Ejército de Tierra
Nada como cerrar el año en la zona de operaciones con la Legión española
Los Legionarios de la Xª BANDERA “Millán Astray” arrancan en Malí el Centenario Fundacional a ritmo de los tambores y timbales Africanos
Pocos españoles madrugan los 7 días de la semana y con un “ritmo de 24/7” durante seis meses. Yo lo estoy consiguiendo y para ello me he dejado este año las pistas de esquí de Cérler para más adelante y he huido del frío invierno para sumergirme en el día a día de Koulikoro Trade Camp con la Xª Bandera “Millán Astray”.
Desde mi llegada hace unos días vivo bajo un sol abrasador, y eso que estamos en Navidades, y con una temperatura de 38 grados a la sombra. Unas condiciones perfectas para hacer mi trabajo, siempre enfundado en un “chaleco antifragmento” con dos placas de dos kilos en pecho y espalda, con un casco que ya quisiera haber tenido cuando hice la Mili y por supuesto 25 kilos más en cámaras de fotos y objetivos.
Así es como los Legionarios y la Infantería de Marina Española hacen sus servicios diarios, pero ellos en lugar de cámaras de fotos llevan un fusil HK, cinco cargadores con sus 25 cartuchos del calibre 5,56 mm, la radio, el agua, la pistola y dos o tres cargadores con sus 15 balas de 9mm, un machete o navaja, el botiquín individual de primeros auxilios, un casco de fibra y lo que cada uno quiera o deba llevar como complemento de su armamento y matrial. Todo eso que les he nombrado lo llevan a diario para hacer su trabajo en la Misión EUTM-Mali bajo el mandato de la Unión Europea.
Sí. Así van nuestros Legionarios e Infantes de Marina en sus guardias de seguridad de la base “Boubacar Sada Sy”, en las patrullas diarias a pie que hacen por el perímetro de la base y alrededores del temido, por la población civil maliense, “Monte Keitá”, montaña llena de supersticiones, espíritus errantes y dioses animistas, pero eso se lo contaré otro día. Igual que durante las patrullas de vigilancia por los pueblos de alrededor de Koulikoro a ambas orillas del río Níger en los Vehículos Blindados Lince, donde la peor parte se la lleva los tiradores que van asomados a la torreta bajo un sol de justicia, con sus manos agarrando la ametralladora pesada de 12,70 mm. y tragando polvo o soportando en sus caras la abrasadora masa de aire denso africano. Patrullan ataviados siempre con el casco, las gafas tácticas para proteger sus ojos del sol y de las partículas en suspensión, que hacen que la luz en África siempre sea especial, y un pañuelo en la cara a modo de turbante que evita que el sol te haga envejecer en seis meses seis años.
No debo olvidar los controles improvisados a pleno sol, o lo más gratificante entrenar a los soldados del Ejército Maliense en tiro de fusilería, mortero, defensa personal, patrullas tácticas, despliegues por pelotones, asaltos y demás materia que imparten al aire libre y bajo un sol de justicia los “Trainers”, o entrenadores, del Grupo de Artillería de Campaña de la Legión y la Xª Bandera.
Estos hombres están hechos de otra pasta. Con lo fácil que sería no venir a Mali a luchar contra el terrorismo yihadista a la frontera avanzada, en el Desierto del Sahel, justo pegado al sur del Sahara y quedarse en casa con la mujer los niños, la suegra, los cuñados pesados y la tía solterona. Estos hombres y mujeres prefieren comerse el 31 de diciembre el turrón y los mazapanes aquí para que el resto de españoles y ciudadanos de la Unión Europea podamos seguir comiéndonos las uvas en casa sin temor a que un fanático suicida irrumpa en un centro comercial, en una estación de metro o el la Puerta del Sol en plena Navidad al grito de «Allahu Akbar» en español “Alah es Grande”.
