Elecciones Galicia
Patricia García: "Rueda representa un modelo de gestión con mayúsculas"
Licenciada en Filología inglesa y fundadora del grupo empresarial Femxa, la número dos del PP por Pontevedra se estrena en unas autonómicas: "Hay dos opciones, o gana el PP con mayoría absoluta, o tenemos enfrente una amalgama de hasta cinco partidos que no han podido ni ir en coalición"
Alfonso Rueda, como no podía ser de otra manera, encabeza la lista del PP por Pontevedra en estas elecciones. Unos comicios en los que los populares han renovado gran parte de las listas y en los que algunos, como Patricia García, dan el salto al ruedo autonómico. A ella le corresponde el honor, o la responsabilidad, de ser la número dos por la provincia, justo detrás del candidato a la Presidencia.
Patricia fundó en 1999 el grupo empresarial Femxa, siendo también la primera mujer que ocupó la presidencia del Círculo de Empresarios de Galicia. Pero eso fue antes. Antes de este salto a la política, a la que llega con vocación de servicio y con visión empresarial, con el ánimo de ayudar a que las cosas sigan mejorando.
Dicen de usted que no podía haber una mejor número dos para Pontevedra, una provincia que encabeza el actual presidente, Alfonso Rueda. ¿Es un honor, un orgullo o una responsabilidad?
Es la suma de todas. Es un honor, por supuesto, porque el de Alfonso Rueda es un proyecto que me gusta, el más parecido a gestionar una empresa: definir un presupuesto que se despliega en objetivos y en actuaciones que se sostienen económicamente con base en esas cuentas. Y todo esto planificado. Eso es lo que hacemos los empresarios, con lo cual este es un proyecto cómodo para mí.
Pero es muy ilusionante y un orgullo, porque me siento parte del proyecto.
Y por supuesto supone una responsabilidad: estar de segunda en la provincia de Pontevedra, con Rueda a la cabeza, con el trabajo tan bueno, tan riguroso y disciplinado que ha hecho, implica que hay que dar la talla.
Y más siendo también, como es, una apuesta personal del presidente en una lista en la que figura por delante de dos conselleiros, de Sanidad y Educación. ¿Suponte esto algo más de presión?
No. Siempre he sido una persona sencilla y humilde, lo cual se refleja también un poco en la empresa, donde trabajamos todos en equipo, que es lo que estamos haciendo aquí.
Cuando el presidente Rueda me llamó sólo me dijo si quería formar parte de su lista, y yo tampoco quería saber en qué puesto me iba a colocar. Para mí era suficiente con estar entre esos 22 o 27 que somos (contando con los suplentes). A partir de ahí, tenemos que darlo todo, y lo estamos haciendo gracias a un equipo de personas muy cercanas, brillantes y humildes. JJuntos configuramos un equipo diverso, disciplinado y que trabaja de modo organizado.
Estas elecciones representan para usted un paso más. Hace no demasiado se estrenaba en unas municipales, y ahora ya figura como segunda del presidente en las autonómicas. ¿Esperaba ir tan rápido?
Ha sido algo exprés. Me incorporé al PP de Vigo tras salir del Círculo de Empresarios de Galicia, a finales del 21. Me llamó la presidenta y no dudé en ir con ella. Tenía gente muy cercana, de confianza, que me decía ‘¿por qué no te animas, si tienes ese gusanillo?’ Y así lo hice, aprendiendo mucho desde entonces, porque se han sucedido una serie de procesos electorales de los que parece que no salimos nunca.
Durante este tiempo he ido asimilando las cosas, siempre con los cinco sentidos alerta porque es un mundo nuevo para mí en el que lo que veo, me gusta.
Su presencia como número dos en Pontevedra es también un ejemplo de renovación en unas listas que han cambiado en más de un 60%. ¿Cómo ve este proceso?
