Pedro Sánchez
Sánchez con el Papa
El sábado Sánchez obtuvo en Roma su deseado encuentro con el Papa Francisco. La última encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad universal, admirada por Sánchez, precipitó la petición de audiencia, a la que el Sumo Pontífice está obligado por protocolo y por el deber propio del ministerio petrino: confirmar en la fe a los seguidores de Jesucristo, todavía numerosos en España.
Ha sido muy interesante conocer las palabras –no leídas– que el Papa dirigió a la delegación española, tanto por su formato abierto como por su contenido. El hilo conductor de su mensaje fue el concepto de política que pronunciara san Juan Pablo II con ocasión de la proclamación de santo Tomás Moro como Patrono de los Políticos y los Gobernantes, en el marco del gran Jubileo de 2000: «La política ejercida como un servicio al bien común, puede llegar a ser una práctica eminente de la virtud cristiana de la caridad». Hermosas palabras que permitieron a Francisco reflexionar acerca de su aplicación como un servicio «al país, a la nación y a la Patria», en una llamativa distinción entre ellas. De otras cuestiones que afectan al bien común de los españoles, como la eutanasia, la defensa de la vida, o la educación de los hijos, no se habló en público.
Confiemos en que el mensaje del Papa haga reflexionar a Sánchez en su política de dividir al país entre los bandos que nos llevaron a la Guerra Civil. Y a respetar las profundas raíces cristianas de la nación y la Patria.
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