julio Anguita (1941-2020), el desaparecido líder del Partido Comunista de España (PCE) y de Izquierda Unida (IU), reclamó en el año 2000, en una entrevista en «El País», que había que «llevar a don Quijote a los Presupuestos», una manera de plantear objetivos tan fantasiosos como costosos. El Gobierno de Sánchez quizá no llegue a tanto, pero el histórico político –en sus últimos años de vida al lado de Podemos y Pablo Iglesias– tampoco hubiera hecho ascos a las cuentas de María Jesús Montero, avaladas año tras año por Nadia Calviño. Ayer, el Gobierno aprobó otra vez la misma senda de estabilidad para los próximos años y el techo de gasto que el Senado tumbó hace unas semanas. La ministra de Hacienda esgrime en privado un informe jurídico, que todavía no enseña, que le permitiría seguir adelante con sus números a pesar del rechazo de la Cámara Alta. Sus planes, los del Gobierno, son sacar adelante unos Presupuestos muy expansivos, con un aumento del 9,3% del gasto no financiero y anunciar –ya se vería lo que se cumple– un déficit del 3% para quedar bien con Bruselas. El Gobierno, que presume de buenos datos económicos, se refugia en sus propias mentiras piadosas, porque el crecimiento del PIB –el mayor de la eurozona– se explica por el crecimiento del gasto público.
Ahora, ante los síntomas obvios de ralentización, Montero sigue las instrucciones de la superioridad de la Moncloa y tira por la calle de en medio y, de una forma un tanto quijotesca, prevé mucho más gasto público no financiero, que rozará los 200.000 millones en 2024. Técnicamente es solo un 0,5% más que en 2023, pero contando los fondos europeos. Si se prescinde de ellos, la subida es la citada del 9,3%. Hay quien, incluso en el PSOE, aboga –a estas alturas de año– por prorrogar los Presupuestos de 2023 y empezar a trabajar en los de 2025. La ventaja es que contendría el gasto y ahorraría una negociación muy complicada, que si se aprueban habría que repetir en el otoño. El inconveniente es que, de alguna manera, tener Presupuestos es una victoria política del Gobierno que le permite decir que está consolidado y es estable. Es decir, para Sánchez es más un asunto político que económico, aunque haya que llevar a don Quijote a los Presupuestos como quería Anguita.
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