
Innovación
Etiquetas inteligentes contra el desperdicio de alimentos
Esta innovación desarrollada por Oscillum muestra en tiempo real el estado de frescura de los alimentos

El desperdicio de alimentos es un desafío global. Solo en la Unión Europea se pierden más de 59 millones de toneladas de alimentos al año, lo que equivale a unos 132 kg por persona y supone pérdidas económicas de aproximadamente 132.000 millones de euros. Una gran parte de este desperdicio se debe a la incertidumbre sobre la frescura de los productos, lo que lleva a consumidores y comerciantes a desechar alimentos que aún podrían ser aptos para el consumo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 23 millones de personas enferman en Europa por consumir alimentos en mal estado. Para abordar esta problemática, los emprendedores españoles Pilar Granado, Pablo Sosa Domínguez y Luis Chimeno, afincados en Elche, han desarrollado etiquetas inteligentes y biodegradables que muestran en tiempo real el estado de frescura de los alimentos, reaccionando ante el crecimiento bacteriano. Gracias a esta innovación, los tres jóvenes han sido seleccionados entre los 10 ganadores del Premio Jóvenes Inventores 2025, conocidos como Tomorrow Shapers, destacando entre más de 450 candidaturas internacionales.
Etiquetas inteligentes que cambian de color
«Los consumidores suelen guiarse por el aspecto de los productos o por la fecha de caducidad para valorar su frescura, lo que lleva al desperdicio de muchos alimentos que aún son comestibles», explica Luis Chimeno. La empresa que han fundado, Oscillum, produce etiquetas inteligentes que cambian de color en función de la actividad bacteriana asociada a la descomposición del alimento. Estas etiquetas contienen indicadores sensibles en una matriz de polímero biodegradable, que reaccionan a los compuestos liberados por las bacterias, mostrando un cambio de color visible.
Esta información permite a consumidores y proveedores tomar decisiones más informadas sobre la seguridad alimentaria, reduciendo así el desperdicio evitable. Además, pueden aplicarse también a frutas y verduras para indicar su grado de madurez, ayudando a evitar el descarte de productos que siguen siendo frescos a pesar de su apariencia.
Esta tecnología supera las limitaciones de los indicadores tradicionales, como las etiquetas de tiempo-temperatura, que solo reflejan fallos en la cadena de frío. Al medir directamente el crecimiento bacteriano y los compuestos orgánicos volátiles, las etiquetas de Oscillum ofrecen una mayor precisión en tiempo real y pueden aplicarse tanto a productos envasados como no envasados, como carne, pescado y otros alimentos frescos. Su uso contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promueve un sistema alimentario más sostenible.
Innovación que surge de una experiencia personal
Granado, Sosa y Chimeno se conocieron durante sus estudios en la Universidad Miguel Hernández de Elche, donde compartieron piso. La idea surgió de una experiencia cotidiana: «Un domingo, Pablo encontró un trozo de carne en la nevera que tenía mal aspecto y olía raro, pero aun así decidió cocinarlo y comérselo… Al final, no le pasó nada. Eso nos hizo pensar en cuántas veces, nosotros incluidos, tiramos comida solo por su aspecto. Fue entonces cuando empezamos a imaginar formas simples e intuitivas de saber si un producto sigue siendo apto para el consumo», relatan Chimeno y Granado.

Etiquetas solares
Además del sector alimentario, Oscillum ha comenzado a aplicar su tecnología en el ámbito cosmético. Ha desarrollado sensores inteligentes (Addvibe Solar)
que alertan sobre la exposición a la radiación ultravioleta, indicando cuándo es necesario volver a aplicar protector solar. Estas etiquetas, que pueden colocarse sobre la ropa, miden la intensidad de la radiación solar en tiempo real y emiten una alerta cuando se alcanza un umbral alto de exposición solar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar