Estrategia

El Gobierno allana el camino para que se pueda votar en Cataluña

La ley prevé un referéndum consultivo para «decisiones políticas de trascendencia»

El Gobierno mantiene su resistencia a aceptar las demandas independentistas de referéndum de autodeterminación y amnistía, dos cuestiones que no tienen cabida en la Constitución y sobre las que no hay debate.

Sin embargo, la contundencia que se exhibe en esta cuestión se va rebajando en torno a la posibilidad de llegar a votar un acuerdo en Cataluña, que sí tendría cabida en la Carta Magna.

Las posiciones se van relajando y el camino se va allanando, pero, en cualquier caso, siempre se puntualiza que se someterá a consulta «algo que nos una y no que nos separe». La opción que está sobre la mesa es votar un nuevo Estatut, un «gran acuerdo sobre autogobierno, financiación y participación de las comunidades autónomas en el diseño de las políticas del Estado».

Esto se gestará en el marco del proceso de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, que se diversificará en dos escenarios. La bilateral entre el Estado y Cataluña, en la que se abordará aquello sobre lo que existe posibilidad de llegar a acuerdos: los temas sociales y económicos, tales como inversiones, transferencias o competencias. Y la «mesa de diálogo», más ligada a la ideología y la retórica soberanista, en la que se enarbolará la bandera de la autodeterminación y la amnistía.

En Moncloa no descartan que se pueda llegar a celebrar un referéndum consultivo en Cataluña, en virtud del artículo 92 de la Constitución. En una entrevista en RNE y preguntada explícitamente por este precepto, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, recordó «que todo lo que pueda estar en el marco de la legalidad constitucional forma parte de la política de nuestro país».

El referéndum consultivo lo está y se puede activar para «decisiones políticas de especial trascendencia», según reza la literalidad del citado artículo, aunque adolezca de nulos efectos jurídicos. Posteriormente y ante la insistencia de las preguntas, la ministra de Presidencia se vio obligada a puntualizar que ahora «no estamos en eso. Estamos para salir de una pandemia, para remontar la crisis económica y social», evitando negar en todo momento esta posibilidad.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo su negativa al referéndum en una entrevista ayer en «Al Rojo Vivo» en La Sexta, donde recordó que ninguna Constitución de los países de nuestro entorno prevén que se permita el fraccionamiento de la nación y consideró que promover esta cuestión sería «absurdo», porque para ello se requeriría una reforma agravada de la Constitución, para la que son imprescindibles los votos del PP, que, como el PSOE, no están dispuestos a promoverla.

Lo que Sánchez cree que hay que promover es el «diálogo» y «reconstruir la convivencia rota». «Un referéndum nos uniría a todos un día para votar, pero al día siguiente la convivencia se vería menoscabada», destacó. El presidente volvió a insistir en que el «derecho a la autodeterminación no existe» y que hay que solucionar un «problema de convivencia que es evidente» en Cataluña.

Tras solemnizar su negativa en el Congreso de los Diputados el miércoles, donde aseguró que «nunca jamás» se produciría el citado referéndum, el presidente aprovechó la entrevista para desacreditar también la petición de la amnistía, que tampoco cabe en la Constitución, calificándola de «inconcebible» y recordando a los soberanistas que los indultos que se concedieron «perdonan las penas, pero no borran el delito».

De hecho, la medida de gracia está condicionada a no reincidir en un delito grave –penado con más de cinco años– en los periodos establecidos para cada líder del procés, lo que haría que se revocase el indulto.