El programa de Podemos para el 18F: en la línea de la izquierda federal

La de Isabel Faraldo es la historia de Podemos. Militante desde los inicios, en aquel 2014 en el que la formación irrumpió de modo sorpresivo, esta administrativa del Sergas se ha mantenido fiel a los principios, al ideario y a la forma de ver el mundo de los morados. Pese a quien le pese, incluso si ese alguien es vicepresidenta segunda de un Gobierno.

Pero esas luchas y fricciones con Sumar han derivado en una evidente fragmentación de la izquierda federal, incapaz de avenirse, y concurriendo finalmente por separado a estos comicios. Una apuesta consolidada por las bases y que se materializa en dos programas que, a la vista de los hechos, bien podrían resultar casi uno.

No en vano, si de Sumar era la apuesta por lo público, de Podemos es el refuerzo o incluso la superación de ese envite. Hasta 182 veces aparece la palabra ‘público’ a lo largo de las algo más de 240 páginas en las que la formación desglosa su ideario. Un ideario que comienza, precisamente, por lo público, primer punto y punto de partida de lo demás: “Recuperaremos y garantizaremos todos los servicios públicos como pilar fundamental de una sociedad fuerte y solidaria”.

Pilar sustentado, como no podía ser de otra manera, sobre la sanidad pública, sometida a la “mercantilización” por el PP, afirman antes de abogar por volver a un “sistema sanitario realmente universal”.

Sistema al que dotarán de una “perspectiva de género” para que “la sanidad pública contribuya a corregir las desigualdades de género desde todos los campos, prestando especial atención a las mujeres, sobre todo en lo que respecta a anticoncepción y sexualidad”.

Género y feminismo

Un apartado, el del género, que, como en el caso de Sumar, se configura como eje importante de muchos de los bloques del programa de Podemos. Así, esta perspectiva se incluirá “en la planificación y atención a la salud mental” del mismo modo que se promoverá la “igualdad de género en la composición de todos los organismos escolares”.

Actuaciones que se complementan con “estudios de género y feminismo”, que alcanzarán “a su coordinación interuniversitaria en el marco de la ampliación de la política de ordenación universitaria”: “Crearemos un programa de doctorado feminista interuniversitario y multidisciplinar, coordinado por las tres universidades públicas gallegas”.

Este apuesta por el feminismo va más allá de la universidad y llega incluso a la memoria histórica, como señalan en otro de sus puntos “Recuperación de la memoria histórica del feminismo gallego y de la lucha LGTBIQ+”.

Gallego y portugués

Uno de los temas que está generando polémica esta campaña es la del empleo de los idiomas oficiales, gallego y castellano, especialmente en la enseñanza, ámbito en el sólo el Bloque recoge en su programa la obligatoriedad del gallego. No obstante, Podemos, en una línea similar a la de Sumar, apuesta por un “nuevo marco de competencia lingüística”.

Este pasa, en primer lugar, por la derogación del decreto del plurilingüismo para “elaborar de forma consensuada con la comunidad educativa una nueva normativa de promoción del idioma gallego en la enseñanza”.

Asimismo, Podemos apuesta por aprovechar los “vínculos con la Lusofonía” llevando a cabo un “esfuerzo sostenido en la promoción del portugués como segunda lengua extranjera optativa en la generalidad de los centros de educación secundaria”.

Régimen fiscal, autogobierno y memoria histórica

El programa de los morados ahonda también en el resto de cuestiones conflictivas, comenzando por el régimen fiscal, para el que exigirán una “mayor autonomía financiera y plena capacidad normativa, de gestión y corresponsabilidad fiscal sobre los impuestos”.

Eso sí, capacidad de decisión que no olvida el acceso a la hucha común a través de la revisión del Fondo de Compensación Interterritorial para que “promueva una convergencia real entre las diferentes comunidades”.

En definitiva, un modelo con todas las ventajas y ningún inconveniente para asegurarle a Galicia “los recursos necesarios para garantizar los servicios públicos de calidad”.

Una Galicia sobre la que Podemos reconoce su “carácter nacional”, otorgándole a la ciudadanía el derecho a “decidir libremente su futuro desplegando toda la potencialidad del autogobierno, en la gestión de sus recursos propios y en la relación con otros pueblos”.

Y todo ello sin olvidar la memoria histórica, donde propugnan la elaboración de un “censo oficial de víctimas del franquismo y de la violencia policial y de la extrema derecha en Galicia hasta la promulgación de nuestro Estatuto de Autonomía”. Algo que complementarán con un “Día de la Memoria Histórica en Galicia”.

Con este y otros ingredientes la formación morada aspira a hacerse un hueco en la Comunidad. Algo ya difícil cuando la izquierda federal concurría unida a estos comicios, y que se antoja ahora casi imposible a la vista de un escenario que les obliga a “hacer lo que nunca se hizo”, tal y como propugnan en el segundo lema del programa. El primero, el de campaña: “Defiende tus ideas”.