Estas últimas jornadas en Mali han sido de infarto. Es lo que tiene acoplarte al rimo de una misión con la Legión. Levantarse a las 5 am es algo normal si tienes que viajar desde el KTC en Koulikoro durante algo más de una hora y media para ir a Bamako a coger un helicóptero Cougar medicalizado con la finalidad de volver a la base de EUTM pues hoy le toca a la sección en la que está el Caballero Legionario Verdesot hacer prácticas de MEDEVAC, que no es otra cosa que estar 100% preparado para realizar la evacuación médica de un herido con un helicóptero.
En caso de que el contingente español se vea inmerso en un ataque terrorista en Koulikoro, la única manera de evacuar a los heridos de una forma rápida y efectiva a un hospital es por el aire. Las carreteras siempre están atascadas, llenas de motos y coches, camiones de gran tonelaje, (en Mali no hay red de ferrocarriles), carromatos de tres ruedas, burros tirando de alguna carga y microbuses de colores abarrotados de malienses. Las prácticas de rescate y embarque de heridos se repitieron hasta la saciedad durante toda la mañana bajo la atenta mirada de una Sección de la Xª Bandera encargada de la “Force Protection” de sus propios compañeros. Mañana muy productiva en la que todos regresamos a la base con ganas de ducha, comida y en mi caso media hora de siesta.
El regalo del día fue la “patrulla a pie” por el Monte Keitá con un pelotón de Infantería de Marina. Da la casualidad que alguno conocía a mi cuñado Kike Sanz Martin que es Infante de Marina y conductor del Piraña 8x8, uno de los vehículos anfibios del Batallón del Tercio Armada con base en San Fernando, Cádiz. Empezamos a las 4 de la tarde, cargados de sueño, cámaras y chaleco antibalas. Lo que se prometía como una muerte segura bajo el sol de Mali, se convirtió en un regalo al ir cayendo la tarde y volver por la sombra que la ladera del Monte Keitá nos regalaba. Aún así tuve que cambiarme de camiseta por tercera vez e hidratarme a conciencia. Los periodistas no estamos entrenados como nuestros soldados por mucho deporte que hagamos. Insisto en que están hechos de otra pasta.
Inmersos ya en el 31 de diciembre, sin desayunar y con las primeras luces del día, a las 6:30 am se dio la salida a la tradicional y navideña Carrera de San Silvestre organizada por el Brigada Juan Pimentel de la Xª Bandera. Se apuntaron a la prueba para competir 20 personas. Los Legionarios de la Bandera Millán Astray y algunos militares franceses, checos e incluso un maliense, se apuntaron a modo de “marcha de cohesión” como las que suelen hacer todas las unidades legionarias en territorio nacional.
La carrera consistió en realizar un recorrido de 10 km. Arrancó en la zona del cine para continuar saliendo desde de la base por la puerta del campo de maniobras a espaldas del Monte Keitá, subiendo por caminos de tierra hasta las antenas de un repetidor, atravesando el río seco y cerrando el circulo para bajar atravesando un poblado en dirección al Koulikoro Training Centre. En la San Silvestre Maliense se hizo con el oro del primer puesto el Cabo C.L. José María Mirones de la 3ª Compañía, seguido del Caballero Legionario Andrés Oliver de la 4ª Compañía y cerrando el podio Mamadou Keita el único corredor maliense de la carrera.
El Fin de Año se avecinaba cargado de emociones y con la mente puesta en la uvas y la familia que todos habían dejado hace un par de meses en España. Pero la Legión nunca descansa y sus invitados tampoco ya que fuimos al campo de tiro donde el grupo de Trainers, entrenadores, del Grupo de Artillería de Campaña de la Legión compartía con los Trainers del Ejército de Tierra Belga una jornada de tiro, intercambio de procedimientos y protocolos para la instrucción de los soldados malienses. Da gusto ver como los militares de EUTM-Mali comparten trabajo y conocimientos, a la par que siguen entrenando y para mantener el mejor nivel operativo para en caso de sufrir un ataque estar al 100% de sus capacidades. Eso sí, otra vez tocaba ir con chaleco y placas durante tres largas horas en el horno en el que se convierte a partir de las 9 am. el campo de tiro de Koulikoro.
