Víctimas del Terrorismo

ETA ríe y sus víctimas lloran

"Dicen que la historia la escriben los ganadores. Si la hubiéramos escrito las víctimas, en el País Vasco y Navarra el héroe sería mi hermano y no el terrorista que le pegó dos tiros"

Alberto Jiménez Becerril y su mujer Ascen, asesinados por ETA el 30 de enero de 1998
Alberto Jiménez Becerril y su mujer Ascen, asesinados por ETA el 30 de enero de 1998La RazónLa Razón

Cuando me llamaron para decirme que habían acercado a una prisión cercana a su entorno, al terrorista que disparó contra mi hermano y su mujer, lo único que alcancé a decir entre la pena y la rabia fue: ¿Por qué? ¿Acaso porque ha colaborado con la justicia para esclarecer los más de 350 crímenes de ETA sin resolver? ¿O es porqué este terrorista, sanguinario, se ha arrepentido y nos ha pedido perdón? ¡Por supuesto que no! El motivo de acercamiento es más injusto e innoble, lo ha hecho este Gobierno de traidores, para agradecer a quienes lo llevaron al poder y para asegurarse que no lo dejarán caer.

Los favores al PNV y a Bildu, los pagamos todos los españoles, que no entendemos por qué hay que dar beneficios al asesino que acabó con la vida de Alberto y de Ascen y dejó huérfanos a tres niños. Dicen que la historia la escriben los ganadores. Y yo me pregunto ¿Quién está escribiendo el trágico relato de ETA? ¿Las víctimas? No, lo están escribiendo los terroristas y sus cómplices políticos, que no son solo quienes hacen los humillantes homenajes a los etarras, sino también quienes los permiten y pactan con ellos donde y cuando necesitan hacerlo. Si la historia la hubiéramos escrito nosotros, en el País Vasco y Navarra el héroe sería mi hermano, teniente alcalde del Partido Popular de la ciudad de Sevilla, y no el terrorista que le pegó dos tiros y al que le harán en su pueblo un pasillo, en cuanto lo dejen libre, lo que está al caer, total, si ETA ya no mata. Y yo diría, pero mató, Sr Sánchez y el monstruo que mató a mi hermano y a su mujer no merece ningún premio por dejar de hacerlo.

Al final tuvo razón el asesino De Juana Chaos, cuando viendo nuestro dolor ante el asesinato de nuestros seres queridos, dijo: “En la cárcel sus lágrimas son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia” Y así ha sido. ¿Para qué nos ha servido derrotar a ETA, si su legado está intacto, en las instituciones y en la mayor parte de la sociedad vasca y navarra? Si así no fuera, Bildu no existiría y el PNV no podría seguir recogiendo nueces con o sin disparos. No solo sufro por la injusticia de este acercamiento sino la impotencia de ver como quienes entregaron sus vidas por España y por nuestra libertad, son los perdedores de la batalla de la dignidad y la memoria.