Dos almas para un mismo Gobierno de coalición

A menos de un mes de que se cumpla el primer aniversario de la formación del primer Gobierno de coalición en España desde la Segunda República, PSOE y Unidas Podemos se han instalado en la permanente política de la discrepancia. Si bien al principio de la andadura del Ejecutivo en enero de 2020 daba la impresión de que ambos partidos se esforzaban en tapar las fisuras, lo cierto es que en los últimos meses se ha producido un giro en la cogobernanza y resulta habitual escuchar públicamente los desacuerdos entre ministros socialistas y morados.

Aunque, lo cierto es que las diferencias latentes, son estratégicamente bien recibidas por ambos, con la vista puesta en unas futuras elecciones. Los morados necesitan explicar a sus votantes que no se han convertido en un apéndice del PSOE y los socialistas defenderse ante la oposición que la acusa de ser un gobierno extremista por la presencia de Unidas Podemos, es por ello que, frenando a veces las pretensiones de Pablo Iglesias se construye esa imagen de que son la mejor garantía del cumplimiento de la Constitución.

¿Monarquía o República?

Es uno de los grandes debates que más separa a los socios de Gobierno. Para Unidas Podemos, las investigaciones judiciales que afectan al Rey Emérito son una ventaja a la hora de desplegar su bandera republicana. No separan la figura de D. Juan Carlos, del actual jefe del Estado. Arengan a sus bases con que la Monarquía se encuentra sumida en una «grave crisis de legitimidad» y ahondan en que existe un debate social abierto sobre el modelo de jefatura del Estado, el cuál permitiría que ese horizonte republicano llegue «más pronto que tarde». En el PSOE no están dispuestos a ceder ni un milímetro. Aseguran que las diferencias entre los socios de coalición, con respecto a la Monarquía, son asumidas por ambas partes y que los socialistas van a seguir en la defensa y salvaguarda de las instituciones y la Constitución.

¿Acuerdo en desahucios y corte de suministros?

Iglesias presiona al Gobierno para dar luz verde de manera inmediata a un decreto que prohíba los desahucios de familias vulnerables sin alternativa habitacional hasta que finalice el estado de alarma. Sin embargo, desde el Ejecutivo, los ministros Juan Carlos Campo y Nadia Calviño frenan las prisas de los morados, y argumentan la necesidad de incluir una compensación a los grandes propietarios de vivienda. En cuanto a los cortes de luz, agua y gas, Iglesias acusa a la ministra Teresa Ribera de bloquear la medida. Desde el Gobierno, aseguraron que en las próximas semanas llegará una «disposición adicional» por medio de un decreto que también prohibirá los desahucios

¿Indultar a los presos del 1-O?

Los morados defienden que la medida de gracia para los líderes independentistas en prisión por su actuación en el 1-O debe llegar cuanto antes. Presionan, de hecho, para que el indulto llegue antes de la campaña para las elecciones autonómicas en Cataluña, el 14-F. Desde Moncloa, sin embargo, ignoran las prisas de los morados y echan el freno. Se aferran a los plazos legales y a la necesidad de esperar a los informes preceptivos de, entre otros, el tribunal sentenciador: el Supremo. Además, los socialistas son conscientes de que incluir los indultos en campaña no les beneficia, como comprobaron en 2017 cuando Miquel Iceta ya lo propuso.

¿Subida del SMI?

Unidas Podemos defiende la postura de los sindicatos que apuestan por la subida del Salario Mínimo Interprofesional para el año 2021 del 5,3%, lo que lo situaría en 1.000 euros, frente a los 950 actuales. Mientras, la patronal recuerda la difícil situación que atraviesan las empresas derivada de la crisis del coronavirus, un argumento que respalda la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Desde el Gobierno llaman a la «prudencia» ante la situación económica actual y proponen un debate sosegado que permita «tomar la mejor decisión posible para seguir impulsando el crecimiento económico».

¿Crisis territorial en Cataluña?

Los efectos de la pandemia han frenado este debate en la coalición, pero la cuota morada apuesta por un referéndum de autodeterminación para dar salida al desafío independentista en Cataluña. Desde el Gobierno apuestan por el diálogo con los soberanistas para buscar una salida al «conflicto político», pero reniegan de la amnistía a los presos del «procés» y la autodeterminación, dos cuestiones que –defienden– no caben dentro de la Constitución.

¿Derogar la reforma laboral?

Es otra de las brechas que divide a la coalición. Pablo Iglesias defiende que acabar con la actual reforma laboral y que ella debe ser «total». Defienden además, que es un compromiso alcanzado por la coalición. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apuesta por vencer en esta batalla, escudándose en el diálogo social, un diálogo social al que también apelan desde el PSOE, pero con la salvedad de que solo se pueden eliminar los aspectos más lesivos y no toda la reforma laboral.

¿Sigue viva la vía Ciudadanos?

Iglesias quiere atar a Sánchez a los socios de la investidura y desterrar la vía de apoyarse en futuros pactos en los 10 diputados naranjas. Muestra de ello fue el acuerdo para los Presupuestos, donde Iglesias se impuso al lograr el apoyo de Bildu a las cuentas, que motivó el «no» de Inés Arrimadas. Desde el Ejecutivo, sin embargo, no dan por cerrada esa vía y apuestan por seguir extrapolando una «geometría variable» a lo largo de la Legislatura.

¿Qué ocurre en política exterior?

Hace unas semanas, el vicepresidente mostró su posición a favor de celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara, mientras que el Gobierno apuesta por apoyar las resoluciones de la ONU para solventar el conflicto, a través de un mediador. En cuanto a la situación política en Venezuela, Iglesias ha pasado de apoyar la dictadura, a medir sus declaraciones pero sin salirse de su apoyo al chavismo. Moncloa quiere que se dialogue con la oposición y se produzcan elecciones libres.