Todo tiene su momento. Yo vengo del mundo empresarial y tengo claro que las empresas son entes vivos que atraviesan situaciones diferentes. En este sentido, la renovación la veo desde esa óptica positiva que permite, manteniendo lo que existe, añadir cosas nuevas para que surja otro enfoque.
Recuerdo que en el Círculo, cuando me preguntaban por mi ideología, les decía que no la tenía, porque ahí estaba representando a todos los empresarios, defendiendo sus intereses independientemente de su color político. Y eso es algo bueno y por eso siempre defendí la diversidad.
Al final, en política sucede lo mismo: tiene que estar representada la diversidad de la sociedad civil, y los empresarios somos parte de ella, aunque siempre nos cueste mucho dar el paso.
En todo esto que nos cuenta se percibe entusiasmo e ilusión. Ahora que está dentro, ¿se ve igual la política que cuando estaba fuera?
La veo mejor, porque nunca pensé que hubiese tanto compromiso. Creía que la política te permitía estar en un escenario, visible, y me he llevado una sorpresa muy positiva: la gente viene a defender aquello en lo que cree, y eso es lo que nos mueve a hacer las cosas mejor para cambiarlas en beneficio de la ciudadanía. Y esto es algo, también, que va en el ADN del Partido Popular.
Un ADN en el que ahora, más que nunca, figura el llamado ‘Estilo Rueda’. ¿Qué le parece este estilo?
Buenísimo. Me parece el tipo de gobierno que necesita cualquier país, independientemente de que nos refiramos al ámbito local, autonómico, nacional o internacional. Tienes que tener claro qué quieres hacer, a qué atender, y que debes escuchar. Y el presidente es una persona muy práctica y que escucha mucho para saber qué hay que hacer por los ciudadanos.
Y una vez que se sabe, se estructura de manera eficiente, con unos presupuestos asignados, temporalizando las actuaciones y poniéndose a trabajar. Todo esto es lo que representa Rueda en este partido: un modelo de gestión en mayúsculas.
Y dentro de ese ese modelo de gestión, ¿qué puede aportar usted tanto a Pontevedra como a Galicia?
Mi visión empresarial; que los políticos sean conscientes de que las empresas son el eje del desarrollo económico de un territorio. Teniendo esto claro, debemos poner las condiciones para que siga siendo así, para que el tejido empresarial mantenga el crecimiento, siendo más eficiente, pagando impuestos de manera justa, sin que nos retraigan inversiones.
Los empresarios no somos enemigos de los políticos. Hay que trabajar de modo conjunto: empresas, políticos, gobernantes, instituciones y sociedad civil. En este marco, creo que puedo aportar mi visión y mi experiencia para focalizar, desde el ámbito político, qué se debe hacer para contribuir a la mejora del tejido productivo.
Para esa mejora, estos días se suceden promesas y propuestas de las diferentes fuerzas políticas. Ante estas elecciones, ¿cómo ve la situación de la economía gallega?
Hemos pasado momentos duros, pero estamos bien. Las exportaciones gallegas crecen como no lo habían hecho nunca. Las empresas gallegas han hecho los deberes creando un contexto muy estable, capaz de competir en nuestro territorio y fuera de él y siendo pioneros en muchos sectores estratégicos.
No tenemos nada que envidiar a otras empresas extranjeras: en agroalimentación, en pesca, en multitud de sectores. Las principales empresas están aquí. Tenemos puertos y otras infraestructuras. Y el Gobierno gallego sigue invirtiendo para que las empresas puedan dar respuesta a sus necesidades.
Evidentemente, siempre hay camino para la mejora, y el presidente Rueda lo sabe. En el programa se contemplan actuaciones para mejorar y que nuestro PIB siga creciendo, que continuemos generando empleo y haya inversiones en nuevos sectores productivos, además de cuidar los existentes.
¿Todo esto se juega Galicia el próximo 18 de febrero?
