Justificación

Moncloa: «El Rey está al tanto de toda la negociación con ERC»

Confusión en la diplomacia europea y los medios extranjeros por el lugar en el que queda la Monarquía con los indultos. Moncloa valora el talante conciliador de Aragonés

El Rey Felipe VI (2i), conversa con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès
El Rey Felipe VI (2i), conversa con el presidente de la Generalitat, Pere AragonèsFrancisco Gómez / Casa de S. M.Casa de S. M. El Rey/EFE

La complejidad técnica de los indultos a los líderes del «procés» puede retrasar su aprobación más allá de la próxima semana. El Congreso volvió ayer a ser un combate entre Gobierno y oposición por esta decisión del Ejecutivo de Sánchez, pendiente de ser ratificada por el Consejo de Ministros. Y desde Moncloa gastaron esfuerzos en hacer ver que la botella de la «distensión» está medio llena por los «gestos» que intuyeron en el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, durante la reunión del Círculo de Economía.

Como argumentos para avalar este optimismo utilizan la coincidencia, de tapadillo, del presidente de la Generalitat con el Rey, «algo que no hubiese sucedido en tiempos de Torra», o la afirmación de Aragonés de que su voluntad es que los acuerdos que salgan de la «mesa de diálogo» con el Gobierno se sometan a votación de todos los catalanes. Desde hace semanas el Ejecutivo de Sánchez ha introducido también en su argumentario esa idea de la consulta, sobre un nuevo Estatuto o sobre los hipotéticos acuerdos de la «mesa», siempre que dejen fuera la autodeterminación.

El Rey fue ayer protagonista de la reunión del Círculo de Economía, y fuentes próximas al Gobierno aclararon que «está informado» de todas las decisiones que afectan a la negociación abierta con ERC para dar una salida política al problema catalán. «Conoce lo que pasa, y seguirá estando informado de cada paso», fue la explicación que dieron, después del duro encontronazo del líder de la posición, Pablo Casado, con el presidente del Gobierno en el Congreso.

Moncloa dice que el Rey está informado de su estrategia, mientras en el PP la mayoría comparte el sentido de las polémicas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la «complicidad» obligada a la que el Gobierno forzará a Felipe VI con la firma de los indultos, aunque esta firma entre dentro de sus obligaciones constitucionales. Sólo Ayuso se ha atrevido a saltarse la corrección política, y a sostenerle el pulso a Génova. Pero cuando dice que Casado piensa lo mismo que ella, es porque no sólo Casado, sino la mayoría en su partido, lo piensa, a pesar de que la postura oficial se desmarque de estas declaraciones, alegue que hay que dejar fuera al Rey, e incluso señalen a la lideresa madrileña por ir más lejos de lo que llega Vox.

El papel del Rey con los indultos está generando confusión en el ámbito internacional. En la diplomacia europea, desde donde se está pidiendo aclaraciones, y también entre los medios de comunicación extranjeros. Especialmente llamativa es la polémica, agitada por la intervención de Ayuso, en el Reino Unido, por comparativa con su Monarquía. ¿Qué preguntan desde fuera? Que cuál es el sentido y la función de la Monarquía si tiene que refrendar una decisión que entienden que choca con el discurso que el Rey hizo con motivo de la declaración unilateral de independencia, y sobre la que, según el texto constitucional, no tiene voz más que para estampar su firma, sin hacerse responsable de su contenido. Desde las terminales socialistas airean que entre el Gobierno y ERC hay ya mucho hablado, que cada palabra y cada gesto están, en teoría, medidos, y que por eso Moncloa ensalza el talante conciliador que, sostienen, mostró ayer Aragonés en el Círculo de Economía.

El presidente del Gobierno se lo jugará todo en la «mesa de diálogo»: para salvar el coste político de esta apuesta por la negociación está obligado a que de ese diálogo salgan cesiones por parte de ERC que justifiquen los indultos ante la opinión pública.