Tecnología

La transformación digital de la Iglesia, en manos de cada párroco

Cada diócesis es libre de elegir qué sistemas tecnológicos promueve entre sus iglesias y estas de adoptarlas o no

Iglesia de Madarcos
Iglesia de MadarcosRRSS

La incorporación de las nuevas tecnologías para llevar y gestionar el día a día de cualquier organización ha calado tanto que hasta el Estado tiene su propia hoja de ruta para cumplir con eso que se ha bautizado como Transformación Digital. En el caso del Gobierno, España Digital 2026es el documento base con el que se quiere aprovechar las nuevas tecnologías para tener un crecimiento económico más intenso y sostenido, con empleo de calidad, mayor productividad y que contribuya a la cohesión social y territorial.

El Informe DESI (Digital Economy and Society Index) se encarga de medir, cada año, los progresos realizados por los Estados miembros de la UE en materia de competitividad digital. La última edición es de 2023 (con datos de 2022). Según estos datos, España ocupa el puesto número 7 de los 27 Estados miembros y está logrando un progreso relativo, mejorando sus resultados en comparación con años anteriores, sobre todo en lo que se refiere a la integración de la tecnología digital (puesto número 11, cinco puestos mejor que en 2021), así como en los servicios digitales públicos (puesto número 5 en comparación con el puesto número 7 de 2021) y en términos de capital humano (puesto número 10 en comparación con el puesto número 12). España es uno de los líderes de la UE en cuanto a conectividad y ocupa el puesto número 3 por segundo año consecutivo.

En cuanto a PYMES, el nivel de desarrollo digital se sitúa en el nivel de la UE (68%) y destaca los esfuerzos “para mejorar la digitalización de las empresas” que se observan en cifras: el 12,3% de las sociedades españolas ya utilizan Inteligencia Artificial y el 14,3% usa Big Data para análisis y uso interno.

Con la Iglesia hemos topado

Sin embargo, esta transformación digital parece no haber llegado a la Iglesia Católica en nuestro país, según las fuentes consultadas por este periódico. O no, desde luego, como un único paraguas que afecte a todos sus estamentos.

Lo primero que cabe aclarar es que, tal y como indican fuentes de la Conferencia Episcopal Española, “no hay una única Iglesia en España”. La descentralización es, de hecho, uno de sus máximos exponentes y, según deslizan, virtudes.

Así pues, en España hay 70 diócesis, una circunscripción eclesiástica gobernada por un obispo (69 son territoriales y una castrense, que da servicio a los Ejércitos). De estas diócesis dependen casi 23.000 iglesias y casi 16.000 sacerdotes o curas.

La Conferencia Episcopal, como órgano de servicio a la iglesia, sí ofrece determinadas recomendaciones en el uso de determinadas tecnologías, pero tal y como insisten estas fuentes, estos documentos se realizan única y exclusivamente a modo de recomendación, nunca de imposición. Cada obispo es, pues, libre de seguir estos dictados o no, en función de sus “sensibilidades” y de la de su equipo de colaboradores. Y, a su vez, cada iglesia que depende de estas diócesis es libre de adoptar o no unas determinadas tecnologías. Aunque “ni ha pasado ni va a pasar”, un obispo podría decidir que, por ejemplo, ninguna iglesia o cura de su ámbito de influencia tuviera Instagram.

Un cliente solo potencial

Teniendo en cuenta que la Iglesia está formada por casi 16.000 párrocos, sería una de las “empresas” más grandes de nuestro país, puesto que, según el INE (Instituto Nacional de Estadística), solo hay 172 organizaciones empresariales de más de 5.000 empleados. Es, por tanto, un gran cliente potencial para cualquier empresa, entre ellas las tecnológicas.

