
Economía
FEDEA advierte del riesgo de cerrar las nucleares tras el gran apagón
Un informe del think tank económico alerta de la vulnerabilidad del sistema eléctrico y reclama más almacenamiento y firmeza en la red

Unos días después del gran apagón que dejó sin electricidad a gran parte de la Península Ibérica, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) ha publicado un análisis que pone sobre la mesa algunas claves técnicas sobre lo ocurrido y lanza una seria advertencia: cerrar anticipadamente las centrales nucleares puede aumentar el riesgo de inestabilidad en el sistema eléctrico español.
El informe, firmado por Diego Rodríguez, catedrático de la Universidad Complutense y colaborador de FEDEA, trata de contextualizar el suceso y ofrece algunas hipótesis preliminares, a la espera de que el operador del sistema (REE/Redeia) publique un informe técnico detallado con las causas exactas.
Rodríguez señala que, aunque los apagones totales (cero energéticos) son raros en sistemas eléctricos grandes como el peninsular, sí se han producido antes en sistemas insulares, como ocurrió en Tenerife en 2020.
En este caso, el fallo inicial podría haber sido provocado por la desconexión súbita de uno o varios grupos de generación cercanos entre sí, posiblemente centrales térmicas, cuya pérdida no fue compensada a tiempo por los mecanismos automáticos de reequilibrio. El autor del informe descarta que se tratara de plantas solares o eólicas, ya que estas suelen tener menor potencia unitaria y están más distribuidas geográficamente. Además, recuerda que las órdenes del operador para desconectar generación renovable suelen responder a problemas de congestión en la red y no a causas que generen apagones.
Mecanismos de protección
El documento llama la atención sobre el hecho de que el sistema eléctrico dispone de protocolos automáticos para evitar apagones generales, como la desconexión controlada de parte del consumo (deslastre de carga). Sin embargo, estos no funcionaron con la rapidez esperada. «Una cuestión básica a resolver —dice el informe— es por qué estos mecanismos han fallado».
FEDEA también advierte de que no todas las tecnologías aportan lo mismo a la estabilidad del sistema. Las centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas —que forman parte de lo que se conoce como generación síncrona— son clave para mantener la frecuencia de la red y evitar colapsos. Si la proporción de este tipo de generación es demasiado baja, la capacidad de respuesta automática ante desequilibrios se reduce.
Aunque las centrales nucleares no participan directamente en la recuperación tras un apagón total, su aportación es clave para prevenir que este tipo de eventos ocurran. Por eso, el informe lanza una advertencia directa: un cierre anticipado de las nucleares puede debilitar la estabilidad del sistema eléctrico en un contexto de creciente penetración renovable, especialmente solar fotovoltaica.
Soluciones
Entre las posibles soluciones, el autor del estudio propone acelerar la inversión en almacenamiento de energía, como centrales hidráulicas de bombeo o baterías, que permiten aportar flexibilidad al sistema y corregir desequilibrios de forma rápida.
Sin embargo, lamenta que actualmente el desarrollo del almacenamiento esté paralizado a la espera de avances regulatorios, en particular del llamado «mecanismo de capacidad».
El informe concluye con un mensaje de equilibrio: no se trata de enfrentar tecnologías, sino de diseñar un sistema robusto y seguro que combine fuentes renovables con otras que aporten firmeza y estabilidad. «La seguridad de suministro es responsabilidad de todos, y especialmente de los responsables de la política energética», remata Rodríguez.
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