Cargando...

Ahorro

Los expertos en economía dan las claves para tener una jubilación placentera

A partir de los 40 años, la compra de una vivienda en propiedad comienza a percibirse como una ventaja clara

Dos jubilados paseando Luis TejidoEFE

El acceso a la vivienda sigue siendo uno de los grandes problemas en España, especialmente en un contexto de precios de alquiler en máximos históricos y una oferta cada vez más limitada en las principales ciudades. Ante esta situación, crece el interés por la compra de vivienda como alternativa, aunque la decisión está lejos de ser sencilla y depende de múltiples factores personales y económicos.

Frente a la creencia extendida de que alquilar equivale a desperdiciar el dinero, los expertos en economía insisten en que esta opción no debe ser demonizada. Alquilar, aseguran, es una forma legítima y necesaria de asegurar un techo, sobre todo en etapas de la vida donde la movilidad y la flexibilidad laboral son prioritarias. De hecho, hasta los 40 o 45 años se recomienda maximizar la capacidad de generar ingresos y aprovechar oportunidades profesionales, incluso si eso implica cambiar de ciudad o país.

Sin embargo, la perspectiva cambia a medida que se acerca la jubilación. A partir de los 40, la compra de una vivienda en propiedad comienza a percibirse como una ventaja clara. Tener una casa pagada al llegar a la jubilación puede suponer una diferencia significativa en la calidad de vida, al eliminar uno de los principales gastos mensuales y ofrecer una mayor estabilidad financiera.

Los expertos destacan que la rentabilidad de comprar una vivienda se aprecia sobre todo a largo plazo. Durante los primeros años de hipoteca, la mayor parte de las cuotas se destinan a intereses y gastos asociados, por lo que vender la casa poco tiempo después de adquirirla suele implicar pérdidas. Por ello, la compra solo compensa si se mantiene la propiedad durante un periodo prolongado.

En cambio, para quienes prevén cambios vitales importantes (como mudanzas, ampliación de la familia o cambios de trabajo), el alquiler sigue siendo la opción más sensata. La flexibilidad que ofrece el arrendamiento permite adaptarse mejor a las necesidades cambiantes sin asumir los riesgos y costes de una compraventa.

La dificultad de ahorrar sigue siendo una preocupación para muchas familias. Aun así, los expertos animan a empezar a ahorrar aunque sea pequeñas cantidades mensuales. La constancia en el ahorro, por modesta que sea, puede marcar la diferencia a largo plazo y facilitar tanto la entrada en la compra de una vivienda como la creación de un colchón financiero para imprevistos.