
Tendencias
¿Trump, emperador? (II)
Planeta Tierra

El caso de Groenlandia tiene una lectura clara de futuro: primero su autonomía del Reino de Dinamarca. Y de inmediato una rápida y no bien estudiada incorporación de la gran isla helada a la UE, de la que los inuit se marcharon en 1985. En poco tiempo, y sin más problema, con sólo 57.000 habitantes, Groenlandia será un socio importante de la UE, con plena titularidad de Estado miembro y grandes expectativas, por sus 2,2 millones de km2 con grandes depósitos energéticos, tierras raras, pesca, etc. Un caso extraordinario el del miembro 29 de la Unión.
- ¿Cómo que Groenlandia será el número 29 de la UE? – es la inmediata pregunta.
- Muy sencillo: porque el Estado 28 podría ser Canadá.
- ¿Canadá? Eso es América, y la UE es para europeos.
- No importa. Más del 90 por 100 de los 40 millones de canadienses son de origen europeo. Primero ingleses, escoceses, galeses e irlandeses del Norte, todos del United Kingdom, el célebre UK. Luego millones de descendientes de ucranianos, portugueses y otros europeos. Y millones más de la antigua Nueva Francia, hoy Estado de Quebec, que de franceses pasaron a súbditos británicos tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763), cuando Luis XV cedió Canadá a la pérfida Albión y dijo Quelques arpents de neige!
La sorpresa de que Trump quiera absorber a Canadá con el número 51 de los Estados de la Unión, podría tener una respuesta de Ottawa más o menos así:
- De eso, impredecible Trump, nada. Porque en caso necesario, Canadá pediría el ingreso en la UE con nuestros 10 millones de km2 y 40 millones de ciudadanos. En la misma línea de Estado de bienestar, seguridad social, normas ecológicas, etc. de la UE, que no de EE.UU. Al sur de Canadá hay un pecaminoso conglomerado en materia de medio ambiente, y sus ciudadanos son obstinados sufridores del lema America first.
✕
Accede a tu cuenta para comentar