Barcelona

El submarino: Despotismo ilustrado

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, resucitó el lema de los gobernantes del siglo XVIII: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo». Y es que Colau aprendió la lección de este verano pasado, cuando fue recibida a gritos y silbatos en el pregón de Gracia. Ahora, para la Mercé, prefirió blindar la plaza de Sant Jaume en previsión de un mal trago. Pero también porque una aspirante a «lideresa» nacional no puede permitirse el lujo de dañar su imagen. O eso creen en su entorno...