Polémica gestión

El (no) plan de inmigración que asfixió a Canarias

Marruecos y la descoordinación entre ministerios, las causas

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Más de 300 personas arribaron de manera ilegal este fin de semana a las Islas Canarias. Lo hicieron de manera silenciosa y sin la presión del foco mediático que en las últimas semanas destapó la caótica y vergonzosa gestión de la crisis migratoria del Gobierno. Coincidiendo con la celebración de las fiestas navideñas –en las que se reducen los efectivos de vigilancia y seguridad– y aprovechando las buenas condiciones climatológicas previas a la llegada de una borrasca,al menos siete embarcaciones fueron rescatadas.

2020 pasará a la historia por ser el año en el que se revivió el fantasma de la «crisis de los cayucos de 2006». A punto de finalizar el año, la cifra de llegadas son inferiores, sin embargo, la nefasta coordinación de todos ministerios encargados de la política migratoria así como la opacidad del Ejecutivo central, acrecientan la sensación de que el Gobierno miró hacia otro lado y no se anticipó a las consecuencias de este drama, pese a la experiencia en la gestión de flujos migratorios.

Así, la llegada de cayucos o pateras a las Islas Canarias descendió en la primera quincena del mes diciembre, en comparación con meses anteriores. Según los datos publicados por el Ministerio de Interior quincenalmente, el número de entradas irregulares alcanzó las 1.886, frente a las 2.806 que lo hicieron en la segunda mitad de noviembre. No obstante, y pese a este descenso de 1.000 personas, las cifras siguen siendo altas si las comparamos con el año pasado cuando tan solo arribaron al archipiélago un total de 175 personas.

En este sentido, el ritmo de llegadas ha sido menor en relación con la primera quincena del mes de noviembre cuando se alcanzó el record anual de 5.351 entradas irregulares. Con todo, las cifras de este 2020 ascienden a 21.452 en 702 embarcaciones, cifras que retrotraen a las de la crisis de los cayucos de 2006 e implican una subida de casi el 900 % sobre el pasado año.

Entre los motivos que pueden explicar este descenso están básicamente tres. Por un lado, el mal tiempo que durante estas semanas ha golpeado al archipiélago que influye en las condiciones marítimas y reduce, por tanto, la salida de cayucos desde las costas marroquíes. Otra de las razones es la intensificación de las ofensiva diplomáticapor parte del Gobierno ya que, tal y como recordó el presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados, se mantuvieron interlocuciones con Senegal, Marruecos, Gambia y Mauritania sobre cuestiones migratorias en las últimas semanas. También habría influido en este descenso de llegadas el plan del Gobierno para agilizar las devoluciones y repatriaciones a los países de origen, especialmente Marruecos, Mauritania y Argelia. No en vano, en la última sesión del control, el propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, reconoció que en las últimas semanas se reactivaron las devoluciones a los países de origen de los inmigrantes, al tiempo que destacó que se están «intensificando» las repatriaciones a Marruecos.

Pese a este descenso de las llegadas, la situación en las Islas sigue siendo preocupante. Más de 6.000 personas continúan alojadas en hoteles turísticos, espacios que tienen que abandonar a final de este año porque vencen los contratos y, además, las autoridades locales exigen que se vacíen para tratar de salvar la insalvable campaña turística de Navidad.

Para poner en marcha infraestructuras de acogida temporal, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros una partida de 53 millones de euros para cubrir las necesidades de las personas que llegan en pateras. Hay que recordar que según lo previsto en el Plan Canarias –aprobado por el Ejecutivo– se crearán 7.000 plazas de acogida en instalaciones militares y policiales (excepto una nave cedida por Bankia). En concreto, cuatro en la Isla de Gran Canaria –donde más inmigrantes han llegado en lo que va de año–; dos en Tenerife; y uno en Lanzarote.

En contraste con la Ruta Canaria, la afluencia de inmigrantes por mar a la Península y Baleares sigue bajando: son un 25 % menos que hace un año, con un total de 15.685 personas, 5.354 menos que el año pasado. Los descensos se completan con las entradas por mar a Ceuta (424, un 31,1 % menos) y a Melilla (40, un 94,4 % menos). Lo mismo ocurre con los que han cruzado por la vía terrestre.

LAS CIFRAS

21.452
El número de llegadas retrotraen al de la «crisis de los cayucos de 2006», cuando llegaron 31.678.
900%
El cierre de otras rutas como la del Mediterráneo y el aumento de vigilancia en Ceuta y Melilla, los motivos.
6.000
Ante la presión migratoria y la falta de recursos, el Ejecutivo decidió alojarles en apartamentos turísticos.