Elecciones

ERC presiona para reunir ya la mesa de diálogo

El Gobierno marca distancias, pero mantiene la dependencia de sus socios

El candidato de ERC a la Generalitat, Pere Aragonès, durante un acto de campaña
El candidato de ERC a la Generalitat, Pere Aragonès, durante un acto de campañaAlejandro GarcíaEFE

El clima electoral catalán lo recorre todo y ha llegado al Congreso. La pugna por la Generalitat entre PSC y ERC ha contaminado la relación que el Gobierno mantiene con sus socios republicanos y esto tuvo su primer efecto la semana pasada, cuando la formación de Oriol Junqueras retiró su apoyo al decreto de los fondos europeos y puso al Ejecutivo en un brete, que superaron sorpresivamente gracias a Vox. Esta situación enrarecida por los comicios se recrudecerá esta semana, en la que la campaña marcará tanto las iniciativas que se debatirán en la Carrera de San Jerónimo, como las interpelaciones que el Gobierno tendrá que responder.

Cada partido busca reivindicar su espacio y en el caso del independentismo, ERC ha apostado este último año por una actitud más pragmática y posibilista con el Gobierno, permitiendo incluso la aprobación de los Presupuestos, que han supuesto el salvoconducto para agotar la legislatura. Los republicanos entienden que esta apuesta por el diálogo, que en JxCAT se afanan en despreciar, es la base para «avanzar de manera decidida» hacia la «resolución del conflicto político» y hoy defenderán una moción instando al Gobierno a convocar «de manera inmediata» una segunda reunión de la mesa de diálogo con Cataluña, nada más constituirse el Ejecutivo autonómico que surja.

Los independentistas dicen que «la maquinaria represiva del Estado continúa actuando contra el movimiento independentista sin que hasta el momento se haya percibido, de facto, ningún gesto del Gobierno de PSOE-Unidas Podemos para resolver el conflicto político» e insistirán en que la solución a la crisis catalana pasa por amnistiar a los líderes del «procés» y facilitar el ejercicio del «derecho de autodeterminación». Ambas condiciones se promoverán por el nuevo Parlament o mediante acuerdo entre gobiernos, que desde Moncloa no van a aceptar.

A las soflamas soberanistas se unirán las preguntas que los partidos dirigirán a los miembros del Gabinete en clave catalana. Gabriel Rufián interpelará a Sánchez por el «cambio» de Salvador Illa y Miquel Iceta se estrenará como ministro respondiendo a Inés Arrimadas, Laura Borrás y Macarena Montesinos sobre su postura sobre Cataluña.