Dicen algunos que España es un país con demasiadas tradiciones históricas, y que, a veces, es necesario “echar siete llaves al sepulcro del Cid”. Según otros, deberíamos conservar instituciones de las que tenemos vivo ejemplo en la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, con su sede básica en Azcoitia, fundada en 1764, reinando Carlos III. Quien sabiamente acogió las propuestas de Jovellanos y de Campomanes para reconocer con pleno derecho la nueva institución, que continúa su vida hoy, con su Delegado de Corte en Madrid, cargo que actualmente desempeña eficazmente Javier Olaciregui, insigne arquitecto.

Ayer tuvimos la sesión en el formidable escenario de la Torre de los Lujanes, en la Plaza de la Villa, sede de la Sociedad Matritense de Amigos del País, en la que el Sr. Olaciregui dio entrada en la Sociedad Vascongada, como “amigo de número” a Christian Careaga Guzmán. Economista, formado en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), a quien tuve el honor de dirigir su tesis doctoral hace muchos años, en su actividad de experto financiero.

La sesión fue muy lucida en su conjunto, Christian hizo su presentación bien orquestada por él mismo, con una linterna y un caleidoscopio, al pasar de un tema a otro en su disertación. Que versó sobre Destellos de China, con la revelación del antiguo Celeste Imperio como la gran potencia industrial y tecnológica que hoy todo lo arroya.

Damos la enhorabuena al “nuevo amigo de número” de la sociedad vasca en Madrid, esperando el subsiguiente abrazo confirmatorio en el Palacio Intsausti que esa corporación tiene en Azcoitia.

Enhorabuena Christian, incluida también la de todos tus amigos de la Sociedad de Pensamiento Lúdico, dentro de la que conduces la gran movida para aunar los esfuerzos de quienes integramos la Hispanidad de hoy, que abarca nada menos que 600 millones de hispanohablantes.