Ha sido un intenso 31 de diciembre en que solo tuvimos una hora para comer y descansar pues saltó una “incidencia” y se recibió una alerta por Artefacto Explosivo Improvisado (IED) en el poblado abandonado de Ghost CiTy. Allí es donde se suelen revisar los camiones que entran en la base militar por los equipos de desactivadores de explosivos de la Bandera de Zapadores de la Brigada de la Legión. Esa tarde la Comandante alemana jefa de los Equipos EOD (Desactivación) y EOR (Reconocimiento) de EUTM-MALI quiso valorar la capacidad de reacción desde la detección del artefacto o el aviso de su existencia hasta su localización y desactivación o explosión del IED en caso de ser una trampa imposible de detonar.
La Inteligencia Militar Española valora mucho el poder recuperar los platos de presión que hacen de iniciador de la explosión, las baterías, temporizadores y retardadores, así como los mismos artefactos, ya que del análisis de la composición del explosivo y el método de fabricación de estos se aprende mucho hasta llegar a saber que facción terrorista esta detrás de su colocación, o por las huellas encontradas que muchas veces permiten localizar en poco tiempo al autor material de la fabricación o colocación de este tipo de bombas trampa.
La Incidencia duró 50 minutos desde que se recibió el aviso. Se recuperaron dos platos de presión, una bombona de gas con cinco kilos de explosivo, los tipos de cables y un 2º bote de explosivo que se iniciaba al retirar o mover la bombona con el explosivo principal. El Brigada “Morgan”, el Sargento 1º Arriate y el Cabo 1º Pipi dejaron claro que forman parte de uno de los mejores equipos de desactivación de explosivos a nivel mundial. No lo digo yo, lo dicen americanos, ingleses, italianos, etc… por no resumir diciendo más de media OTAN, y desde el 1 de enero de 2020, los alemanes también. Son muchas misiones sobre sus espaldas, importantes e insustituibles las bajas y muchas las horas de entrenamiento en la Bandera de Zapadores de la Legión.
Cae la tarde mientras el equipo EOD del Brigada de la Bandera de Zapadores recoge sus trastos al tiempo que se felicita de no haber caído en la escrupulosa trampa que los aliados alemanes habían diseñado. Solo nos quedaba a todos regresar al KTC, ducharnos y prepararnos para recibir el nuevo año, el 2020 año en el que se fundó la Legión Española y se alistó el primer Caballero Legionario, pero eso es otra historia que tendremos que ir recordando orgullosos del trabajo que hacen a diario nuestros Novios de la Muerte.
Una cena de Fin de Año multinacional…
A primera hora de la tarde llegaba el General de Brigada Joao Boga Riveiro al Koulikoro Training Camp en helicóptero y el nerviosismo provocado por llegada del nuevo año se mascaba en el ambiente. Antes de la cena el general portugués, jefe de la misión EUTM-MALI se dirigió en una conexión vía satélite entre Koulikoro y Bamako a los militares de los 26 países europeos que conforman la misión. Les agradeció su entrega y dedicación, destacando el buen trabajo que todos están realizando para la Unión Europea y Mali como país anfitrión.
Los Legionarios del Tercio Alejandro Farnesio disfrutaron de una suculenta cena preparada por la empresa encargada de la restauración en la base. Esta, casualmente, está gestionada por militares retirados que sirvieron en la Legión Extranjera Francesa. Tras la cena, que estuvo acompañada por un grupo musical de percusión maliense, los Legionarios españoles se dirigieron a la “Palapa de España” donde pudieron tomar las 12 uvas viendo las campanadas de la Televisión Canaria. Se descorchó cava al tiempo que españoles, portugueses, belgas, alemanes, checos y varias nacionalidades más se fundían de abrazo en abrazo.
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