De hecho, preguntamos a nuestro interlocutor si no reciben el asesoramiento y los consejos de algunas grandes compañías para que apuesten por sus soluciones tecnológicas para llevar un mejor control de todos los activos que forman parte de la Iglesia. “Sí”, reconoce, para añadir a renglón seguido que siempre les escuchan y les encomiendan a repetir estos mismos consejos a los obispos para que sean ellos los que decidan si apuestan o no por adquirir estas soluciones. “¿Cómo le voy a decir yo a un cura si tiene que comprarse uno u otro producto, de una marca u otra, y que, además de sus quehaceres diarios, debe llevar un registro de las actividades que realiza?”, se cuestiona esta fuente, añadiendo que son las tecnologías “fáciles” de usar las que acaban triunfando entre los eclesiásticos.

Eso sí, la Conferencia Episcopal sí ha llevado a cabo proyectos de digitalización de su sistema documental y posee sus propios servidores donde guardan y almacenan su información y sus documentos

Gestión y transparencia

Sin embargo, esta misma fuente reconoce que “por cuestiones de transparencia” y como una forma de “hacer llegar a la sociedad todo lo que la Iglesia realiza”, desde hace tiempo se viene “haciendo un esfuerzo” empujando la adopción de un sistema de gestión (tipo ERP) en las diócesis, que lleva por nombre Omnia. “Los curas no contamos todo lo que hacemos”, aseguran estas fuentes, que consideran que este sistema sí puede facilitarlo. Eso sí, “hay que convencer a cada párroco de que reflejar todo lo que hace en dato va a facilitar que se conozca todo lo que hacemos”.

Se trata de un desarrollo ad hoc realizado por la diócesis de Almería, proyecto al que se unieron otras cinco, y con el que se pretende facilitar la recogida de datos en cada diócesis, para y que ayude a cada parroquia a tener un control de su propia actividad y a la diócesis a conocer la realidad de lo que se está haciendo. Otras fuentes de la Conferencia Episcopal implicadas en este desarrollo explican a La Razón que iniciaron este proyecto porque ninguno de los programas de contabilidad básica se ajustaba a los requerimientos de la Iglesia. Se trata de un desarrollo realizado en .Net y con base de datos SQL y que, cuando se asume para el resto de diócesis, el código se acaba donando a la Conferencia Episcopal.

Según la Conferencia Episcopal, esta herramienta no se impone, pero se va desplegando y el 70% de las diócesis (que no iglesias) ya la tienen implantada. “En la medida en que el cura puede, quiere y sabe, va implementando también esta herramienta”, reconocen estas fuentes, quienes señalan que es muy útil y valiosa y que por eso se extiende, “no por imposición”. Por eso, y aunque el objetivo sería llegar al 100% de las parroquias con este sistema, la Conferencia Episcopal asegura que nunca llegarán a ese 100%.

Cabe señalar, además, que la Diócesis de Ourense también promociona gesObispado como un sistema de gestión personalizado, que asegura que tiene 226 parroquias. Según las fuentes consultadas y encargadas del desarrollo de Omnia, gesObispado se integra también en esta solución.

Además, la Conferencia Episcopal subraya que la gestión de los curas se centra en las personas, no en los recursos económicos de su iglesia, para lo que existe un mecanismo de compensación que, reconocen, se basa en estimaciones y no en datos reales al no existir un registro fiel y fidedigno de toda esta actividad.

No estar en misa y grabando

Además del canal del Vaticano, son muchas las iglesias que retransmiten sus eucaristías por Internet. Y también hay varios párrocos que tienen perfiles en redes sociales como Instagram.

La Conferencia Episcopal ve con buenos ojos estas iniciativas (“la misión de la Iglesia se puede realizar en este universo digital”) y apenas pone normas, más allá de comportarse siempre como cristianos ("ser amable, positivo, educado"), tanto en el mundo virtual como en el real. Eso sí, en la retransmisión de misas por Internet, solo pone dos condiciones: que el cura no esté dando la homilía y, al mismo tiempo, preocupándose de las cuestiones técnicas de la retransmisión; y que esta sea haga en directo pero ni se grabe ni se pueda visionar con posterioridad.

También recomiendan “estar atentos” a que hay personas viendo la eucaristía a través de una pantalla.