Salubridad

Un medio marroquí se hace eco de que en España hay pueblos sin agua potable

Presenta el asunto como un problema en crecimiento que preocupa a la Unión Europea

Agua del grifo
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Un digital marroquí, Medias 24, publica como noticia destacada que en españa hay localidades que carecen de agua potable. En un reportaje, cita algunos pueblos y los testimonios de sus habitantes. Cita fuentes oficiales o de medios de comunicación nacionales.

“Me lavo los dientes con agua embotellada”, suspira Francisca Benítez, de 76 años, que ha venido a buscar sombra al café de Lastras de Cuéllar, un pueblo sin agua potable a menos de dos horas de Madrid.

En España, donde la calidad del agua se ve amenazada por la contaminación agrícola, la falta de controles y la sequía, decenas de otros pueblos, como Lastras, padecen el mismo problema, asegura.

En esta localidad de Castilla y León (centro), los nitratos y el arsénico hacen que el agua no sea potable desde hace seis años para los habitantes, que suman 350 en invierno y cerca de 1.000 en verano. Entonces, todos los lunes, desfilan por la plaza principal para recuperar, con el brazo extendido o en carretillas, paquetes de agua parcialmente financiados por el ayuntamiento. Como Alejandro Martín, de 17 años, que ayuda a su abuelo de 95 años a traer agua mineral preciosa antes de verterla en una cacerola para preparar café. Ramos y guirnaldas de botellas de plástico cuelgan de balcones donde los carteles exigen acceso al agua potable.

“Esto no es normal en el siglo XXI”, indignada Mercedes Rodríguez, de 41 años, integrante de un colectivo de vecinos. El alcalde, Andrés García, denuncia por su parte “la falta de dinero público” que ha frenado un proyecto que debería traer agua potable a fin de año. Solo en Castilla y León, 63 municipios fueron privados de ella en marzo, según la televisión autonómica.

Según el Ministerio de Salud, 67.050 análisis realizados en 2019 a nivel nacional -a veces en el mismo lugar en distintas fechas- arrojaron que el agua no era potable.

Y los niveles de nitratos son preocupantes en todas partes, mientras que más de una cuarta parte (28%) de las estaciones de aguas subterráneas del país miden una concentración por encima o cerca del umbral de potabilidad y que casi una cuarta parte del país (22%) es “vulnerable”. a esta contaminación por la naturaleza del suelo o las actividades agrícolas, según el Ministerio de Transición Ecológica.

La contaminación agrícola cada vez más señalada. Como en Lierta, un pueblo de la comarca de Aragón (noreste), privado de agua potable desde 2018 a causa de los nitratos y donde los habitantes luchan contra un proyecto para instalar una nueva granja con 3.000 cerdas.

Bajo un sol abrasador, solo un perro bebe de la fuente rebosante de algas más verdes que las montañas circundantes, que dominan una vasta extensión de campos dorados de grano salpicados de pocilgas. Aquí, ya son “casi 20.000 cerdos para 50 habitantes”, critica Bernard Más, de 68 años, afiliado a la asociación de vecinos que acaba de obtener la suspensión del proyecto por un año en el último ayuntamiento.

En el país de la charcutería, “la cría intensiva, las maxifincas son un verdadero problema” para la calidad del agua en las zonas donde se ubican, por el vertido de estiércol líquido, estima Luis Babiano, presidente de la Asociación Española de Operadores públicos de abastecimiento de agua y saneamiento.

Pero el exceso de nitratos en las fuentes de agua sigue siendo ante todo una “consecuencia del uso de fertilizantes en la actividad agrícola” que constituye “el principal problema” en el campo, subrayó un informe del Ministerio de Transición Ecológica de finales de 2020.

“En las zonas rurales, el control del agua es insuficiente y los habitantes de los pueblos pequeños podrían estar bebiendo agua no potable sin saberlo”, advirtió el mismo informe. Una situación que preocupa hasta Bruselas, donde la Comisión Europea emitió un ultimátum a España en 2020 para mejorar su control de la calidad del agua, so pena de fuertes multas.

En definitiva, la sequía, que podría agravarse en España por el cambio climático, también podría poner en peligro la calidad del agua en el país. Porque si la cantidad de agua disminuye y la de productos nocivos no disminuye, la proporción de estos aumenta en el agua, explica Luis Babiano.

En Lastras, Mercedes Rodríguez teme que la contaminación del agua lleve a la “extinción” de su aldea porque “¿quién vendrá a una aldea donde no se puede beber agua del grifo?