Nos jugamos estar con peleas de sillas. Aquí hay dos opciones: o gana el PP con mayoría absoluta, lo que nos garantiza un gobierno maduro, engranado, que ya ha demostrado lo que sabe hacer, que tiene planificado lo que quiere seguir haciendo; o tenemos enfrente una amalgama de hasta cinco partidos que no han podido ni ir en coalición, y que lo único que van a hacer es estar peleándose para repartirse las sillas mientras se olvidan de trabajar para los gallegos.
Yo lo tengo clarísimo. Los gallegos no queremos ruido, queremos tranquilidad, estabilidad y seguir creciendo. Tenemos también mucho que demandar en infraestructuras, en inversiones que se prometen continuamente y que ahora volvemos otra vez a ver y a escuchar en forma de promesas que ya se hicieron hace años pero que nunca se concretan. No queremos promesas, queremos hechos.
Como dice, parece que sólo hay dos opciones: o una mayoría del PP o una mayoría de todos los demás. ¿Cómo convencer a los gallegos para revalidar esa mayoría absoluta?
Contando las cosas. Yo creo que se trata de contar la verdad. Para el Partido Popular esta es una campaña cómoda, sincera, transparente, porque se trata de contar lo que se ha hecho durante estos últimos años, toda la prosperidad que el PP ha traído para Galicia, dentro de escenarios complicados.
Porque se ha pasado por crisis que obligaron a priorizar el dinero que quedaba para seguir creciendo y poder dotar a la economía gallega de un mayor volumen de inversiones. Y poco a poco se ha ido creciendo, porque esto no se consigue de un día para otro.
Por lo tanto, tenemos que contar lo que se ha hecho, y los gallegos tienen que verlo, porque lo que sostiene un argumento son los datos.
Y en este escenario de búsqueda de la mayoría para gobernar, ¿existe miedo de que pueda suceder algo similar a lo que pasó en julio en las elecciones generales?
Sinceramente, es muy reciente y la gente está asustada de poder tener un Gobierno de broncas, que no está aprovechando los fondos europeos, que no escucha a los empresarios para desarrollar nuevos proyectos en Galicia. Tenemos muchas oportunidades que no podemos perder, y el tiempo resulta algo vital.
Necesitamos buenos gobernantes que no se entretengan con demagogias. Por eso el miedo está ahí, por lo que estamos viendo, con las concesiones que se hacen a partidos minoritarios vendiéndose por miserias.
Pero también hay implicación y entusiasmo para que suceda lo que tiene que suceder, que es que Rueda revalide la Presidencia de la Xunta y obtenga su primera mayoría absoluta.
Hablando de formas de gestionar y de bronca política, ¿cómo ha visto la llamada crisis de los pélets?
Se ha sacado totalmente de contexto. Esto es un efecto boomerang que le ha venido de vuelta a la oposición, porque al final las mentiras se destapan. Han intentado engañar con fotos que no eran ni de aquí, y creo que han caído en la ridiculez.
Hoy en día hay que ser muy transparente y lo que cuentas se tiene que sostener. Se ha visto que no se ha sostenido y se les ha vuelto en contra.
Desde la Xunta se reaccionó muy bien, porque es cierto que las competencias eran del Gobierno central, y pese a todo, se pusieron los mecanismos para actuar de la manera más rápida posible, movilizando personas y medios en las playas, que ahora están más limpias que nunca.
Se ha hecho un buen trabajo asumiendo el reto de defender un sector tan importante aquí como el del mar.
Antes de terminar, ¿se atreve con un pronóstico?
No. Lo que tenemos que hacer es ir a votar el día 18. Eso es lo que de verdad importa. Y trabajar todos los días de campaña. Pero que todo el mundo vaya a votar porque nos jugamos mucho: nos jugamos seguir con una Galicia próspera donde se concreten actuaciones, o todo lo contrario. Por eso hay que ser consciente de la responsabilidad que cada uno tiene y el día 18 acudir a votar.
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